arrow

La ironía del destino, o goce de su baño! (Miniserie de TV) (1975)

La ironía del destino, o goce de su baño! (Miniserie de TV)
192 min.
6,7
235
Votar
Plugin no soportado
Añadir a listas
Sinopsis
Miniserie de TV (1975). 2 episodios. Zhenya es un hombre que el día de nochevieja se reúne con sus amigos para llevar a cabo un viejo ritual consistente en ir a unos baños públicos y beber. Cuando todos están borrachos, Zhenya se mete por error en un avión a otra ciudad y al llegar entra en una casa que no es la suya, con el consiguiente enredo que se organiza.. Película soviética considerada de culto que contó en 2007 con una secuela dirigida por Timur Bekmambetov. (FILMAFFINITY)
Género
Serie de TV Comedia Drama Romance Miniserie de TV Película de culto Navidad
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Unión Soviética (URSS) Unión Soviética (URSS)
Título original:
Ironiya sudby, ili S legkim parom! (The Irony of Fate, or Enjoy Your Bath!)
Duración
192 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
1
BRAGUINSKY Y LOS 50 MILLONES
50 millones de espectadores, o tal vez 500, vieron esta película en la ancha URSS, y Eisenstein en su tumba agarraba fuerte la lápida por dentro.

Para empezar, el guionista se llama Braguinsky.

El protagonista es un cirujano de cociente intelectual 60 ó 65. Vive con su madre bigotuda (los subtítulos dicen una mamá chévere y un hijo babieca) en un apartamento caótico. Al carpintero le dijeron: Que el apartamento se vea caótico. Por él no quedó. Imposible distinguir qué es cocina o dormitorio, recibidor o baño; qué es armario o silla, mesa o espejo: fragmentos. Pero sí se distinguen las copas y las botellas. Caos sí, pero dentro de un orden.

El doctor se reúne con los amigotes en unos baños de vapor, unas oficinas con mamparas bajas y sofás de eskai cubiertos con sábanas, igual que los usuarios, envueltos como romanos por encima del braslip. El vapor se supone, porque no brilla una gota de sudor, pero por dentro se bañan con litros de vodka: hay una barra de bar junto a una báscula de ganado.

El doctor agarra una trompa mayúscula. Aquí se trabaja en serio, con gran concentración y respeto, dando lo mejor. Más de media hora de caminar sin tenerse en pie, o farfullar sin que se entienda, excepto el relato “Estaba en los baños de vapor cuando…”, que comienza unas 190 veces. A los 50 millones no les importa, a ellos también se les sale el vodka por las orejas.

Hay un amante celoso, Hipólito. Cuando le da el pronto sale hecho un basilisco a la noche, a hacer trompos, derrapajes y molinetes sin fin por avenidas de hielo. Se conoce que en Leningrado no vive un alma. Estarán todos en el cine. Menos el de la excavadora azul, que vuelca distraído su carga de nieve sucia sobre el coche de Hipólito. Y eso que el coche es naranja. Pero da igual: los 50 millones están lo bastante beodos.
En algún plano se ve que el coche es de juguete, escala caja de cerillas, pero no importa, por lo ya sabido.

Cuando alguien echa mano de una guitarra que siempre anda por ahí entre los fragmentos de mobiliario, hay que temblar. Sin molestarse en simular los movimientos de los dedos en el traste, larga una balada lacrimógena. El encargado de los subtítulos aprovecha para refrescar el gaznate en el bar y van a buscar al suplente al frenopático donde reside. Produce letras más o menos como: “Enunciado te he mi fenomenología de emociones, y un cuervo expectora en la sección frágil de un bosque relativamente poblado, mientras mi víscera cardiovascular precipita lluvia…”.

El director de fotografía obsequia con insistencia en ropas y luces un color morado vibrante y agresivo, que corroe la vista. No entendió cuando le dijeron: ¿No te estás poniendo bastante morado?

La película dura tres horas. Por un atajo pueden lanzarse a una piscina de vodka con la boca abierta.
O ahorrársela e ir a comer una tortilla de patata con un vaso de tintorro. Será más sano para su cerebro y su hígado, para sus vísceras en general.

¡Pobre Eisenstein!
[Leer más +]
29 de 50 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
Si hay tortilla y cerveza después, hay esperanza
No, verá, Hipólito, mis amigos y yo tenemos una tradición en fin de año y es irnos a dar un baño de vapor. Allí bebimos y luego fuimos al aeropuerto, me montaron en el avión por error. Viajaba mi amigo Pablo y me montaron a mí...

Si has visto esta película y ahora mismo estás leyendo estas líneas, se puede llegar a correr peligro de sufrir un infarto porque el corazón no resista la emoción (o furia) que se produzca al descubrir que aún no te has deshecho de volver a ver o escuchar esa explicación. El leitmotiv (¡qué emoción! siempre había querido usar esta palabra, aunque quizá sería mejor haber empleado "la excusa"... humm.. e incluso "mcguffin"...) se repite hasta la saciedad. En mi pueblo se emplea una expresión cuando "estás lleno". Por ejemplo, situación, vas al pueblo a casa de los señores padres y te dan de comer como a una reina ¿cómo se llama a la sensación que se apodera de ti en la sobremesa? "Tupida". Sí, como las medias, tupidas. Dices "estoy tupida de todo" traducible por "toy tupía de tó". Pues hasta el hastío acabas de escuchar lo del baño, lo del avión, lo de su amigo Pablo, más luego lo de la confusión de apartamentos. Tupe Moscu, tupe Leningrado.

Ese es uno de sus errores; el otro, y no por nombrarlo en segundo lugar es menos importante, es la duración. Nadia, la protagonista de la obra que nos ha reunido aquí, en un momento de la película dice: "Ya ha amanecido ahí fuera..." Pues sí, a nosotros también nos dio la sensación de que si salíamos a la calle en ese instante, también el alba habría rogado aparecer junto al nuevo día. Tres horas y algunos minutos para contar una historia de hora y media escasa, no tiene disculpa ni perdón si es extendida hasta el delirio. Navarone, traiga sus cañones, que tiene trabajo.

En sí, es mala, no entiendo que sea una película de culto porque no se le ve la gracia por ningún lado, excepto si te burlas de ella. De todas formas, que sea cutre, que tenga cortes extraños, no me importa tanto, pero ciertamente, algo insufrible es. Eso sí, la traducción de la que disfrutamos tiene su punto, no sé si decían esas cosas realmente o era inventado, aunque dudo que alguien tenga tanta imaginación. A la almohada, a las estrellas, a la naturaleza en general, quizá sí le puedas preguntar cosas, casi siempre retóricas pero a un fresno, queda raro. Esto es como Tomás con las llagas de Cristo, que no lo crees hasta que no lo ves. Cuando me encuentre con un fresno (y si lo reconozco), quizá le pregunté si fue a él mismo a quien le preguntaron... parece que estoy viendo la estampa, sí, lo veo todo, veo el fresno, veo la intranquilidad del espíritu que te hace cuestionarte tus dudas internas, veo la necesidad de dirigirme al fresno, y veo ¿pero qué veo a lo lejos en el cielo? oh, son los cuervos lentos que vienen a posarse sobre sus ramas.
[Leer más +]
17 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Más información sobre La ironía del destino, o goce de su baño! (Miniserie de TV)
Fichas más visitadas