Master of None presenta: Momentos de amor (Serie de TV) (2021)

¿Qué tal seriéfilos? Hoy os quiero hablar de la tercera temporada esta serie que podéis ver en netflix y que básicamente nos cuenta la historia de amor de una pareja con sus altibajos.
No puedo ocultar mi decepción con esta temporada, quizás sea por las altas expectativas que tenía después de dos temporadas en las que esta maravillosa comedia, con diálogos mordaces, situaciones súper divertidas y un punto de originalidad siempre presente se convirtió en una de mis comedias preferidas. Pero es que esta tercera temporada no tiene nada que ver, ni si quiera es una comedia, es un drama en el que sí, aparece uno de los personajes secundarios de la trama anterior pero se pierde totalmente la esencia de la serie y me da mucha rabia cuando te “cuelan” en una serie de relativo éxito una nueva temporada para aprovechar el tirón de esta y vender más. Si quieres sacar esta serie me parece genial, pero hazlo de manera independiente.

En fin, centrándonos en esta temporada deciros que no está mal, pero la historia tampoco da mucho de si y sorprende bastante poco, las actuaciones son buenas y está bien contada pero se me queda muy simplona y con falta de alicientes.

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Tras las dos excelentes primeras temporadas, la ansiedad me pudo al descubrir que estrenaban una tercera. Pero sabía, porque así lo aprendí de las dos primeras, que Aziz Ansari y compañía son imprevisibles, basta recordar el inicio de la segunda, que arranca con un tramo italiano inesperado. Cualquier cosa podía pasar. Y pasa.

Fieles a su trayectoria, pues, Aziz y compañía proponen un cambio radical, sin despegarse del todo de sí mismos. Es otra cara de lo mismo, los momentos de drama que tiene una comedia. Se echa de menos la chispa de las primeras, esa agilidad en los temas y en los diálogos, siempre con un enfoque sorprendente de las historias. Pero aporta otras cosas.

El estilo estético es muy marcado, parece cine nórdico, y condiciona toda la temporada. Para los amantes del cine indie, de los detalles, de la exposición pausada y visualmente excepcional de los hechos, la temporada será una gozada. Para los que llegaron a "Masters of none" procedentes de la comedia de situación, será una verdadera prueba de fuego a su paciencia.

Lo cierto es que en el camino hay mucho placer en este caso, para mí así ha sido. Pese a lo estático, o acaso gracias a ello, el contenido de esa planificación a veces casi vacía del espacio y de la narración, es verdaderamente potente. La construcción dramática, tirando de unos personajes que, sin dejar de ser ellos, se apartan de la comedia para enseñarnos ahora otro costado de sí mismos, es realmente efectiva, montada sobre situaciones excelentemente guionizadas y coreografiadas que brotan de la nada, de los hechos más anodinos. La vida está hecha de chispas muy pequeñas que a veces prenden grandes incendios.

La temporada es sin duda excelente, aunque hay que adaptarse. El único reproche que puede hacerse, no tiene que ver con su calidad cinematográfica: es que nos deja a medias de unas historias que nos tenían atrapados y de las que estábamos hambrientos. Todavía tengo en la memoria ese baile, en la penumbra de la cocina, con la música de "Un anno d'amore", que una voz con acento italiano va traduciendo al oído. Me gusta esta temporada, tiene mucha calidad, quizá no era el momento, o quizá sí, la veo como un paréntesis, como un golpe de timón, un volantazo momentáneo, propio de alguien con inquietudes creativas desmesuradas. Es solo un año de amor de grato recuerdo, porque esperemos que la cuarta nos devuelva a Nueva York y a su variopinta fauna.