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Mercenarios sin gloria (1968)

Mercenarios sin gloria
117 min.
6,3
881
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Sinopsis
El ejército británico contrata a un grupo de mercenarios y les encomienda una misión en la zona del Sahara ocupada por las tropas nazis: destruir los depósitos de combustible alemanes, sin los cuales Rommel, el Zorro del desierto, no podría llevar a cabo sus planes. El ejército británico confía el mando de la misión al coronel Masters, un experto en combustibles. (FILMAFFINITY)
Género
Bélico II Guerra Mundial
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Reino Unido Reino Unido
Título original:
Play Dirty
Duración
117 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
7
Jugando sucio, pero que muy sucio.
Muchos aficionados al cine recuerdan una y otra vez ese inicio de la aclamada “Grupo Salvaje” donde un alacrán se encuentra rodeado por el fuego y no consigue salir. Pues bien, aquello no es más que un plagio de una idea del cineasta norteamericano de origen húngaro André De Toth, que podemos disfrutar en “Play Dirty” o como se la conoce en nuestro país “Mercenarios sin gloria”. Espero que este dato, ayude a que esta estupenda película bélica sea algo más conocida porque se lo merece de verdad.

Como digo todo el mundo copia a todo el mundo, De Toth, también se inspira en “Doce del patíbulo” de Aldrich para crear esta historia de un grupo de mercenarios que son conducidos a una misión suicida encabezados por un capitán del ejército inglés que interpreta Michael Caine de forma magistral.

Rodada en Inglaterra y España –todos los magníficos exteriores que nos hacen creer en el verdadero norte de África fotografiados por Edward Scaife- “Mercenarios sin gloria- es una atípica película bélica que no dejará indiferente a nadie.

Cínica, áspera, y completamente crítica con la jerarquía y el poder, es una obra muy alejada de las clásicas cintas de glorificación del héroe militar políticamente correctas. Aquí lo que importa es sobrevivir, no sólo de los alemanes sino de tus propios mandos que sólo te consideran un mero instrumento en el que en cualquier momento puedes convertir en un juguete roto.

Fue la última película –aunque tiene otra participación veinte años después en un film de terror para televisión- de este director que pertenece al club de los parches en el ojo como Walsh o Ford, y que es algo más que un mero entretenimiento para una tarde de sábado.

Su final, continúa siendo, uno de los más acertados de toda la historia del cine bélico.

Nota: 6,8
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45 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
SIETE MALDITOS MERCENARIOS
Cineasta bastante olvidado, André de Toth se despedía prácticamente de la profesión con esta película (aún realizaría otra más, de escaso mérito, en los ochenta), que carece, en mi opinión, del reconocimiento debido.

Como bien han apuntado otros usuarios el argumento nos remite de inmediato a la conocidísima "The Dirty Dozen", de Aldrich, que realizada un año antes, no me parece superior a esta. De hecho creo que la película de De Toth desarrolla mejor la idea central que ambos filmes comparten, que viene a ser la de que las guerras se ganan empleando los medios y personas más abyectos, sin que exista lugar para el honor, el heroísmo, y demás aspectos con que se suelen "adornar" las guerras en el cine. En la película de Aldrich el gusto por la acción, su excesivo peso, por muy brillantemente filmado que esté, resulta bueno como espectáculo, pero perjudica un tanto la claridad del mensaje, cosa que no ocurre en esta "Play Dirty", siempre clara en sus intenciones desmitificadoras.

Así, los siete protagonistas de la película son personajes indeseables y violentos (también Caine, que pronto deja a un lado su hipocresía, sumándose a la brutal sinceridad guerrera que encarna Davenport), que no dudan en cometer cualquier atrocidad con tal de seguir vivos -eso es siempre lo primero en la guerra- y cumplir su misión -eso es, a veces, lo segundo-. Pero la crítica no se queda en mostrar el salvajismo de estos "recursos humanos", sino que apunta directamente a quienes los mandan, retratando a una oficialidad carente de todo escrúpulo, que los utiliza para hacer el trabajo sucio, pero está siempre dispuesta a olvidarlos y dejarlos en la estacada (de hecho, al final de la película el espectador tiende a sentir mayor desprecio por los mandos, pues a diferencia de los siete "elementos" que componen el comando, ellos sí son hipócritas).

Con un acertado guión, que explota hábilmente los roces iniciales entre los dos protagonistas para después unirlos en la certeza común ("jugar sucio es jugar seguro"), sorprende también la inclusión de una pareja de árabes homosexuales (que nuestra vigilante censura se apresuró a convertir en hermanos, en una de esas decisiones sublimes que la caracterizaban), mostrando así su afán por salirse de las convenciones habituales. Con un buen ritmo, eficaces interpretaciones y acertadas dosis de acción (que no llegan a ofuscar el mensaje central), destacan varias secuencias, especialmente las que inician y culminan el filme, y que, sumadas al resto del metraje, condensan esa visión descarnada y cáustica de una guerra en la que los héroes son villanos, sus mandos traidores, la "misión cumplida" un perjuicio militar, y la muerte no es cosa del enemigo.

Resumiendo, la conclusión es similar a la que expresaba John Wayne en "Horse Soldiers" ("Misión de Audaces"), cuando William Holden le reprochaba su dureza e inhumanidad: "Doctor, la guerra no es precisamente un asunto civilizado".
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15 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
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