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Los muelles de Nueva York (1928)

Los muelles de Nueva York
76 min.
7,3
966
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Escena (MUDO con subtítulos en INGLÉS)
Sinopsis
Toda la historia transcurre en menos de un día, y en sólo tres escenarios: un bar del puerto, una pensión y los muelles de la ciudad de Nueva York. Bill Connolly es fogonero en un barco, y tiene una única noche libre en tierra. Mientras camina por los muelles, una muchacha se arroja al agua. Bill la rescata, y poco a poco ambos se sienten atraídos el uno hacia el otro. (FILMAFFINITY)
Género
Cine negro Drama Romance Prostitución Cine mudo
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
The Docks of New York
Duración
76 min.
Guion
Fotografía
Compañías
Links
9
Una delicia muda
Séptimo largometraje del realizador Josef von Sternberg (1894-1969) (“El ángel azul”, 1930). El guión, del acreditado Jules Furthman, adapta el relato “The Dock Walloper”, de John Monk Saunders. Se rueda en los platós de Paramount Studios (Hollywood, L.A, CA), donde se montan cuatro escenarios: la bodega de un barco, un bar del puerto (el Sandbar), la habitación de una pensión y los muelles de NY. Añade unas pocas tomas exteriores. En 1999 el film es seleccionado para ser preservado por el Nacional Film Registry. Producido por Josef von Sternberg, Jesse L. Lasky y J. G. Bachmann para Paramount Pictures, se estrena el 16-IX-1928 (NYC).

La acción dramática tiene lugar durante unas 15 horas de un día de 1928 en el puerto de NY. Bill Roberts (Bancroft), fogonero de un barco mercante que llega a los muelles de NY, obtiene licencia para permanecer en tierra hasta la mañana del día siguiente. Obtienen un permiso similar su jefe, el tercer oficial Andy (Lewis), y su compañero “Sugar” Steve (Cook). Se relacionan con Mae (Compson) y Lou (Baclanova). Bill es un hombre alto, fuerte, rudo, malhumorado, individualista y violento. Mae es una chica joven, dulce, encantadora y frágil, que carece de recursos para mantenerse, adquirir la ropa que necesita y pagar la habitación que ocupa. Lou es una mujer romántica, frustrada, abandonada por el marido hace tres años y maltratada por la vida. Mae y Lou se dedican a la prostitución. “Sugar” es borrachín, leal y gran amigo de Bill. Andy se siente atraído por Mae, es violento, egoísta y desconsiderado.

El relato desarrolla una historia sencilla y asequible, protagonizada por personajes modestos, maltratados por la vida y mal pagados, que ocupan espacios marginales dentro de la sociedad y viven agitados por el crimen, la mala vida, el paro, la miseria, la explotación y la ausencia de expectativas de mejora. Este universo es el preferido del realizador, que vivió una infancia menesterosa y difícil. Sternberg describe este mundo con comprensión, simpatía y un enorme cariño. Lo muestra bullicioso, ruidoso, abigarrado. Poblado de personas de diferentes edades y distinta condición, lo contempla con benevolencia, dispuesto siempre a la disculpa y la redención. Las imágenes del bar, saturado de gente, humo, música estrepitosa, conversaciones en voz alta y ebriedad, muestran un universo que trata de olvidar su desventura y su desesperanza.

La vida del grupo sirve a Sternberg para extraer del mismo los personajes individuales: una pareja protagonista y varios personajes adicionales que complementan la historia principal. Estos personajes son tratados de un modo enternecedor, que conmueve y cautiva el ánimo del espectador. Desgracia y bondad, explotación e ingenuidad, desesperación y esperanza, son algunas de las combinaciones de opuestos a partir de las que el film crea poesía y motivos de fascinación.
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26 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
El equilibrio entre la mañana y la noche
En este filme con un argumento minimalista y pocos personajes, no te dejará otra opción que sumergirte en los muelles de Nueva York a través de la atmósfera fría y malsana que se respira casi todo el tiempo.

Una de las claves del éxito de este filme reside en la visceralidad y realismo que muestran tanto protagonistas como el resto del reparto. Beben, se pelean, los hombres acosan a las mujeres y éstas se comportan como mujeres que saben lo que quieren, son burdos y chabacanos, sin los mínimos modales y conscientes de su maldad. Con realismo, como puedes ver, no me refiero a la historia en sí, más bien a la ambientación y el reparto. Besos en la boca entre mujeres, bodas en la barra de un bar y mucho erotismo hacen de esta obra, algo muy especial.

Otra de las claves, posiblemente la más importante ya que es la que mantiene la tensión y el interés, es el delicado juego al que participan los protagonistas. Tanto Mae como Bill, interpretan sus papeles con una total precisión. Mae muestra a partes iguales credulidad, indiferencia, dolor y esperanza sin llegar a saber nunca que podrá pasar. Bill ama y se odia, se muestra bonachón por momentos, cruel en otros. Con esta sutileza en las interpretaciones, la intriga y el suspense se mantienen constantes hasta el tramo final.

El día y la noche, durante la noche todos los gatos son pardos, si esto lo riegas de toneladas de alcohol, entenderás lo que puede significar el día para una pareja que se conoció 12 horas antes y se han levantado casados.

Los últimos filmes de la etapa muda alcanzan una madurez que tiende a dejarme sorprendido. Las bases del cine, según Griffith, quedan totalmente visibles y será lo que marque nuestra concepción actual.
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25 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
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