Perdido por perdido (1993)

Allí donde barruntan salario, nos muestran una experiencia, o dos, que plasman actuaciones dispuestas para volver la mirada hacia el futuro.
Hay problemas interminables, que son epidemias endémicas, existen secretos que conocen muy pocos, y con el tiempo acaban por acostumbrarse y se llega a admitir su presencia.
Hay decisiones que llevan a situaciones implacables e imprudentes, a pesar de que algunos, y el propio sentido común aconsejan callarse, tendría mejor destino, mejor vivir y menos sobresaltos, pero...a la gente le da por ahí.
Película de sospechas, intentos de despiste, disimulos, gente que quiere meter miedo, gente podrida, y gente que se hace rica gracias a la influencia que tienen allá arriba, gente que tiene mas que los demás.
Historia de envidias y ambiciones.
Bajo mi criterio merece un 7 sobre 10.

El policiaco funciona con mucha atmósfera, precisión y buen suspenso. Aprovecha bien los tópicos del género y resuelve con eficacia los momentos álgidos en donde todo el entramado podría desbarrancarse.

La pareja protagónica funciona bien, pero el mayor impacto es ver a Enrique Pinti en un personaje completamente alejado de sus habituales monólogos; un trabajo estupendo en un contexto de serie negra impecable. La película es notable, pero en cualquier caso valdría la pena sólo por ver a Pinti en una composición atípica.

Por otra parte, el final es sorprendente, aunque se llega a él con la sensación de que será previsible.