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España España · A Coruña
Críticas de Marafarinha
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Críticas 89
Críticas ordenadas por utilidad
10
16 de diciembre de 2015
68 de 88 usuarios han encontrado esta crítica útil
Qué me pregunten por qué me enfado cuando alguien dice que el cine español no es bueno, que no lo ven, porque no lo sienten, porque no tiene calidad, ni medios, ni efectos especiales. Que la música no es buena, que no entretiene. Que no tiene vida, ni alma.

Qué me pregunten por qué me enfado cuando las taquillas de los cines se desbordan ante estrenos comerciales que no son buenos, que no se sienten, que no tiene calidad, pero sí medios y efectos especiales. Y la música viene de la mano de los artistas con más éxitos en las listas de ventas. Pero no tienen vida, ni alma.

Qué me pregunten por qué amo el cine, y qué me pregunten por qué he salido ayer enamorada de "La Novia", de la soberbia dolorosa de Inma Cuesta, de la hermosura brillante y pura de todos y cada uno de sus fotogramas, del recitar de los versos de García Lorca, hasta de sus silencios sepulcrales, de las miradas cristalinas, de los sentimientos que agujerean la piel. Qué me pregunten qué me ha parecido la adaptación al cine de Bodas de Sangre de Paula Ortiz, y diré que todavía no puedo asimilarla en su plenitud.

Desde que comenzó la proyección hasta finalizar, a duras penas pude moverme de mi asiento. Y fue un sentimiento generalizado entre los escasos espectadores que allí estábamos, desterrados en una sala pequeña y sin demasiada afluencia. Pero a nadie le importó, porque los que estábamos allí íbamos a recordar la razón por la que al cine se le llama "El Séptimo Arte".

Derrama sobre el suelo arenoso, lleno de barro y cenizas, tal hermosura, tal belleza, tal desasosiego que mis cinco sentidos no llegaban, no alcanzaban, para disfrutar de esa sintonía de actuación, de guion, de musicalidad, de escenas lentas, de escenas rápidas. De primeros planos y de la lejanía del horizonte sofocado. Y una novia espectacular, una Inma Cuesta que se consagra de nuevo, después de "La voz dormida", pisando la pantalla y devorando los secretos de la actuación. Una gran promesa, que está viva y otorga latido y alma a este film tan maravilloso e inolvidable.

Es un tributo al teatro, a la poesía, a la literatura. Todo esto llevado al cine como nunca antes se hizo, todo esto realizado con un amor real que emociona y que mueve todo dentro. Paula Ortiz se ha atrevido a hacer algo distinto, algo nuevo, algo visionario. Y ha brillado en todo su esplendor, ha cambiado, como lo hizo "La vida de Adele", la concepción del cine conocido hasta entonces, ha surcado un nuevo camino poco explorado que, espero, otro tomen su ejemplo y pueda volver a deleitarnos de tal forma.

Belleza, sin más.
Marafarinha
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10
26 de diciembre de 2015
47 de 68 usuarios han encontrado esta crítica útil
De la novela de la autora de "El talento de Mr. Ripley", Patricia Highsmith que publicó "Carol" (El precio de la sal) bajo un pseudónimo por su temática, cuya editorial no aceptó en un primer momento: la trama se centra en un romance lésbico intergeneracional. La historia que la misma autora cuenta en el prólogo de las ediciones posteriores cuando, al fin, su editor le permitió firmar la obra con su nombre y apellido, es tan atractiva e increíble que no puede más que acrecentar la leyenda tras esta obra tan brillante, atrevida y diferente.

Solo cabe preguntarse por qué se ha tardado tanto en adaptar a la gran pantalla, por qué se ha tardado tanto en darle una oportunidad a esta historia cargada de desafíos, de tensión, de amor del que explota, de belleza y de crudeza. Tal vez los prejuicios, tal vez es que todavía son temáticas difíciles de digerir para el cine. Lo único que parece claro es que fue la aclamada "La vida de Adele", ganadora del prestigioso premio de Cannes, lo que empujó a Todd Haynes a presentar "Carol" al festival, pues parece que el romance entre dos mujeres promete cierta gloria en las pantallas. Y no se ha equivocado.

Mucha era la expectación de los amantes del cine y también de la literatura entorno a cómo sería la adaptación de la novela. Creo que el conocer quiénes interpretarían a las actrices principales fue una absoluta maravilla: Cate Blanchett como "Carol" en la que probablemente sea una de las más bellas y frívolas interpretaciones de su carrera; y la adorable y extraña Rooney Mara, que interpreta a la joven Therese. La definición de ambas mujeres es clave para comprender la profundidad de la historia. Carol es una mujer atada a un matrimonio del que quiere huir, con una hija bailando entre ambos lo que la sitúa en una tesitura delicada. Sofisticada, llamativa y rodeada de cierta amargura, acude a los grandes almacenes donde trabaja Therese sin mucho afán, una muchacha de mirada despierta y de pocas palabras, que encontrará en los ojos de esa mujer rubia con guantes un frente abierto desconocido hasta entonces, que llenará de estrellas su anodina rutina.

El desarrollo del film es peculiar, y me ha encantado. Ambientada en los difíciles años 50, parece estar grabada también en aquel entonces. Planos alejados, cortados en repetidas ocasiones. Carreteras interminables y cielos despejados. Hay muchos silencios, pero también una poderosa Banda Sonora para acompañar las múltiples escenas intensas e inolvidables en nuestras retinas y en nuestros corazones.

Pero sin lugar a dudas, donde recae el alma de la actuación es en los diálogos, que también hablan con las múltiples miradas entre las actrices, que tienen una química innegable y tierna. Muy tierna. Más allá de la tensión sexual, es puro cariño, de ese que no se desea tener pero que es más fuerte que cualquier otra cosa. Ambas mujeres están perdidas, y buscan encontrarse la una en la otra, pero tal vez eso sólo las empujará a un laberinto más negro y más oscuro.

La homosexualidad en los años 50 casi podía considerarse un delito, una repudia social a lo que ambas deben enfrentarse. Los fantasmas y los demonios andan cerca, despertarse y comprenderse a una misma no resulta sencillo. El guion parece comprender a la perfección este extraño y fascinante viaje personal, que puede equiparse al largo viaje en coche hacia ningún lugar en concreto. La delicadeza y la belleza están servida, con mucho cariño y mucha verdad. La sencillez no está reñida con la gran profundidad y complejidad real de "Carol".

Simplemente brillante y bella esta joya del cine. Una fiel interpretación de la novela de Patricia Highsmith que, sin lugar a dudas, es una de las grandes apuestas del cine que abre nuevos frentes.

Gracias por estas películas tan necesarias
Marafarinha
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10
13 de enero de 2014
54 de 85 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me provocó expectativas en cuánto vi el cartel y el argumento de presentación, y esperaba el momento para verla. Al final fui olvidándome de ella hasta que, por casualidad, me volví a topar con ella.

Una historia de amor única, en la que por momentos nos olvidamos de que se trata un romance entre un hombre que desde un primer momento congenia con el espectador (y que podríamos ser cualquiera de nosotros) y un Sistema Operativo de Inteligencia Artificial que responde al nombre de Samantha.

Se desarrolla suavemente, con naturalidad, son dulzura. A penas somos conscientes de lo que crece entre ambos hasta que es real. Me encanta, me apasiona, la franqueza de los diálogos, la interpretación de Joaquin Phoenix me ha fascinando... y la voz en off de Samantha me ha cautivado.

En cuanto a la ambientación, también la he encontrado muy acertada. Detalles de Sci-Fi muy logrados y originales, que me permito el lujo de aplaudir. He sonreído con la película, y en otros momentos me ha hecho ponerme la piel de gallina... pocas veces se consigue eso con una película.

Junto con La Vida de Adèle, que logró transmitirme de igual forma, Her se convierte para mí en una de las grandes películas que el 2013 nos ha dejado.
Marafarinha
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10
30 de enero de 2016
33 de 43 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine francés responde con contundencia a la falta de libertad y a la repulsa social que "La vida de Adèle" causó en el séptimo arte de uno de los países con una calidad cinematográfica más cuidada y elegante. Está claro que aquel film de Kechiche marcó un punto de inflexión sin retorno, abrió una gran brecha entre la transgresión y la hermosura. Una nueva corriente en el arte en general nació gracias a la ganadora de Cannes, y ahora comienzan a nacer los frutos.

"La belle saison" recupera este espíritu liberador y necesario, trasladándonos al París de 1973, a los movimientos feministas y transformadores que se estaban llevando a cabo en ese momento, luchando contra lo gris y lo establecido. Delphine, luciendo una belleza muy natural y un físico poco habitual en el cine, deja atrás su dura vida como campesina en la granja de sus padres y se traslada a la ciudad en busca de independencia económica y real, después de que su relación clandestina con una chica en su pueblo hubiera fracasado. Allí, los engranajes del destino, la harán cruzarse con Carole, una fuerte parisina de 35 años que, junto con su compañero Manuel, lidera varios movimientos pro-mujeres, mostrando un coraje poco habitual.

Amarse en una ciudad hace que Delphine se sienta libre y poderosa, pero un revés del destino la obliga a sacrificarse y regresar a la granja para volver al duro trabajo en el campo. La distancia que se impone entre ambas es demasiado insoportable, así que Carole decide abandonar todo y trasladarse a la casa materna de la joven para permanecer a su lado. Vivirán en sus propias carnes el sabor de lo prohibido, en la Francia más reaccionaria, machista y castiza, donde se nace para sufrir, y no hay cabida para los sueños.

Delphine, anclada por la culpabilidad y su obligación de "honrar al padre y a la madre" vivirá prisionera de su situación, mientras Carole se muestra dispuesta a no dejarse doblegar. Su despreocupación y seguridad, le causará con la joven campesina diferentes problemas, con los que el amor entre ambas tendrá que lidiar.

"Estío" cuenta con todos esos ingredientes necesarios que se echan en falta en "La vida de Adèle". Se libera de los estigmas y fluye con normalidad. La relación entre las dos mujeres tiene un latido propio, y antepone la ternura a la pasión desenfrenada. El contenido sexual procura ser fiel a a la realidad, y lo consigue, endulzando los momentos más íntimos entre ambas mujeres. Pero lo más importante, sin duda, son esas conversaciones largas y sentidas, que tanto se echan de menos en su predecesora y en la aclamada "Carol", exhibiendo una historia de amor lésbica (o deberíamos decir, puramente humana) de manera real, cuidada, hermosa y dolorosa, que rompe contra todos los cánones y todas las normas establecidas.

Uno de los mejores films románticos, frescos y diferentes. Con un componente social importante: el feminismo, la lucha de la mujer, la unión a los padres, la sumisión y la ausencia de libertad. Hablamos de la década de los setenta, pero estos valores todavía son muy necesarios de recordar hoy en día.

Una joya brillante que, espero que con el tiempo, obtenga el reconocimiento y el alcance merecido.
Marafarinha
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7
1 de octubre de 2015
25 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un buen ritmo, que te mantiene atrapado al asiento. Una trama interesante, con muchos matices. Un reparto bastante aceptable. Una hora y media de film que transcurre, en su mayor parte, dentro de un flamante BMW que recorre las calles más emblemáticas y hermosas de la lluviosa ciudad coruñesa. ¿Y el protagonista? El queridísimo por el público, Luis Tosar (Celda 211, Mientras duermes, Ma ma).

La película se inicial al puro estilo americano. Un estresante desayuno familiar, caótico. El padre, Tosar, encadenado al portátil y al teléfono. La madre, histérica, dando vueltas por la cocina mientras se pone los pendientes, tarea que le lleva bastante tiempo, y da gritos a sus hijos: un adorable crío rubio y una preadolescente malhumorada. Por un extraño motivo, el padre elige llevar esa mañana a los niños al colegio, a pesar de que al parecer es una tarea que habitualmente lleva a cabo su mujer. Sea como fuere, se produce una discusión cargada de tensión entre el matrimonio sin mucha razón de ser. Llama la atención que viviendo en lo que parece ser una urbanización de lujo, con una casa enorme y garaje, el BMW esté aparcado en la calle y, además, se encuentre abierto sin que esto alarme demasiado a ninguno de los ocupantes.

El viaje urbano comienza. Carlos (Tosar) no se despega del teléfono móvil por el que no para de hacer gestiones. Los críos se pelean en el asiento de atrás. Entonces comienza a sonar un segundo móvil en el que recibe la llamada de un 'desconocido' que le advierte que están sentado sobre una bomba y, que si no cumplen todo lo que él les ordena, los hará volar por los aires.

El formato de película imita a 'La última llamada' o 'Buried'. Fotogramas clautrofóbicos que se desarrollan en un lugar clave que, debido a la habilidad del guion, se estiran y dan lugar a una trama cargada de giros (más o menos forzados) y mantienen al espectador agarrado a su butaca, conteniendo la inspiración. En el caso de 'El Desconocido' el lugar en el que se centran los acontecimientos es un vehículo, lo que permite mayor desplazamiento y más posibilidades a la hora de desarrollar la trama. Esto puede ser un arma de doble filo.

A mí, personalmente, me ha gustado, si hago ojos ciegos a las lagunas y a la cantidad de licencias que restan verosimilitud que ha decidido tomarse el director. La mayor parte del público estará tan absorto en que esa bomba no explote que ni se dará cuenta. Supongo que en tal cosa también radica en Séptimo Arte, ¿no? Sí, desde luego. Su mérito tiene, y no se lo vayamos a quitar solo por tratarse de una película española.

Hablemos de Luis Tosar, que se muestra esplendoroso y brillante (eso sí, siendo fiel a su estilo). La agonía que el hombre sufre es, realmente, atosigante y contagia a cualquiera. Sus expresiones faciales, su llanto, sus gritos, son creíbles y realistas. La interpretación de su hija es aplaudible, muy realista y muy lograda. Desde luego la muchacha es toda una promesa. Y otra mención especial para Belén, la jefa de Artilleros, que interviene llegando al ecuador y rompe con esos aburridos tópicos de las películas americanas.

Y, por supuesto, no podemos olvidar el telón de fondo: A Coruña se muestra radiante, un escenario ideal para el desarrollo de la trama. Lugares mágicos de la capital urbana, que harán que los que la conocemos la disfrutemos aún más, si cabe.

En definitiva, una película con buen ritmo, buena trama, ciertas lagunas perdonables, para disfrutar y sufrir al mismo tiempo. No es una obra maestra, pero es digna de ver.
Marafarinha
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