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Críticas de Vakulinchuk
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Críticas 16
Críticas ordenadas por utilidad
5
17 de junio de 2008
59 de 74 usuarios han encontrado esta crítica útil
Soy absolutamente consciente de que ésta es una de las películas más valoradas del cine español de posguerra, de los riesgos que se asumieron con ella, al apartarse en su desarrollo del estilo de cine imperante en nuestro País, y que marcaría un antes y un después en el mismo. También tengo presente que es producto de mis admirados Berlanga y Juan Antonio Bardem, de quienes ésta resulta ser su primera obra, despues vendrían las mágnificas "Bienvenido Mr. Marshall" y "Cómicos" de cada uno de ellos respectivamente y ya por separado, y ejemplifica como desde este mismo comienzo, se las ingenian a la perfección para lograr introducir con habilidad un determinado grado de crítica social, burlando la rígida censura franquista, quizás su mayor punto en común en unas formas de entender el cine que luego presentarían serias diferencias. Tampoco me olvido de Fernando Fernán Gómez y sus irrefutables dotes de actor, ni de como esta película recoge alguna pizca de la influencia del neorrealismo italiano, intentando dar un aire distinto a nuestro cine, ni de cómo, jugando con la trama argumental, nos enseña como era el mundo del cine en aquellos años y sus precariedades o de forma aun mas interesante, como era la vida diaria, de aquel Madrid, de aquella España, de las personas, de sus sueños, anhelos y frustraciones en una sociedad aun en ruinas, en la que los bancos de los parques al amanecer, están repletos de mendigos y de personas sin hogar, durmiendo a la intemperie y recogidos sobre si mismos. Elvira Quintillá, bien en su papel de amante y enamorada esposa de Fernan Gómez, que traza un convincente retrato de la evolución de algunos matrimonios, cuando la desilusión y el desencantamiento empieza a cebarse en ellos y a borrar el color rosa con que se pintaba todo a su alrededor. No olvido todo eso, pero en realidad me he aburrido como una ostra viéndola, y realmente soy un enamorado del cine español, donde encuentro verdaderas joyas. Ésta se me vendía como tal, pero yo no supe ver, no supe encontrar otros meritos que los intelectuales, quedándoseme muy ocultos aquellos que deberían de corresponderse a este tipo de comedia, los que deberían ser evidentes para el gran público, aun cuando sea con un estilo nuevo. Puede que no tuvieran del todo en cuenta el ¡Sentido comercial! que tanto se predica en la película. Seguramente es culpa mía. !A la felicidad por la electronica!
Vakulinchuk
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8
3 de julio de 2007
31 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
“El prado” pertenece a ese género de películas que uno desconoce que existe y que cuando las visiona se queda extasiado por tener conciencia de que ha descubierto algo valioso, algo que otros muchos ignoran. “El prado” es una película enorme, de un poder visual que en muchas de sus imágenes resulta apabullante. El prado, centro de esta película, simboliza, todo el devenir, todo el sufrimiento, toda la dedicación y esfuerzo de una familia muy humilde por sobrevivir al hambre. El perderlo puede suponer perderse ellos mismos, perder la razón por la que uno ha vivido, perder aquello donde ha quedado empapada el alma a lo largo de tantos años de penalidades. El dinero no lo debería de poder comprar todo y por eso mismo, la rebeldía, la violencia, la fuerza, algunas veces no sólo son entendibles, sino necesarias. Película que reúne a grandiosos actores. Un Richard Harris soberbio, quizás en su mejor papel, a mi modesto entender. William Hurt, aquel que hacia de Calígula en la serie Yo Claudio, ofrece una actuación fantástica, de lo que aquí se denominaría “El tonto del pueblo”, Sean Bean lleva con soltura su papel de hijo atormentado y mediatizado por un padre de personalidad aplastante y autoritaria y completa el cuadro un Tom Berenguer que no desentona de los anteriores. El cine irlandés es peculiar, o quizás uno debería decir “sus personajes” y seguramente por eso uno encuentra muchas similitudes con otros títulos. Tipos tozudos, autoritarios y dignos…
Vakulinchuk
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10
20 de abril de 2008
28 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
A uno le gustaría tener tiempo para dedicar a hacer una crítica o al menos un comentario de las películas que va viendo, pero realmente pocas veces lo encuentra, o pocas veces una película le impacta de tal modo que se busca ese tiempo de donde sea para cubrir esa imperiosa necesidad de escribir sobre las ideas que esa película ha dejado en su cabeza. “Requiem por un Campeón” ha conseguido por su magnífica factura el ponerme al teclado.
Es innegable la buena actuación de Anthony Quinn, ese boxeador machacado a golpes tras 17 años de peleas (tal como queda reflejado en el rostro de Quinn con una magnífica caracterización), y que no le dejaron nada en los bolsillos pero si un cuerpo quebrantado hasta tal punto que sus días de boxeo tocan a su fin. El personaje te hace palpable en cada gesto, en cada torpe movimiento, el ocaso de ese gran púgil que fue y ya no es, haciéndote sentir como su único mundo se acaba y se aboca hacia un abismo de incertidumbres, con sus tics de boxeador asomando a cada paso y al que sólo le queda su maltrecho orgullo, insuficiente ya para volver a lenvantarse de la lona. Hasta ahora, “Zampano” era mi imagen de Quinn, ahora tendrá que competir con “Montaña Rivera” este personaje, que habré de defender, como una de las mejores interpretaciones del mundo del boxeo en el cine, curiosamente en una película muy poco conocida. La dignidad que muestra el personaje dentro de su primitiva personalidad queda resumida en la idea que tiene de sí mismo, cuando para dar señas de su persona, balbucea “sólo diga de mi que tengo 111 peleas y que nunca acepté un soborno”. Ese bar de boxeadores, de contadores de historietas del pasado, del tiempo y las glorias que no volverán, respira una atmósfera estupenda y da una ambientación que para sí quisieran otras películas de más calado. Quinn estaba en esta película atravesando uno de sus mejores momentos interpretativos, ese mismo año había rodado Barrabas, al año siguiente estaría en Lawrence de Arabia, y a continuación se enfundaría para siempre el traje de Zorba el Griego. Pero las delicias no se acaban aquí, Mickey Rooney esta estupendo, en un papel serio en el que sabe dar replica perfecta a la debacle vital de “Montaña”, y Jackie Gleason, el inmortal Gordo de Minnesota de la inolvidable “El buscavidas” está estupendo en su papel de manager acorralado por las circunstancias. La película se desarrolla en un magnífico blanco y negro que realza todos los matices y todos los gestos, que en el rostro de estos actorazos a veces dicen más que sus palabras. En definitiva un gran descubrimiento.
¡Que distinta es la sensación de cuando uno ve una película recomendada hasta la saciedad a diestro y siniestro y después no encuentra nada de aquello que esperaba, que cuando uno se acerca dubitativo a una película más o menos desconocida, sin esperar gran cosa de ella, y finalmente te conquista fotograma a fotograma, hasta hacerte escribir para recordar el buen momento que se pasó viéndola!
Vakulinchuk
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8
17 de junio de 2008
23 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Resulta que desde el mismo momento en que terminamos de ver esta película en familia, mi hijo de 6 años corre los pasillos diciendo que es el Capitan Vallo y al menor, el de tres, no le quedó otro remedio que acompañarle en el papel de “Ojo”. Burt Lancaster y su compañero de tiempos circenses, Nick Cravat, con su infinito dinamismo, con su descaro ante la cámara, con sus ademanes de “aquí estoy yo” inundan la pantalla de frescura y aventura y terminan por hacer olvidar a dos niños de nuestro tiempo a su idolatrado “Jack Sparrow “ y otras especias de la mercadotécnia actual. Ellos son la película, su esencia y su razón de ser y de perdurar como título mítico dentro del cine de aventuras. El resto de la película no deja de ser un mero trasunto para su lucimiento, una historia más de piratas, con su chica bonita, con su entuerto que deshacer, sus pantalones bermudas muy rajados en las perneras, pero siempre impolutos y bien planchados, con sus malos muy torpes y con sus cruces de espadas. La película está inundada de cosas que chirrían y que se nos aparecen como de cartón piedra, falsas y artificiales en grado superior a lo deseable, pero todo está disculpado con creces con la prestancia y socarronería de esta pareja de piratas, que te hacen recordar cuando correteabas como ahora hacen mis hijos, gritando espada de madera en mano “Asegurad la cangreja, todos a sus puestos, al abordaje!!!!” La veré cien veces más.
Vakulinchuk
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6
28 de agosto de 2006
17 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película que a pesar de encontrarse mal valorada, no deja de ser un buen trasunto del mundo en el que vivimos. Como ellos, los habitantes de la Isla de Pascua, alejados y desconocedores de cualquier otro tipo de civilización, nos encontramos nosotros en este planeta Tierra. Lo que para nosotros es el infinito del espacio, es para ellos la enormidad del Océano que les rodea. De hecho, hoy día, la Isla de Pascua es el lugar habitado de nuestro planeta más alejado de cualquier otro con presencia humana. De la misma forma que nosotros estamos destrozando la Tierra de forma sistemática, con la misma fortuna y afán acabaron ellos con el ecosistema que les procuraba el sustento. La superpoblación agudizó sus problemas, al igual que nos ocurre a nosotros de forma cada vez más preocupante. También encontraron allí sus ecos, y la película lo refleja eficazmente, guerras civiles, odios, pasiones, ambiciones y todas las demás pulsiones que acompañan al ser humano. No deja de ser ésta una película histórica, pues los hechos que narra, al menos en cuanto al ocaso de la civilización en la Isla de Pascua, son del todo ciertos según los últimos estudios. Y es en ese carácter histórico donde reside su interés, pues como si de un laboratorio se tratara podemos ver reflejada en la evolución de esa cultura, la nuestra propia, ya que si continuamos con la obcecación de maltratar nuestro planeta y sojuzgar de forma injusta a otros semejantes menos afortunados, nuestro destino no puede ser otro que el de la extinción y el dejar un paisaje tan solitario y enigmático como ahora nos resulta la Isla de Pascua con sus circunspectos moais. Formalmente la película es correcta y entretenida, resultando los paisajes de gran belleza y colorido. No goza de actuaciones brillantes pero si logra su fin, de transmitir de forma indirecta la soledad en la que se encuentra la humanidad y su necesidad de encontrar nuevos horizontes. Por mi parte al menos un punto por encima de la media.
Vakulinchuk
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