Cateto a babor no es más que una muestra de la comedia típica española propia del régimen: exaltación del orgullo patrio. Esta vez la historia nos cuenta como un quinto recibe la carta para presentarse en San Fernando para ser cadete de la Armada. El argumento es bastante simplón, el pequeño se niega a quedarse en el pueblo y le sigue hasta Cádiz con la intención de no separarse porque bastante torpe es ya su hermano mayor como para que le dejen solo.

A partir de aquí se nos quiere enseñar como era la vida en la mili, esos sargentos chusqueros con mala leche, la conversión del bobo en hombre, los listillos, los pardillos, vamos, lo mejor de cada casa.

Dentro del tono acartonado de una españolada de hace 40 años, hay varias situaciones graciosas (que no es poco), el tono dramático no es excesivo y en ningún momento se sale de sus pretensiones. A mi me ha gustado, pero claro, que nadie busque aquí ningún pensamiento transcendental.

Hay que ver lo mal que se han portado con esta cinta, en lugar de hacer una buena peli porno se han dedicado a hacer un escabeche sin sentido donde no hay ni pies ni cabeza, menudo bodrio de guion, de actores, de decorados y de todo. Erika Eleniak no muestra sus pechugas ni una sola vez y el resto no se dedican más que a hacer el ganso y pasearse por toda la peli. Ah, otra cosa, meter a Van Helsing es un auténtico insulto a cine y la literatura del siglo XX.

Cuando uno es un pardillo en la vida ese es el San Benito que ya no se te cae nunca. Resulta que por curiosidad me dio por ver este remake de la estupenda The day of The Jackal pensando que a lo mejor podía estar hasta entretenida y todo. Quién se iba a imaginar lo que me esperaba.

Bueno, el principio, aunque un poco tonto, no esta del todo mal, rusos, KGB, mafia... todo correcto. Pues resulta que la acción se traslada a los Estados Unidos y ahí ciertamente la cagan de una manera espectacular. Por ir despacio y no destripar la película: El FBI, evidentemente, no tiene ni idea de quién es este Chacal, entonces y por arte de birlibirloque se enteran que una etarra residente en EEUU y novia de un terrorista del IRA (ojo al enredo, propio de las mejores españoladas) podría llegar a reconocer al asesino. Hasta ahí puedo leer.

Por decirlo de una forma fina, la subnormalidad de darle una imagen romántica a esta gentuza que se dedica a matar mujeres, niños y todo lo que se le ponga por delante por lo que ellos llaman un ideal me resulta totalmente obsceno y repugnante. Por mi ojalá el bueno de Bruce se hubiera fulminado a este par de excrementos con su cañonazo nada más empezar la película.

Por lo demás, aconsejo totalmente ver la película original y para otra vez los experimentos con gaseosa.

Para mi, este es el mejor trabajo de Paco Martínez Soria, el abuelo de España. No porque cambie sus registros de cateto jubilado o de ese Sueño americano a lo cañí que le hacía ser dueño de una flota de autobuses; simplemente aquí tiene más gracia, el por qué, seguramente ni el lo supo.

La historia trata de como un señor bastante simple descubre como, separándose de su señora, podrá cumplir su sueño de poder ensuciarse la ropa impunemente, a ser posible con manchas de huevos fritos. Si señores, eso es un argumento y encima resulta que es hasta divertido.

La película tiene el aliciente de que se puede ver el México de los años 70, un país bastante parecido a España, aunque con la "modernidad" de que ahí la gente podía divorciarse (ahí es donde se gesta el argumento). Seguramente los puntos más graciosos se den en ese país, como es el caso del trabajo de mariachi que sale en la caratula.

Se la recomiendo exclusivamente a la gente que no busque silencios infinitos, fotografías increíbles o guiones rebuscados que nos lleven a un estado de consciencia superior.

Resulta que el presidente del Steaua de Bucarest es un mafioso del copón, la CIA está totalmente corrupta, Rumanía es poco más que un vertedero inmundo y que todo esto solo tiene una solución: Wesley Snipes. La verdad que la peli es flojita, el guión está desaparecido y las actuaciones son penosas pero la pregunta está clara: Alguien esperaba otra cosa?