Francia, París, la tercera guerra mundial, La Jetée... Un niño que mira, un hombre que corre, una bella mujer que se vuelve apesadumbrada, disparos, científicos locos, viajes al pasado, al presente, al futuro...
Espectacular montaje, espectacular originalidad de la propuesta. Verdaderamente una obra de arte. La obra maestra de elevadísima calidad llega al zénit en los breves segundos en los que la foto fija se convierte en imágenes a velocidad 'real', a lo Lumiere, cuando la bella mujer sonríe a la cámara desde la cama.
Fabulosa, inquietante y 100% francesa, en el mejor sentido de la palabra.
Por otra parte, el título de mi crítica hace referencia a la versión extendida y llena de hallazgos de Terry Gilliam. Y es que el hecho de que Terry no sólo conozca esta obra maestra (generacionalmente estaba obligado a ello) sino que recoja la sinopsis, se la lleve a Estados Unidos y de una manera un tanto comercial explote las infinitas posibilidades de esta cinta, no sólo me emocionan sino que encumbran aún más la figura del brillante director que resulta ser el ex-Python. Siempre me sorprendió que una película así fuera tan europea, tan frencesa, no me cuadraba. No me cuadraba esa utilización del acordeón de la B.S.O., esa boina bohemia de Brad Pitt, esa belleza francesa de la Stowe, esa referencia a la 1ª Guerra Mundial... En fin esta es la respuesta. Un diez para Chris Marker, no se puede hacer más con menos, y un nueve para Terry por ponernos en la senda del verdadero cine.

Fantástica película. No digo nada nuevo, pero que bella es la sencillez de Truffaut...
La entrevista con la psicóloga es la escena donde se desvela la madurez real de un niño al que, parafreaseando a Quino, no le han dejado ejercer.
En estos días en los que se habla tanto del síndrome de Peter Pan de los niños de ahora, no sería mala idea la de hacer llegar a todas las escuelas un dvd que no fuera de Al Gore y que fuera de obligado visionado para los niños y especialmente para los padres.
Antoine, el hijo que cualquier buena madre querría tener, comete los errores que suele cometer todo niño al que, sin pedirle permiso, le han hecho madurar antes de tiempo. Creo que, como a Antoine, a los chicos de ahora que crecen sin la cercanía de sus padres, más empeñados en darle comodidades a sus hijos que en darle afecto, les ocurre que condenados a valerse por sí mismos y a madurar antes de tiempo, acaban por querer recuperar a destiempo una infancia que ya han perdido.
Antoine quiere llegar al mar por sí mismo, quiere hacerse mayor y emanciparse porque cree conocer ya los entresijos de la vida adulta, aunque sin edad suficiente para comprenderla y ponderarla. Logra llegar al mar, sí, pero sin que nadie haya reparado en explicarle que aunque bello es inabarcable y que está lleno de peligros. Al igual que hacerse adulto, el mar es el hallazgo de la libertdad, sí, pero de la libertad que a uno le 'obliga' a decidir sin tener la menor idea de cual es el rumbo a tomar en ella.
La libertad, que por definición es la posibilidad de elegir, entraña una responsabilidad a la que hacerle frente resulta una ardua tarea. Tener la opción de elegir implica tener la opción de elegir mal y eso, me temo, que a Antoine no se lo ha explicado nadie, ni se lo han hecho escribir 400 veces y que hasta que no reciba los 400 golpes (de ahí el 'error' de la traducción en mi opinión) no acabará de entender.

Sí, creo que es lo justo. Yo ya estuve en el suyo y me gustó lo que ví.
Originalísma película, desde el 7º piso y medio, pasando por la secretaria dislexica auditiva, ese viejo salido y, por supuesto, por la morbosa socia de Cusack (ser sinceros, ¿quién que haya visto esta película no se la quiere tirar? Y no ando con eufemismos porque es lo que nos gustaría hacer con ella, no nos engañemos)
He de decir que Malkovich es una de mis debilidades, especialmente en la película esa del ladrón de joyas, estaba fantástico. Y John Cusack es uno de mis actores fetiche, todo lo que él hace me lo creo, no puedo evitarlo.
A Spike, que ya sabemos que no se llama Spike pero da igual, le perdono hasta que me transexualice a Cameron, hasta eso me parece excitante.
Además, he descubierto mi vocación: voy a ser marionetista.
Estupenda y divertidísima broma, me apunto a ese grupo de viejos a lo Cocoon, aunque si puedo elegir me quedo con el cuerpo de Brad Pitt, con su cartera, con sus ex y con su pareja actual.
Recomendación:
Verter esta película en un bol y mezclar con algún disco de Hamburguesa Vegetal, una pizca del Dwight de The Office (la serie) y el cocktail será un éxito. ¡Qué aproveche!.

Eso que se ha dado en llamar el Fincher pos-Zodiac, que quereis que os diga, me aburre. Pase Zodiac porque, bueno, en fin, era más una disertación sobre una historia real tipo documental, una búsqueda de la perfección en la técnica... ¿Veis el mal que pueden ocasionar los Oscar? Si se dan antes de tiempo mal. Si se da a destiempo peor. Esta película es 100% Hollywood, técnicamente impecable con recursos innovadores como siempre ocurre con Fincher, pero candidata al Oscar antes de ser vista, algo así como lo que ocurre con Garci y los Goya. El bueno de David quiere un oscar, ya lo tene (hoy es 14 de febrero, veremos que pasa) ha hecho la película perfecta para ello. Pero si tengo que ser sincero este tipo de películas se acercan más a Regreso a Howards End y a Las normas de la casa de la sidra que al Fincher que lnosotros conocíamos. Este tipo de películas que te parece haber visto ya y que por alguna extraña razón siempre es alabada por la crítica. Y lo que es más preocupante, me recuerda a esa obra maestra de Tim Burton llamada Big Fish e ignorada por los académicos hasta en el mensaje. Brad Pitt en mi opinión salva la cinta que de haber sido realizada por otro actor habría sido sencillamente infumable, lacrimógena y vacía. Que les den a los dos el Oscar y que vuelvan a su carreras respectivamente. Es el Fincher de The Game, Seven o El Club de la Lucha es que arriesga, innova y merece los premios, es el Pitt de estas dos últimas, del vampiro entrevistado o de Babel (especialmente el de Babel) el que me interesa y el que debería ser oscarizado. Un último consejo a mi amigo David, fíjate en el otro David de apellido Lynch que nunca se ha vendido, que se sigue atreviendo con todo y que debería tener al menos cinco o seis estatuillas y no tiene ninguna.

Magnífica, fabulosa, delirante y aún así cruda y real. La película va de drogas, sólo de drogas, ¿o no es así? Pues creo que no.
Creo que es un palo más en las anchas espaldas del primer país del mundo. Y es que está mal decirlo pero, ¿hay algo que escape del control de los verdaderos americanos? Entiéndase por tal apelativo a los que gobiernan desde la sombra en USA. En fin, lo de Vietnam estuvo mal, lo de Nicaragua estuvo mal, lo de Cuba estuvo mal y primero una parte y finalmente toda la juventud americana de los sesenta lo sabía. Y que hicieron, ¿Quemar autobuses? ¿Tirar cócteles molotov? ¿Levantarse en armas? No, 'tío', nada que ver, se dejaron la gilette en casa, se quitaron los zapatos, creyeron en el amor y en la paz y, eso sí, grave error, exprimieron demasiado el camino de la mano izquierda hinduista. Momento que la CIA aprovechó para cambiar la 'ganja' por LSD y transformar la generación más valiente y creativa de la historia de los EEUU en adictos.
Y cuando abusas de las drogas antes o después te da el bajón. Y eso es malo siendo americano pero es aún peor si te ocurre en Las Vegas, paradigma del Sueño Americano o, mejor dicho, del Gran Engaño Americano. Es extraño que estas reflexiones las haga un politoxicómano esperpéntico pero, en fin, alguien tiene que hacerlas. Deep y el 'samoano' Del Toro saben que hace tiempo que perdieron la batalla pero no se rinden. El optimismo hippy se ha convertido en el nihilismo freak. Para ellos, que ven desde el otro lado la hipocresía del American Way of Life, el país puede seguir su curso siempre que no cuenten con ellos.