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Críticas de griffinjazz
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Críticas 109
Críticas ordenadas por utilidad
7
2 de enero de 2020
98 de 106 usuarios han encontrado esta crítica útil
Comenzar el año con un estreno de Clint Eastwood debía convertirse en tradición, ¡y que perdurara muchos años más!!.

"Richard Jewell" gustará a los fans del director y aborrecerá a los detractores, porque la historia es un compendio de su cine en la última década. En un mundo, el de Hollywood, invadido por los superhéroes, Eastwood (al igual que en "Sully", "El intercambio" o en la fallida "15:17 tren a París") vuelve a reivindicar al héroe anónimo que acaba siendo víctima de un sistema disfuncional y corrupto, en este caso representado por el carácter sensacionalista de la prensa y por el FBI.

Y de nuevo un biopic, al igual que en "Jersey Boys", "El Francotirador" o "J. Edgar", para ir completando un enorme fresco sobre la sociedad americana contemporánea, nada condescendiente, por cierto.

Pero incluso más que con la historia, me quedo de nuevo con la maestría de este hombre a la hora de narrarla, con su habitual serenidad, haciendo gala de un apabullante clasicismo, rodando con nervio y garra las escenas iniciales en las que ocurre el atentado y con tono sombrío e intimista la segunda parte de la película que se desarrolla fundamentalmente en interiores. En este sentido me recordó la fenomenal "Más allá de la vida", donde en una misma película mostraba de forma igual de magistral el espectáculo catastrofista y la más absoluta intimidad.

"No es el FBI, son dos tipos del FBI", le señala el abogado Watson Bryant a Richard Jewell (Sam Rockwell y Paul Walter Hauser, magistrales ambos al igual que Kathy Bates), llevando hasta las últimas consecuencias su habitual individualismo (un tanto maniqueo, bien es cierto). Clint Eastwood es un tipo con convicciones férreas que defiende y expone sin contemplaciones. Republicano y amante de las tradiciones, pero su cine es profundamente humano y éticamente comprometido.
griffinjazz
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8
21 de diciembre de 2015
60 de 62 usuarios han encontrado esta crítica útil
En realidad, estaba pensando que todas las películas que describen la lucha por los derechos civiles que tanta sangre ha costado (lo cual se tiende a olvidar/despreciar, desde la comodidad de nuestra visión actual), son ante todo necesarias y difíciles de cuestionar, anteponiendo el fondo a cualquier análisis puramente cinematográfico, que puede ser hasta mal visto por banal (vamos, que cuesta afirmar que "El color púrpura" es una brasa notable, aunque lo sea). Así, lo que se recuerda de "Selma", por ejemplo, la película de Ava DuVernay del año pasado, es la brutal personalidad del Doctor King y los trascendentes hechos que acaecieron en el estado de Alabama, mucho más que la oportunidad perdida de nuevo para ofrecer la película definitiva sobre tan crucial personaje histórico. Algo parecido se podría decir de "12 años de esclavitud" de Steve McQueen, parece casi ofensivo ponerle algún pero dada la magnitud de la historia. Quizá por ello, supongo, con el paso de los meses, me acaba interesando más "Django", porque al ser todo tan descarnado y ante la consabida falta de escrúpulos de Tarantino, todo duele mucho más.

A lo que iba, "Sufragistas" es una película mucho más necesaria si cabe, porque trata unos hechos que apenas se han llevado al cine, y lo cierto es que el resultado es más que satisfactorio desde ese punto de vista; el filme conmueve y deja pinceladas muy convincentes sobre el Londres de la segunda década del Siglo XX, con una notable ambientación, el origen del sindicalismo, la explotación laboral y personal a la que eran sometidas las mujeres (todo ese cuadro costumbrista de la primera parte es excelente, con ese aroma dickensiano reminiscente del siglo anterior, drama infantil incluido) y en definitiva el caldo de cultivo para el origen del movimiento sufragista y de reivindicación de derechos de las mujeres. Claro, puestos a entrar en detalle, se podría hablar de que algún exceso de Sarah Gavron, una directora prácticamente principiante, con un abuso de primeros planos y una exagerada vibración de la cámara en las escenas de acción, quizá buscando un mayor barniz documental, llega a resultar un poco molesto. Pero a quién le importa (a mí al menos no), ante el evidente interés de la historia, creo que el objetivo está finalmente cumplido de sobra. Por supuesto que muy recomendable y sensacional Carey Mulligan.
griffinjazz
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8
28 de diciembre de 2008
53 de 54 usuarios han encontrado esta crítica útil
I love “The Prize”, es lo primero que tengo que decir, por los bonitos recuerdos que me trae, cuando sábados y domingos por la tarde se podía disfrutar de cine clásico en tv. La deuda con “Con la Muerte en los talones” no es casual, de hecho supongo que estas fueron las instrucciones que se le dieron a Ernest Lehman, guionista de ambos films, cuando se le hizo el encargo. En teoría la película debía ser una adaptación cinematográfica del best seller de Irving Wallace, pero Mark Robson acabó rodando todo lo contrario, casi una comedia de situación en la que la forma es mucho más importante que el fondo, la estética sixtie, la luminosa fotografía en technicolor, los gags cómicos y el feeling de Paul Newman con las chicas (tres nada menos, Srta Andersen, Emily Stratman y la Sra Marceau) son el éxito de la historia, mientras que la trama de espionaje y de guerra fría (que es a lo que se limita la novela de Wallace) importan realmente poco. No he leído el libro, pero me temo que no debe quedar mucho…

Deliberadamente y con bastante descaro se retoman escenas de Con la Muerte en los Talones (no solo la del club nudista/subasta de arte, también el momento en el que Andrew Craig vuelve al lugar del crimen con la policía y parece que allí no ha pasado nada o cuando intentan asesinarlo atropellándolo con el coche, como ocurriera en los campos de maíz en el filme de Hitchcock, o por ejemplo la imagen de la sala de Conciertos donde se entregarán los premios, con una imagen muy parecida a la sede de la ONU en “Con la Muerte en los talones”, o la presencia de Leo G. Carroll en ambos filmes), pero no sólo eso sino que las referencias a Hitchcock son continuas, por ejemplo con esas transparencias tan cutres cuando viajan en coche, parecen sacadas de “Vértigo”. También me parece relevante el estilo “televisivo” que se adopta en algunos momentos, muy característico de los 60’s, por ejemplo en la presentación inicial de los personajes cuando los camareros van habitación por habitación llevando el regalo del hotel, se nos muestra de forma muy eficaz a cada uno de los personajes en muy poco tiempo.

Y nada más, que Paul Newman está esplendido como el escritor golfo, socarrón y borracho, que no puede dejar de meter las narices en un asunto turbio que le de un poco de vidilla, (aunque nadie puede creer que un tipo así haya escrito “El estado Perfecto”, novela por la que le dan el Nobel), al igual que el resto del reparto con mención especial a Edward G. Robinson, por supuesto, y a Sacha Pitoeff, “Daranyi”, el malo malísimo (que se parece a Martin Landau, de nuevo premeditadamente, me temo como bien se apunta).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
griffinjazz
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9
28 de diciembre de 2008
60 de 69 usuarios han encontrado esta crítica útil
No hace tantos años que Nicholas Ray estaba considerado un director menor, un director con un puñado de grandes obras pero poco más. Después de su muerte, Ray fue tenido cada vez en mayor consideración (en parte gracias al reconocimiento de Win Wenders) y hoy en día poca gente duda de que se trate de uno de los más grandes, una figura clave del cine americano. Con They Live by Night debuta en 1947 para RKO, una productora que en esta década estaba especializada en films negros de medio y bajo presupuesto (en este mismo año presentaría Retorno al Pasado, la obra maestra de Tourneur, sin ir más lejos). En esta primera película ya están patentes muchas de las claves del cine de Ray: el individualismo frente a la hipocresía de lo colectivo, un exacerbado sentido de la modernidad, sobre todo una especia de fatalidad que llevan marcados todos los personajes de Ray y la continua necesidad de huir, un pesimismo que hace pensar que las cartas están marcadas y poco se puede hacer para cambiar el destino (Nicholas Ray fue víctima de la Gran Depresión, trabajó en aquella época para el ministerio del interior y le pilló de lleno).

Todas estas constantes están en sus grandes obras maestras, en mi opinión “En un lugar solitario”, “Johnny Guitar” y “Chicago, Años 30” (a mí “Rebelde sin Causa” no me llega tanto, pero quizá sea el mejor exponente de su cine y de todo lo que he expuesto antes). Por último, antes de entrar a saco con la peli, decir que otra de las características fundamentales de Nicholas Ray era su independencia y su inconformismo, lo cual le llevó a enfrentarse a los grandes estudios y como consecuencia empezó a tener grandes problemas para dirigir, por lo que su filmografía no es tan extensa como cabía esperar, su carrera prácticamente se vio truncada en los sesenta.

En cuanto a “Los Amantes de la Noche” comenzar situándola en el subgénero negro “pareja chico/chica que huye de la justicia”, con un antecedente claro en “Solo se vive una vez”, de Fritz Lang y tres grandes secuelas: “Gun Crazy” de Joseph H. Lewis, “Bonnie & Clyde” de Arthur Penn y “La Huida” de Peckinpah, basada en la fantástica novela de Jim Thompson (y muchas más que no he visto o no me acuerdo, claro, por ejemplo “Al Final de la escapada” de Goddard también estaría relacionada, aunque hay diferencias importantes que la excluirían del grupo, en mi opinión, pero no quiero hacer esto eterno).

Decir que la primera que abre el filme es también histórica, Nicholas Ray convenció a John Houseman (productor) en utilizar un helicóptero para rodar en una sola toma la huida de la cárcel de Bowie y sus compinches, todo un prodigio técnico que luego sería continuamente imitado en escenas similares hasta la extenuación. Y que no se me olvide la casa esa en la que se agencia bodas a 500$ (creo recordar), un pequeño toque de humor para darle al espectador un respiro.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
griffinjazz
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9
23 de febrero de 2009
55 de 61 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ayer volví a ver este excelente filme de Lumet y me quede acojonado con la rabiosa actualidad que desprenden todas y cada una de las frases del guión. Cada palabra de los diversos discursos televisivos de Howard Beale (Peter Finch) se adaptan fielmente a la situación actual de crisis, crack económico, manipulación y vajeciones de las tv y los mass media en general, compra y venta de grandes corporaciones y multinacionares por capitales e intereses oscuros, globalización económica, convulsiones sociales, falta de escrúpulos en ejecutivos despiadados...

Ya digo, contemplaba atónito como no hemos avanzado nada y estamos igual que hace 30 años, aunque también puede tener una lectura positiva: todo es cíclico y de toda situación crítica se sale por mal que parezca que estamos, sólo que volverá a repetirse dentro de algunas décadas, como siempre ha ocurrido.

Por otra parte, Lumet intenta completar su visión pesimista sobre la sociedad indagando en el individuo, mostrando la crisis de valores y decadencia personal de los protagonistas, el poco apasionado romance entre los personajes de William Holden y Faye Dunaway es una triste huida hacia ninguna parte. Pero esta es la parte más fallida de la historia, el filme pierde fuerza cada vez que se abandona la trama principal y se abordan las vidas íntimas de los personajes.

Gran recreación de el mundo de la televisión como fenomeno manipulador, la competitividad dentro de la redacción y a la hora de tomas decisiones están perfectamente descritos convirtiendola en un gran referente de cine y periodismo, quizá un poco a remolque de "Todos los hombres del presidente" que la precedió un año pero muy influyente en cantidad de películas que se rodaron después.

Soberbias interpretaciones a cargo de Holden, la maravillosa Dunaway (oscar para ella), Peter Finch, Robert Duvall que venía de encarnar a su Tom Hagen de los dos padrinos y ojo, el característico Ned Beatty, dueño de la emisora, que tiene una excena brutal cuando abruma a Howard Beale haciendole ver que ha agredido a las fuerzas primitivas de la naturaleza con su forma de actuar mediante un encendido discurso.

Qué grandes filmes firmó Lumet en los 70's, un maestro.
griffinjazz
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