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McKellen: Tomando partido (2017)

McKellen: Tomando partido
96 min.
7,3
133
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Sinopsis
Documental que se centra en la vida y obra del actor británico Ian McKellen. (FILMAFFINITY)
Género
Documental Documental sobre cine Teatro Biográfico
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Reino Unido Reino Unido
Título original:
McKellen: Playing the Part
Duración
96 min.
Fotografía
Compañías
8
El artista comprometido
He comentado alguna vez que el género documental en los últimos años está innovando y ofreciendo unos proyectos muy interesantes, y un claro ejemplo es este largometraje, una de las joyas de la VIII edición del Atlántida Film Fest, y que gracias a ese festival de internet se puede disfrutar estos días en Filmin, ya que de momento está inédito en nuestro país. La propuesta se estrenó el año pasado en el festival de Roma en donde formó parte de su sección oficial, y es una mirada en tono biográfico a uno de los mejores actores británicos de la segunda mitad del siglo XX, que a punto de cumplir los 80 años se pone delante de la cámara para contar los momentos más importantes de su vida, desde u infancia hasta la actualidad, tanto en su faceta personal como profesional, y que se puede considerar como un documental biográfico dirigido por Joe Stephenson y que cuenta con unos materiales de archivo de su carrera artística en el mundo del teatro, sobre todo de imágenes y de algún video, y que el protagonista, Ian McKellen, narra con esa gran dicción teniendo en cuenta su origen teatral por haber estudiado la Universidad de Cambridge y de haber desarrollado la parte más importante de su carrera en escenarios, aunque el gran público le conocerá sobre todo por sus papeles cinematográficos de Magneto y Gandalf.

En el largometraje se pone de manifiesto su interés por los estudios y por las artes escénicas desde la infancia, y la lucha por los derechos de la comunidad LGTBI han marcado gran parte de su vida privada, poniéndose al frente de los movimientos y manifestaciones en el Reino Unido durante el gobierno de Margaret Thatcher.
La película se pasa en un suspiro es bastante dinámica, y creo que se queda corta de metraje, ya que en la parte final acelera, y no aborda lo suficiente su carrera cinematográfica, aunque sí trata por encima sus papel por el que logró las primera y única nominación al Óscar como actor protagonista por encarnar al director James Whale en " Dioses y monstruos ( 1998 ) ", y a los de Magneto en unas cuantas películas de la saga" X-men " y Gandalf en la trilogía de " El señor de los anillos ". Pero me gusta mucho como se aborda su infancia, sus inquietudes y miedos, y la etapa de estudiante en donde ya destacaba en los escenarios teatrales. Pero sobre todo se centra mucho en su faceta como actor de teatro, lo que permite conocer momentos de sus actuaciones que quizás pocos conocen. Una pequeña joya que puede gustar al público medio y a los que quieran saber algo más de Sir Ian McKellen.

LO MEJOR: Los materiales de archivo y la narración del protagonista.
LO PEOR: Falta metraje ya que, aunque se aborda bastante bien la vida personal y sus inicios en el teatro, se queda corto en el análisis de su carrera cinematográfica.

Pueden leer esta crítica con imágenes y contenidos adicionales en: http://www.filmdreams.net
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
MCKELLEN: ESTA ES LA CUESTIÓN.
Partimos de la base de que antes del primer segundo de metraje, servidor ya tiene tomado partido por McKellen. Con eso el documental en tono autobiográfico llevado de la mano maestra del propio Mckellen tiene prácticamente todo ganado. En tono distendido y con abundante material  de archivo Sir Ian nos va desgranando sus comienzos en los escenarios hasta llegar a ser un mito icónico de los mismos básicamente a lomos Shakesperianos. Una vez "pillado el tranquillo" al supremo hacedor de Strafford-upon-Avon todo lo demás parece fácil. Desgraciadamente el teatro es un arte de la inmediatez, efímero en su esencia, irrepetible y único en su momento sobre las tablas y lo grabado nunca refleja la emoción y la conexión que se produce entre el escenario y la butaca.

Stephenson es capaz de encontrar el ritmo sin ser protagonista (imposible hablando McKellen) y con un montaje notable el metraje se nos hace corto. Dedica más tiempo a sus inicios y pasa de puntillas por sus encarnaciones cinematográficas más populares como Magneto o Gandalf (todo un lujo)  y por supuesto subraya su activismo en pro de la libertad sexual. Pero lo que más me admira de este irrepetible actor es como sabe trasmitir con apenas un tono de voz, unos mínimos gestos y pausas aquello que le toca en lo más intimo, como fueron sus padres, sus amores, la soledad o la angustia ante la muerte de un hombre octogenario.

Se hecha de menos una mirada externa sobre él aunque sea solo para elogiarle y faltan sus sombras que como todo hijo de vecino tendrá. Pero de momento nos basta y nos sobra con adorarle.

cineziete.wordpress.com
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