Fui a verla casi a ciegas, sólo por el gran Jordi Sánchez, y acabé saliendo escaldado y con una valiosa lección bajo el brazo: ningún actor por sí solo, por mucho que te guste, puede salvar una película mediocre del desastre más absoluto. Todo en "Ni de coña" es surrealistamente malo; guión totalmente desinspirado recurriendo constantemente a humor infantil, vulgar o sin gracia; actuaciones horribles y de vergüenza ajena (la pareja del impotente y la ninfómana es de lo peor y más sobreactuado que he visto en toda mi vida), y encima da la sensación de que la película haya sido grabada en cuatro tercios y luego zoomeada y recortada a lo cutre en la pantalla del cine... Es que ni eso está bien, maldita sea, ¡parece que sea una película grabada con unos colegas en un hotel cualquiera con un móvil! ESTUPOR es lo que siento de ver que un subproducto como este ha sido capaz de llegar a las salas. Hasta Jordi Sánchez es malo aquí.

Suelo ser mucho más lector que escritor de las críticas de Filmaffinity, pero viendo las de esta película, no me he podido resistir a hacer de justiciero entre tanta benevolencia y poco criterio que veo por aquí. Yo, que suelo ser más bien benigno, me he quedado traumatizado ante tamaño despropósito fílmico y os resumiré el por qué en cuatro breves puntos:

1-La banda sonora. Lo primero que me sacó de mis casillas fue el uso de una banda sonora realmente infantil por momentos, con uso de instrumentos de viento típicos de los dibujos animados de años 50 en atrás. Recordaba más a un concierto de música clásica para niños que a una película de terror, de verdad que pocas veces en mi vida me había sacado tanto de quicio una banda sonora. Y no sólo esos momentos; la banda sonora en general acompaña más bien poco, es incongruente y parece marcada por los patrones de los telefilms de consumo.

2-Los personajes principales. Odiosos, estereotipados y completamente absurdos. ¿He dicho ya odiosos? No se salva ninguno. No odiosos en el sentido puramente clásico del cine de terror, pero odiosos de todas formas. La protagonista parece sacada de un hospital psiquiátrico por momentos y no acaba de entenderse el sentido de sus momentos supuestamente cómicos fundamentados en, básicamente, verla hacer el imbécil y ser extraordinariamente torpe y mema. Cómo no, no faltan los momentos bipolares borderline en que las relaciones entre los personajes giran 180 grados para luego volver a girar y luego ya no tienes muy claro si es que se tienen especial apego o no se importan una mierda entre ellos.

3-Los personajes secundarios. RELLENO. Pero no relleno del que le aportan unos pocos champiñones a un estofado, no. Hablamos más bien del aire de las bolsas de Lays. Personajes sin sentido, sin gracia ninguna, cuyo único objeto es rellenar algún que otro minutilo de metraje sin tener que pasar el marrón de meterle TRAMA a la película. Quién sabe si están ahí porque al director le hacía ilusión que sus amiguetes salieran en la peli y les inventó papeles con ese único objeto. Realmente lamentable.

4-El guión. He de contenerme en este apartado, porque mi tasa de palabras malsonantes por línea sería preocupantemente alta para su publicación en cualquier web. El guión parece el fruto de una noche tonta de borrachera entre varios colegas que no lograron acabar antes de caer desmayados, y a la mañana siguiente, ya con resaca, tuvieron que inventarse un final y pensaron que ya tenían una historia montada. Disculpen, pero NO. Este guión es un insulto al espectador, un tremendo insulto y una muestra de poco respeto hacia nuestro tiempo desperdiciado en ver una sucesión de sin sentidos y hilos que empiezan pero que nunca acaban. Nunca llegamos a saber realmente nada del trasfondo en la más de hora y media de cinta, que básicamente está rellena de momentos supuestamente de tensión y que acaban siendo de puro tedio. Del final ni hablamos. Mejor ni hablamos. Me pregunto si el guionista tenía una prisa especial en intentar juntar tamaño montón de inconexiones o es que simplemente el argumento le importaba un rábano.

Lo único medianamente salvable de esta catástrofe cinematográfica es, quizás, la ambientación, bastante bien lograda y con un escenario bastante afortunado. Pero es que por mucho que pongas un plato mediocre en una bandeja de oro, sigue siendo mediocre.

Mi infancia estuvo siempre marcada por las míticas películas de acción de Stallone, Schwarchenegger, Norris (prototipos de superhombre máquina de matar)... y últimamente, me ha dado por rememorar tales tiempos y ver además la filmografía completa de estas estrellas de un tipo de cine tan particular que tuvo su auge en los ochenta y hoy en día casi ni existe.

Por ello, voy a puntuar las películas siempre desde su propio marco, huyendo de la tonta manía que tienen muchos de asignar automáticamente puntuaciones altas en cine más interpretativo (dramas, etc) y muy bajas en el más centrado en el entretenimiento puro y duro.

"El Hombre del Presidente" es un film que me ha decepcionado mucho. Se nota a la legua que es una producción sólo para TV, de forma que incluso da la impresión de estar viendo un capítulo de la famosa serie Walker; una película caracterizada por un ritmo excesivamente rápido, muy poca profundidad de diálogos y personajes y mucha precipitación del guión, que queda artificioso.

No me puedo creer que tanta gente haya sido partícipe de esto. Esta película es para censurarla, pero no por polémica, sino por falta de sentido. Es terrorismo ocupacional, un atentado contra el tiempo libre, nos roba lo más valioso que tenemos que es el tiempo y las ganas de vivir.

El guión no tiene pies ni cabeza. La sinopsis es lo único medio coherente de esta película, una especie de tela de araña para captar incautos que piensen que es una película con sentido, pero NO... las escenas se suceden sin conexión alguna entre ellas, surrealismo puro y duro que no conecta con nada, en ningún momento te estás enterando de lo que ocurre en pantalla y, lo que es peor, da la sensación de que es algo intencional, como si "la gracia" de esta película fuera precisamente eso, que no hay película. Sólo una panda de crueles actores, directores y demás equipo técnico tomándonos el pelo consiguiendo que perdamos el tiempo con su bazofia intencionada.

Tuve la sensación de que consiguieron una subvención inesperada y no supieron qué hacer con ella, y que ni siquiera el propio equipo técnico se tomó en serio la creación de su propia obra. Vi esta película por Jose Luis Gil, pensando erróneamente que solo su presencia era garantía de calidad, y me he pegado la ostia del siglo. He de decir que le he perdido todo el respeto que le tenía a ese actor, y esto no es ninguna broma. En serio, si valoráis vuestro tiempo, haced cualquier otra cosa que no sea ver esta aberración que no merece formar parte del séptimo arte.

Seguramente no es para todo el mundo, pero si eres un fan del cine de terror y buscas algo de aire fresco a la par que se homenajea directamente a una infinidad de películas del género, este es tu film.

Roberto de Feo lo ha vuelto a hacer. En "Nest" (La Maldición de Lake Manor) ya nos deleitó con una historia intrigante, en apariencia típica pero con un alucinante giro de tuerca, y en esta ocurre algo muy similar. Primero asistimos a una película de terror buena sin más, llena de clichés como todas, pero especialmente bien hecha, con personajes con trasfondo, etcétera. Pero hacia su último tercio, empieza la locura. No tiene sentido destripar nada más pero me quito el sombrero ante esa capacidad de sorprender al espectador sin perder el tono de su "clásica película de terror".