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La oreja (1970)

La oreja
94 min.
7,2
411
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Sinopsis
Ludvik, miembro del partido comunista, vuelve a casa tras haber descubierto que varios de sus compañeros ya no están en su puesto. Una vez en casa descubre que está siendo escuchado por el partido y que un grupo de hombres le esperan fuera de su casa, por lo que teme ser el siguiente en ser "relegado" de sus funciones... (FILMAFFINITY)
Género
Drama Política Nueva Ola Checoslovaca
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Checoslovaquia Checoslovaquia
Título original:
Ucho (The Ear)
Duración
94 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
Premios
1990: Festival de Cannes: Nominada a la Palma de Oro (mejor película)
9
El Oído omnipresente
Genial obra maestra de Karel Kachyna que no pudo salir a la luz hasta la caída del comunismo en Checoslovaquia, es decir, 20 años después de su filmación, de hecho concurrió al Festival de Cannes de 1990 optando a la Palma de Oro. Por lo general todas las películas del director checo permanecieron a buen recaudo hasta la Revolución de Terciopelo. Sin embargo esta tiene una significación especial por varios motivos, entre ellos el de que todos los que se interesaban por ella tenían que dar cuentas a los órganos de seguridad del estado socialista checoslovaco, lo cual nunca era un trance agradable. Cuando acabó su filmación hacía dos años que los tanques soviéticos habían entrado en el país acabando con cualquier intento de liberalización político-económica. Sin lugar a dudas esta es una película nacida en este clima de descontento por la perpetuación del comunismo a través de las políticas de Gustáv Husák (el actor que la interpreta en la película tiene un sorprendente parecido), Secretario General del Partido, que desde su subida al poder en 1969 se preocupó por fortalecer el poder de los órganos de seguridad y por cercenar cualquier tipo de legado procedente del 68. Es evidente que una película como ésta no podía ver la luz bajo ningún pretexto.

En primer lugar destacar los aspectos técnicos, muy logrados con los escasos medios de los que pudo disponer el director dadas las circunstancias. Se puede decir que los escenarios están planteados con gran esmero, siendo uno de los principales activos de la película, predominando los blancos y la luz en los momentos de gran angustia y desesperación; mientras que el negro y la oscuridad son el medio en el que más a gusto parecen desenvolverse los personajes, temerosos de esa luz que dibuja lo que parece un destino fatal. Es verdaderamente impresionante el clima de angustia y paranoia al que se ven empujados Anna y Ludvik, moviéndose por su casa con dos candelabros como si de una vieja película de terror se tratara.

El lenguaje cinematográfico es muy novedoso, en la línea de ese innovador y ambicioso cine checo surgido desde los años 60, del que es un buen exponente "The Party and the Guests". La película gira fundamentalmente en torno a Ludvik en su intento por dilucidar los misterios que rodean a esa noche en que él y su mujer habían asistido a una recepción del Partido llena de apparatchiks. En ese viaje a través de la memoria al que le empujará su mujer, como psicoanalista de métodos ortodoxos en medio de ese clima de paranoia y absoluto terror que los domina. Los flashbacks lo devuelven una y otra vez al escenario de esa fiesta, tratando de entender los por qués de las últimas purgas en su ministerio; hasta qué punto podrían afectarle a él; la búsqueda de significaciones políticas en el comportamiento de éste o aquél; etc.
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36 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Terror Rojo.
140/36(30/04/21) Gran drama psicológico checo a reivindicar, una obra mordaz sobre cómo los regímenes totalitarios instauran en la sociedad el miedo, la cobardía, la esquizofrenia, el clima de Terror. Basada en un guión de Jan Procházka (fue funcionario del gobierno de cierta reputación), dirigida por Karel Kachyňa con los entonces esposos Radoslav Brzobohatý y Jiřina Bohdalová en los papeles principales, deleitándonos con unas actuaciones prodigiosas en su realismo, con una química ardiente, con enfrentamientos radiantes, con pasando por toda una tormenta de mociones, desde la alegría vital, el temor, la rabia, el miedo, la ira, el salvajismo, la frustración, la desesperación, la melancolía, y por supuesto el amor, hasta desembocar en ese final que recordaré siempre. Pasando de la pelea al cariño de modo fluido, se notas una pareja con muchas cicatrices a cuestas, teniendo la piel gruesa de un matrimonio ajado. Que tiene su momento álgido a mitad de metraje cuando los fantasmas del pasado emergen en una extasiante trifulca de insultos y violencia física, desgarradora.

Una pareja casada, Anna (Jiřina Bohdalová) y Ludvík (Radoslav Brzobohatý), tras una noche de fiesta para la recepción a unos mandatarios soviéticos vuelven a casa lugar en la madrugada, a la que Ludvík, como Adjunto Ministro, pertenece. Mientras Anna, que está un poco bebida, está de buen humor, Ludvík se va volviendo cada vez más mosqueado con la sospecha de que alguien ha estado en la casa y dejado un dispositivo de escuchas telefónicas (oreja) para poder escucharlos a escondidas. Tienen miedo de hablar para no ser detenidos por sus declaraciones, preguntándose lo que hizo y dijo en la fiesta (lo vemos en asfixiantes flash-backs), y debate sus opciones con su esposa.

Después de su finalización, la censura de entonces no la dejó estrenar en los cines y tuvo que esperar su estreno en los cines nacionales hasta 1989. Siendo una película a ensalzar por su valentía de denuncia en tiempos de Dictadura férrea comunista, no hay que olvidar que hacía solo dos años que los tanques soviéticos habían desfilado por Praga para sofocar una rebelión (Primavera de Praga) popular contra la Tiranía Socialista. Esta punzante película germina en este clima enrarecido donde la Dictadura clava sus fétidas raíces en la nación centroeuropea regada por la URSS, que depusieron del poder al reformista Alexander Dubček, para colocar al títere Gustáv Husák (aparece encarnado por un actor con similar rostro en la cinta) Secretario General del Partido, que desde su subida al poder en 1969 se preocupó por fortalecer el poder de los órganos de seguridad y por cercenar cualquier tipo de legado procedente del 68.

Pero no solo es audaz y comprometida, es que además atesora gran calidad en su desarrollo, con claro sentido teatral, prácticamente todo el peso dramático lo lleva el tándem protagónico, todo pasa en su residencia (solo salimos en los flash-backs de la hedonista fiesta vista en genial subjetivo) y en apenas una noche, con una primera parte de expresionismo, casi toda la acción transcurre a oscuras, solo con la luz de velas y una linternita, la tensión va increscendo, generando atmósfera de terror, tiene cabida el orwelliano mundo de “1984”, mezclado con las disputas familiares de “Quien teme a Virginia Woolf” (las disputas conyugales, las borracheras, los insultos, los improperios, una relación de amor-odio hiriente por momentos).

Los diálogos y evolución resultan de un gran poder dramático, generando emociones y empatía en el espectador que se siente un tanto desorientado, cual si fuera la pareja, sumidos en una pesadilla cuasi-existencial. El aire malsano lo impregna todo, gracias en parte al sensacional manejo de la cámara en glorioso b/n de Josef Illík (“Trápení”), con mucha nerviosa toma a mano, jugando con las sombras y la escasa luz en la casa, con contrapicados, creando claustrofobia, incomodidad, con inquietantes primeros planos, con mareantes profundidades de campo. Este clima enfermizo potenciado por la turbadora música de Svatopluk Havelka (“Señor, usted es viuda”). Para en la segunda parte aparecer la luz de modo cuasi por momentos de foco de interrogatorio de policía, con una aparición aterradora de una horda de gerifaltes comunistas que se auto invitan a la casa en una bacanal surrealista, rodada de modo acongojante. Donde la angustia lo baña todo.

Con honda acidez se hace una crítica a las purgas stalinistas que tanto se daban, al modo ‘granhermaniano’ en que se monitorizaba a la población, en lo que tiene mucho que ver con la posterior y oscarizada cinta germana “La vida de los otros” (2006), donde incluso se puede ver como la deconstrucción del matrimonio que las autoridades comunistas no toleraban cual individualidades peligrosas. Todo para desembocar en un rush final de enorme calado.

La película nos sitúa en medio del horror de la incertidumbre, Ludvík sabe su superior el ministro ha sido detenido y purgado, por lo que teme ser el siguiente en ser reo, inmerso en una vorágine de temor de lo que la esposa hace chanzas, aunque termina por ayudarlo (ejemplo cuando comienza a romper y tirar documentos por el inodoro). Su paranoia le lleva no estar seguro de nada, de si ha metido la pata en algo durante la fiesta (sarao al que asistimos en primer apersona, donde el peloteo se junta a bon vivant de estos mandamases hipócritas), sospechando de todos y todo, lo que afecta a su esposa, que lo ve como un ‘gallina’ medroso. Proyecta tensión cortante en el modo que temen en que habitación puede haber micros, en donde pueden hablar con libertad, o incluso hacer el amor.

Spoiler:

Arrollador tramo en que tras irse los ‘gorrones’ del apparátchik que han acabado con el pastel de Anna, esta comienza a espetar a Ludvik todo lo que tiene almacenado durante años contra él, y con ello nos enteramos que Ludvik no es más que trepa corrupto e indolente, al que Anna le echa en cara que se casó con ella solo por su dote,... (sigo en spoiler)
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
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