Trailer (INGLÉS)
- Sinopsis
- Un vendedor de periódicos tullido vive entre los andenes y vagones de la estación de tren de El Cairo, y se siente atraído por una atractiva vendedora de refrescos.
- Género
- Drama Trenes / Metros Neorrealismo
- Dirección
- Reparto
- Año / País:
- 1958 / Egipto
- Título original:
- Bab el hadid (Gare Centrale)
- Duración
- 77 min.
- Guion
- Música
-
- Fotografía
(B&W)- Compañías
- Links
Premios
1958: Festival de Berlín: Sección oficial de largometrajes
Vedla
31 de diciembre de 2010
Otra joya poco vista simplemente por ser de un país con pocas posibilidades de promocionar su cine, y que desafía el prejuicio de que el cine no americano, más aún cuando es de países o culturas exóticas, es extraño, o lento, o difícil de entender, o esotérico, pues “Estación central” es entretenidísima, tensa y emocionante como cualquier película buena de cualquier parte.
Habiendo querido leer muy poco sobre ella antes de verla, pero sabiendo que ha sido votada en ocasiones como la mejor película egipcia, esperaba una mezcla de neorrealismo y sentimentalismo con poco nuevo que aportar, sobrevalorada simplemente por provenir de un país cuya realidad no estamos acostumbrados a ver en la pantalla. De ahí mi sorpresa al ver que no es eso, que tiene muchísimo que ofrecer, y que merece todos los elogios que ha recibido. Sí, se busca el realismo y la crítica social, y la situación específica del Egipto urbano en el año 1958 es esencial para lo que la película quiere decir, pero su comentario no es en absoluto simplista o condescendiente, o limitado a “qué mal lo pasan algunos”, sino que mezcla inteligentísimamente lo político, lo social y lo personal en una historia apasionante y muy original. Original, no porque su desenlace o secretos sean sorprendentes (la verdad, es fácil imaginar por donde irán los tiros argumentales a la media hora), sino por el punto de vista, tan único e íntimo, que elige para hablar de muchas cosas. Y es que hablar de los problemas de la represión y opresión laboral y sexual causa, especialmente cuando choca con la llegada abrupta de la modernidad en todos los órdenes, a través de algo que poco a poco va cobrando el tono de un thriller, y desde el punto de vista de un personaje raro al que no sabes si comprender o temer, es algo difícil y original pero que aquí está hecho de manera brillante, con momentos conmovedores, otros muy eróticos, otros tensos y llenos de suspense, y otros con una capacidad de observación y una humanidad desarmantes.
Al principio puede chocar un poco el estilo de la película, sobre todo de los actores. Según empezaba, tenía yo la sensación de que era claramente la obra de un país con muy pocos recursos y poca práctica en lo de hacer cine, ya que parece un sainete costumbrista, con sus actores de sainete, tipo “Las chicas de la cruz roja”, o algo así. Me temía lo peor, pero aseguro que cambia, y que uno pronto queda atrapado por lo que va pasando y acostumbrado a un estilo interpretativo que acaba siendo muy efectivo. En concreto, la interpretación del protagonista es sensacional y sutilísima.
Habiendo querido leer muy poco sobre ella antes de verla, pero sabiendo que ha sido votada en ocasiones como la mejor película egipcia, esperaba una mezcla de neorrealismo y sentimentalismo con poco nuevo que aportar, sobrevalorada simplemente por provenir de un país cuya realidad no estamos acostumbrados a ver en la pantalla. De ahí mi sorpresa al ver que no es eso, que tiene muchísimo que ofrecer, y que merece todos los elogios que ha recibido. Sí, se busca el realismo y la crítica social, y la situación específica del Egipto urbano en el año 1958 es esencial para lo que la película quiere decir, pero su comentario no es en absoluto simplista o condescendiente, o limitado a “qué mal lo pasan algunos”, sino que mezcla inteligentísimamente lo político, lo social y lo personal en una historia apasionante y muy original. Original, no porque su desenlace o secretos sean sorprendentes (la verdad, es fácil imaginar por donde irán los tiros argumentales a la media hora), sino por el punto de vista, tan único e íntimo, que elige para hablar de muchas cosas. Y es que hablar de los problemas de la represión y opresión laboral y sexual causa, especialmente cuando choca con la llegada abrupta de la modernidad en todos los órdenes, a través de algo que poco a poco va cobrando el tono de un thriller, y desde el punto de vista de un personaje raro al que no sabes si comprender o temer, es algo difícil y original pero que aquí está hecho de manera brillante, con momentos conmovedores, otros muy eróticos, otros tensos y llenos de suspense, y otros con una capacidad de observación y una humanidad desarmantes.
Al principio puede chocar un poco el estilo de la película, sobre todo de los actores. Según empezaba, tenía yo la sensación de que era claramente la obra de un país con muy pocos recursos y poca práctica en lo de hacer cine, ya que parece un sainete costumbrista, con sus actores de sainete, tipo “Las chicas de la cruz roja”, o algo así. Me temía lo peor, pero aseguro que cambia, y que uno pronto queda atrapado por lo que va pasando y acostumbrado a un estilo interpretativo que acaba siendo muy efectivo. En concreto, la interpretación del protagonista es sensacional y sutilísima.
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40 de 42 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estación Central (1958)
28 de diciembre de 2017
Primera gran película africana y árabe de la historia. Alejandría, la ciudad egipcia fundada por Alejandro Magno en el año 331 a. C., conocida por ser uno de los principales centros culturales del mundo antiguo, era la ventana a través del cual Egipto se asomaba al mundo. En dicho enclave nació Chahine.
Hasta que él no apareció, la industria cinematográfica africana era insignificante, por lo que carecía de fama internacional. En 1958, dirigió, protagonizó y escribió este complejo melodrama. Una obra que supo congregar lo mejor del cine de los años 50 y ayudó a cambiar esta situación.
En 'Estación Central', el neorrealismo y el cine negro impregnan una atrevida historia donde se abordan temas como la represión sexual, la lucha sindical o la occidentalización de Egipto. La fotografía de la película y el virtuoso uso de primeros planos y planos detalle que se emplean en ellas son extraordinarias.
Chahine logra capturar, de manera convincente, la tensión de su época y la ira contenida en la juventud. Un filme lleno de escenas de gran intensidad, como aquella en la que Chahine se graba solo, con sus pensamientos eróticos. Y es que el alejandrino había nacido para transgredir.
Hasta que él no apareció, la industria cinematográfica africana era insignificante, por lo que carecía de fama internacional. En 1958, dirigió, protagonizó y escribió este complejo melodrama. Una obra que supo congregar lo mejor del cine de los años 50 y ayudó a cambiar esta situación.
En 'Estación Central', el neorrealismo y el cine negro impregnan una atrevida historia donde se abordan temas como la represión sexual, la lucha sindical o la occidentalización de Egipto. La fotografía de la película y el virtuoso uso de primeros planos y planos detalle que se emplean en ellas son extraordinarias.
Chahine logra capturar, de manera convincente, la tensión de su época y la ira contenida en la juventud. Un filme lleno de escenas de gran intensidad, como aquella en la que Chahine se graba solo, con sus pensamientos eróticos. Y es que el alejandrino había nacido para transgredir.
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18 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
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