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Mortadela (1971)

Mortadela
95 min.
5,5
356
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Escena (ITALIANO)
Sinopsis
Maddalena va a Nueva York a reunirse con su prometido Michele, que emigró cuatro años antes. Como Michele estaba casado y en Italia no existía el divorcio, no podían casarse. En el aeropuerto, a Maddalena la retiene la policía aduanera por llevar una mortadela en el equipaje. Su estancia en la terminal le servirá para conocer la verdadera América y al verdadero Michele. (FILMAFFINITY)
Género
Comedia Romance Comedia romántica Amistad Celos
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Italia Italia
Título original:
La mortadella
Duración
95 min.
Guion
Fotografía
Compañías
Coproducción Italia-Francia;
8
NO ES UN SALCHICHÓN, ES UNA MORTADELA
Me ha sorprendido que "la de la mortadela", como la llamaba mi santa madre, no tenga una triste crítica en FA, y me he propuesto desfacer ese entuerto inmediatamente.

"Mortadela" no será la mejor película de Mario Monicelli, pero fue la primera de sus obras que vi y sigue siendo mi favorita a día de hoy. Tampoco será la mejor interpretación de la carrera de Sophia Loren, aunque es asimismo el que más me gusta de los papeles que le he visto.

Lo del amigo Mario Monicelli eran las comedias satíricas llenas de situaciones divertidas que le servían para hacer retratos sociales bastante ácidos, y esta película no es una excepción. Asimismo, la especialidad de Sophia Loren fue durante mucho tiempo encarnar a mujeres de rompe y rasga, explosivas en todos los aspectos, temperamentales y "echadas p'alante". Y esta película no es una excepción tampoco. En ella encarna a Maddalena, una bella mujer que emigra de Italia a los EEUU para encontrarse con su novio, un hombre casado en Italia con el que espera poder casarse e iniciar una nueva vida en los States, ya que allí sí existe el divorcio. Sin embargo, al aterrizar en Nueva York será retenida en la aduana porque lleva consigo una mortadela, regalo de sus compañeros de trabajo en una fábrica de embutidos, que las leyes yanquis prohíben introducir en el país. Ella, claro está, se niega tanto a renunciar a la mortadela como a ser devuelta a Italia, lo que da lugar a un embrollo del que una pléyade de oportunistas (politiquillos ambiciosos, periodistas chapuzas, funcionarios de aduanas listillos) tratarán de sacar tajada de una forma o de otra, lo que a su vez deriva en una serie de situaciones más o menos disparatadas que sirven a Monicelli para poner en la picota al sistema estadounidense, sin dejar por ello de señalar el atraso social de Italia en muchos aspectos (el divorcio no existe, las relaciones extramaritales sufren un severo rechazo social) y lanzarle puyas a la ignorancia del estadounidense medio, los medios de comunicación, los funcionarios trepas, los políticos oportunistas, los artistas conceptuales neoyorquinos, y los italoamericanos que olvidan sus raíces para volverse más "americanos" que nadie.

Todo ello a través, claro está, de un tono de humor socarrón que recurre a diversos recursos, unos más finos (el acompañamiento de las apariciones de cierto personaje con una música peculiar, digamos heroica; el relato de las experiencias pasadas de la protagonista a través de unos peculiares flashbacks que combinan música y una gestualidad casi de cine mudo; diálogos chispeantes) y otros menos (aparatosas peleas, discusiones a grito limpio), pero todos bastante eficaces. El trasfondo de la historia, en todo caso, es bastante dramático: de hecho a medida que avanza su periplo Maddalena se irá desilusionando de una Norteamérica mucho menos moderna y próspera de lo que ella había imaginado y de un novio que se ha vuelto un hombre distinto al que ella conocía. La plasmación de este proceso recae en gran parte sobre los hombros de una Sophia Loren en su salsa, que borda un papel hecho a su medida: grita y arma escándalos cuando hace falta, se muestra tronchantemente temperamental cuando el guión lo pide, y sabe transmitir eficazmente ternura, tristeza, ilusión o desamparo según las necesidades de la historia y la evolución del personaje exigen. El resto del reparto cumple de forma efectiva con sus papeles, y por ahí podemos ver a unos jovencísimos Susan Sarandon y Danny de Vito (¡Danny de Vito con pelo!) haciendo sendos papeles cortos pero divertidos.

El apartado visual, como en la mayoría de las comedias italianas de la época, es correcto pero sin grandes alardes, retratando de forma eficaz en todo caso un Nueva York tumultuoso, lleno de contrastes y mayormente cochambroso.

Divertida, crítica, melancólica, "Mortadela" es una película a la que definitivamente merece la pena echarle el diente.

Como anécdota, señalar que la versión que en su día se estrenó en España sufrió más tajazos que la propia mortadela a la que hace referencia el título. En spoiler doy más detalles por si alguien se aburre lo suficiente como para que le interesa la explicación.
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5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
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