Fuera tapujos:
¿Se acuerdan de la mayoría de las series y pelis españolas de los 70 y 80? Quita "Ramón y Cajal", "Goya", "La Colmena" y alguna otra... y el resto es... Eso pasaba cuando probados buenos actores de teatro (la mejor cantera del cine español por aquellos años) tenían vedado el acceso al cine por capricho de comisarios políticos (pretendidamente progresistas) y de una economía audiovisual pobre como las ratas. A muchas de estas peli-series les ponían pero que muy bien tanto la crítica como el público progres, y eso sólo por llevar el marchamo de uno de los suyos. ¡Qué paletos y qué cutres!
Quién se acuerda de esos coñazos (¿ellos o las pelis?). Ahora se dibujan olvidados y descolocados. La generación de cineastas y actores actuales se los come con patatas. Les superan en mucho, pero sobre todo por no tener vicios de partida (eso de “correr delante de los grises”…).
Es muy sencillo: se trata de ver las cosas como son. Nada más. Es tonto buscar intenciones extrañas, contubernios judeo-masónicos o propaganda falangista. Es cine (o TV) y nada más. Y en este caso con bastante acierto. Llevo 3 capítulos y cada vez me gusta más. A pesar de caer en la analítica, me lanzo a esta crítica porque me da rabia lo garrulos que son muchos de mis paisanos, que son incapaces de reconocer cuando algo se hace bien por estos pagos.

Bienvenidas sean las telas:
Para empezar: se basa en una conocida novela de éxito. Y por ello digo que el guión adaptado es más que correcto (y en estos tiempos eso es mucho).
La factura, en general, es impecable. En HD es una gozadita: cada episodio es como una peli.
La dirección artística pero que muy lograda. Foto "que-pa-qué" (hay una luz...y unos colores...) El gusto con el que se trata lo de las telas y el corte y todo lo que lleva consigo, está pero que muy logrado.
El casting, como el de bastantes series españolas actuales, más que afortunado. Cada vez hay más profesionalidad y menos trabajo para tantos y tan buenos. Así que las ruedas de reconocimiento deben de ser una penita por la cantidad de gente buena que se queda fuera.
De Adriana diré que está estupenda: de aquí al estrellato. Es sólo cuestión de un par de semanas más.

Para terminar diré lo siguiente: no soy un adolescente, ni tampoco mujer, ni emigrante ni tampoco discapacitado. Tampoco me considero de izquierdas ni de derechas. Y, por supuesto, no soy de eso que llaman ahora ATRESMEDIA. Sólo trato de ver las cosas como son y de contarlas como las veo. Y esta serie el que se la pierda es porque no tiene tiempo y/o porque tiene mejores cosas que hacer. A los primeros les diré que qué pena. A los segundos, que qué suerte. A los demás… ¡coño, poned la tele y abrid bien los ojos!...que echan una buena y además es…española.

Yo ya no me creo que Mr. Allen sea capaz de crearse todo- como antes-y además acertar. Así que reconozcámoslo: estos señores/as (todos) han dado en el clavo.
El guión original es eso precisamente (o hay alguna novela que va de eso...): original. Y a éste que escribe, que ya es un poco descreído y de siempre un cascarrabias, le sorprendió gratamente. Lo del doble salto en el tiempo, igual hasta se inspira en las "patadas" de "Origen"...
Los españoles deberían verla todos. Se ve algo de lo que fuimos: la época de la "Generación de Plata" y que ahora, como que no: ese genio, esa frescura y esa pasión, no parecen corresponderse con los tiempos en que vivimos. Así que por algún instante uno también siente cierta nostalgia de la que dicen los personajes.
¡Qué bien sale siempre la Cotillard! Que no es requeteguapa. Pero que es pero que muy interesante. Algo así como la Weisz. Estas es que son más parecidas a las de los 40.
El Wilson es eso: el Wilson haciendo de Wilson: perfecto. Muy yanqui él y muy asombrado a lo soso. En vivo y directo tiene que ser la monda y así se mete en el bolsillo a los dires y productores, porque actuando... Aunque, eso sí aquí está muy en su papel. Es que hace de despistado.
Sinceramente, con buen guión y mejor dirección se puede hacer una buena peli . Ese es el milagro del cine y que limita tanto al teatro.
Vamos, id a verla. Estará entre las 10 mejores del año. Y eso justifica pasar por taquilla.

Porque en eso se queda.

Juliette Binoche tremenda, apabullante, excesiva, sigue buscando esa película que le de el pasaporte al olimpo de la verdadera inmortalidad: diosa del celuloide. Pero sigue sin dar con ella. Esta, desde luego, no lo es.
Aquí da con el papel, como otras veces (Azul), pero no con lo demás. Esta vez sí acertó también con el fotógrafo. Le fallan el director, el guión...y el "partenaire". Casi nada.

Willian Shimell será un dios de la lírica. Como actor, cacho de carne y poco más. Su autocontrol, necesario en el directo, no lo deja en cinta. Y así, va a ser que no. No es actor. La música requiere cabeza muy bien amueblada. En el cine hay que saber perderla. A pesar de que su presencia y su aire van perfectos, no basta con la foto. Hay que actuar.

Resumiendo los actores: Ojos. Sí, ojos. Los de ella cuentan y qué bien, multitud de cosas. Los de él, fríos como el hielo (como su personaje), nada de nada.

Exteriores, interiores y su foto, más que buenos. Esos trayectos en coche, pero que muy bien. La parte costumbrista, también. Pero el ritmo y el pulso narrativo se pierde por momentos. Cuestión de continente y de contenido. No se cuenta nada ni medio nuevo. Mucho tópico de crisis de los 40 ó 50. Situaciones desaprovechadas. Esa relación con el niño, merece algo mejor. Juliette da para eso. Pero no basta con ella.

Y luego todo tan europeo, tan otoñal, tan...poco.

Y finalmente, si ahora sumamos todo, igual a... Y lo que sale no gusta, porque no cuadra y sobre todo porque por momentos aburre. Demasiada actriz para tan poca película. Uno de los términos de la suma es el-casi-todo. Eso es un monólogo, no cine.

Juliette, sigue buscando.

Y es que a partir de ya, otra estupenda peli va a permitirles el día que- por lo que sea-no se hayan preparado la clase, ponerles a los alumnos algo que además instruye y así quedan como unos señores.
Psquiatras, psicólogos, psicoanalistas y demás especies existentes o por existir de profesores y eternos aprendices de la mente humana, ya se frotan las manos. Crudeza y desasosiego de principio a fin: ensoñaciones; depresión; vahídos; manías persecutorias. También: desdoblamiento de personalidad; alucinaciones; autoflagelación y autolesiones. Paranoia toda. Y todo en el mismo paquete. Realmente es eso que se llama thriller psicológico y que casi no se deja nada...
Es para mayores de 18, pero no como la primera "El cabo del miedo" o "El resplandor", sino para más que eso. Lo menos 25. Con más de 40 se le atragantará a alguno.
La forma de rodar muy moderna e inteligente (cámara en ristre, desenfoques y todo eso...). El sonido y la música a juego. Y todo para una historia como las de la Antigua Grecia: humana, universal y eterna.
El tiempo la convertirá en un clásico. Aunque -eso sí- no repetiremos mucho. No es como Grease. Es que es "sólo para adultos".
Lo dicho: no apta para desequilibrados y/o cobardes. Los demás, derechitos a hacerse con el DVD de calidad o Bluyray, que los colores, brillos y claroscuros también son importantes.

Es posible que algún aficionado al buen cine no la vea porque sea una gran superproducción de Hollywood ? Supongo que sí, que es muy posible. Allá él o ella. Es triste pero a veces los prejuicios nos llevan a perdernos gran parte de lo mejor de la vida. Y además, da la casualidad de que esta película va precisamente de eso: de la vida y de lo que no hay que perderse en este, a la postre, breve transcurso nuestro en ella.
¡Qué bien que existen los EE.UU.! De no haber existido, dudo de que podamos permitirnos disfrutar de estas magníficas obras del séptimo arte. ¡Qué carajo tienen que ver la política, las relaciones internacionales y la guerra con el arte y las buenas intenciones!
Si vas mal de dinero, no importa. Lo amortizas de sobra. Son más de dos horas y media de puro entretenimiento, de inteligencia y de belleza. Lo llaman ARTE. Y no se subasta porque, una vez vista, la peli te la llevas puesta, dentro de tí y en tu sonrisa. Cuanto más sensible seas más dentro y cuantos menos prejuicios más sonriente.
La he puesto un ocho. Para mí una nota muy alta. Y no la he puesto un nueve, o sea, la leche, porque voy a esperar con prudencia unos días para ver como evoluciona conmigo. Sí, eso también, a veces esa expresión no es sólo propia de un cursi o de un progre de esos tan tontos que hablan siempre de esas cosas tan "imprescindibles".
Apuesto a qué más de uno, tras verla, se plantea más de una cuestión en su vida, aunque sólo sea por unos días. Y eso sin ser Navidad. ¡Guau!
Atención: se utilizan símbolos para sujetar mejor la trama si cabe. Símbolos muy ancestrales ya para nosotros: el reloj, el dinero, los botones, los zapatos y caminar, la piel y el cabello, los ojos. ¡Huy!, los ojos. Esos ojos profundos, llenos de vida, por venir o vivida. ¡Qué paradojas del casting! Los mismos que Tolkien nos describió para la reina de la raza de los Noldor.
A su vez, evolucionamos, igual que la película. La de verdad. La de acetato. Y también igual que la retina del protagonista. Al revés que todos en nuestras vidas. Del casi gótico al "color ideal", pasando por los ocres y el Eastmancolor. ¡Qué fotografía! ¡Qué escenarios! ¡Qué ambientes!. De bebés, con todos los sentidos al 1000 por cien. De ancianos, sólo al 10 por cien.
Cine, cine y cine. Vida, vida y vida. Arte, arte y arte.
Pasen y vean uno de los más curiosos e increíbles espectáculos del mundo: el increíble hombre del reloj invertido. Si repiten y la han visto antes, descuento. El dinero no lo es todo en la vida. Ni mucho menos.