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El abrazo de la serpiente (2015)

El abrazo de la serpiente
125 min.
7,3
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Tráiler HD (VARIOS, con subtítulos en español)
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Sinopsis
Karamakate fue en su día un poderoso chamán del Amazonas; es el último superviviente de su pueblo y vive en lo más profundo de la selva. Lleva años en total soledad, que lo han convertido en "chullachaqui", una cáscara vacía de hombre, privado de emociones y recuerdos. Pero su solitaria vida da un vuelco el día en que a su remota guarida llega Evan, un etnobotánico norteamericano en busca de la yakruna, una poderosa planta oculta, capaz de enseñar a soñar. Karamakate accede a acompañar a Evan en su búsqueda y juntos emprenden un viaje al corazón de la selva en el que el pasado, presente y futuro se confunden, y en el que el chamán irá recuperando sus recuerdos perdidos. (FILMAFFINITY)
Género
Aventuras Drama Naturaleza
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Colombia Colombia
Título original:
El abrazo de la serpiente
Duración
125 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Coproducción Colombia-Venezuela-Argentina;
Links
Premios
2015: Premios Oscar: Nominada a Mejor película de habla no inglesa
2015: Festival Cannes: Quincena Realizadores: Art Cinema Award
2015: Festival de San Sebastián: Sección oficial competitiva ("Horizontes Latinos")
2015: Festival de Mar del Plata: Mejor película - Astor de Oro
2015: Premios Independent Spirit: Nominada a Mejor película extranjera
10
Obra maestra
En una escena de “El Abrazo de la Serpiente”, Theo, un etnólogo alemán que ha llegado al Amazonas buscando una planta sagrada que lo salve de su inminente muerte, nota que alguien le ha quitado su brújula. Alterado, confronta a los miembros de la tribu con la que pasó la noche para que se la devuelvan, antes de descubrir que es el mismo jefe quien la tiene, y que no tiene intención alguna de devolverla. Resignado, Theo regresa a su canoa, donde su acompañante indígena Karamakate le reprende su actitud de apego al objeto, típica de los blancos. Theo, quizás enmascarando ese apego en un falso altruismo, le dice que la tribu se sabe guiar ya por las estrellas y los vientos, y que la brújula les quitaría ese conocimiento en el futuro. “Ud. no entiende”, responde Karamakate, “el conocimiento es de todos”.

En esta breve escena se encierran las preocupaciones que le dan existencia a “El Abrazo de la Serpiente”. Primero, el colonialismo brutal que termina con personas, pueblos, ideas y mundos enteros. En este caso, es el hombre blanco europeo y los “colombianos” quienes llegan desde finales del siglo XIX al interior de la selva amazónica talando, esclavizando y evangelizando mientras buscan, primordialmente, caucho. El director Ciro Guerra (Los Viajes del Viento) es audaz en mostrar este cambio de una manera sugerida, y se siente en cada escena el peso del tiempo, de los siglos que ha durado esta devastación: cicatrices en la espalda, árboles sin hojas, troncos rasguñados sistemáticamente, tribus completamente vestidas.

En medio de todo, Karamatate, quien escapó de la esclavitud en su juventud, se cree a sí mismo el último superviviente de su tribu. Será Theo quien le devuelva la esperanza al informarle de que ha visto más de los suyos, y emprenderán juntos un viaje por el Amazonas para buscarlos, y para buscar entre ellos la planta que curaría al europeo.

En el camino, vamos descubriendo junto con Theo, poco a poco, la diferente forma de ver y relacionarse con el mundo de Karamatate, quien lamenta haber perdido la capacidad de escuchar a los animales y las plantas, que se comunican con él a través de los sueños, después de haber abandonado a su pueblo. Para él, la misión de este viaje será también re-encontrar a ese hombre que abandonó su cuerpo, dejándolo convertido en un chullachaqui, una coraza sin contenido.

“El conocimiento es para todos”, dice Karamatate, pero pronto se hace evidente de que no se trata de un solo conocimiento universal, sino de muchos tipos de conocimientos: el de él basado en los sueños, el de los europeos basados en la noción de la ciencia, el de otras poblaciones indígenas distintas a la suya. Y, aunque cada quien defienda inevitablemente a su conocimiento como superior, el guión defiende la existencia de todos.

A pesar de tratar estos temas que podrían parecer muy académicos, en el largometraje nunca se sienten forzados, y nunca se ven los personajes obligados a hacer grandes discursos inverosímiles al respecto: es la historia misma la que los va a sacando a flote, suceso a suceso, logrando que las reflexiones calen más hondo.

Espectaculares tomas del Amazonas y un sonido preciso y punzante le dan mayor peso a una historia que no cae nunca en caracterizaciones facilistas. Hablada en nueve idiomas y filmada en medio de la selva amazónica, por partes graciosa y por partes terrorífica, y guiada por el tacto y la ambición desbordada de Ciro Guerra, “El Abrazo de la Serpiente” se erige como la primera gran obra maestra del cine colombiano en el siglo XXI.
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100 de 119 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
"Eres un blanco, traes el infierno a la tierra"
Largometraje colombiano que se basa en los diarios escritos por Theodor Koch-Grunberg y Richard Evans Schultes, cuenta con guion de Jacques Toulemone y del propio director, la cual representa su tercer película. A pesar de basarse en dichos diarios, lo que se muestra en el film es ficción, aunque si se toman anécdotas tanto de ellos como de los indígenas de la zona para transmitirlo a la pantalla.

Ciro Guerra se mete en la selva amazónica colombiana para presentar en dos líneas temporales la historia de Karamakate (Joven: Nilbio Torres, Anciano: Antonio Bolivar), un indígena que durante los periodos de conquista colombianos y el auge de la cauchería a inicios del siglo XX, vio cómo todo su pueblo fue asesinado, razón por la cual decide adentrarse a vivir aún más al interior de la selva, en una especie de autoexilio.

Se presenta la historia de dos viajes, que tienen como punto en común al protagonista y la búsqueda de una flor llamada Yakruna que se dice tiene poderes. A inicios de siglo, el joven Karamakate accede a llevar a Theo (Jan Bijvoet), un explorador que tiene una enfermedad que está acabando con su vida; mientras que a mediados de siglo, el viejo Karamakate hace el viaje con Evan (Brionne Davis), un botánico.

Los viajes se van narrando de forma paralela, aquí hay que destacar la sobriedad con la que el realizador consigue presentar las transiciones entre ambas épocas, con un manejo que es simplemente impresionante. La belleza visual del film es recurrente a lo largo del metraje, menciona el director que la idea de realizarla en blanco y negro era por la incapacidad de representar todo lo que es la magnitud de la selva, razón por la cual, opta por esta forma para que la imaginación del espectador haga su trabajo.

A El abrazo de la serpiente se le pueden dar múltiples lecturas, la pérdida de tradiciones y culturas indígenas enteras, el respeto que se le debe tener a la selva frente al constante accionar de saqueo recurrente a lo largo de la historia por parte de los “blancos”, por su parte, desde la perspectiva de los viajeros, que también representa un abandono de sus culturas, o bien, hasta con algunos eventos de índole histórico.

El film cuenta con una contextualización impresionante, es decir, obviamente es filmado en la selva, es algo que es imposible de recrear, pero Guerra logra colocar en la trama mucho de la cosmovisión indígena, además del contexto de las épocas que relataba, en ningún momento se muestra artificioso o falso, todo está manejado con sobriedad.

El argumento no deja de sorprender, es sumamente interesante y llamativo, esta idea de la flor mágica, buscada por el único sobreviviente de una tribu quien ha pasado tanto tiempo en soledad a tal punto que ha comenzado a olvidar su historia, todo su imaginario. A destacar las secuencias en la misión que se encuentran durante el viaje, tanto el joven Karamakate como el anciano, porque resulta ser de un impacto muy fuerte.

La película cuenta con actores propios de las comunidades indígenas de la zona, salvo los dos extranjeros los cuales lo hacen muy bien, incluso aprendiendo la lengua nativa, ellos y un par más que salen algunos minutos. De los protagonistas decir que torres tiene una presencia enorme en pantalla, con un físico portentoso que aboga mucha presencia, por su parte Bolivar, menciona el director, lo vio en un pequeño papel en un cortometraje por los años setenta, desde el momento en que dio con ambos, sabía que no debía buscar más.

El abrazo de la serpiente se presenta como uno de los filmes más espectaculares del año en curso, sin duda es toda una experiencia fílmica enfocada en mostrar un poco de la amazonia y las comunidades indígenas, un trabajo admirable y sobresaliente por donde se le mire, una obra que hipnotiza a lo largo de sus poco más de dos horas de metraje, cine que se agradece, enorme.
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38 de 43 usuarios han encontrado esta crítica útil
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