Y ahora le llaman Aleluya (1971)

Muy pobre spaguetti western que no hace ninguna gracia por su chusca comicidad que ya en la época de su estreno era una chorrada y que vista ahora, en septiembre de 2017 resulta una tontería de tomo y lomo.
Lo único que se salva es la buena fotografía de Stelvio Massi y un poco la banda sonora, sobre todo en el comienzo del film, de otro Stelvio, pero esta vez Cipriani de apellido.
Las situaciones no tienen ni pies ni cabeza y hay momentos que causan vergüenza ajena, como aquella en la que el protagonista se encuentra atados de pies y manos, con una manzana en la boca, y custodiado por tres malosos. Pues bien, en la escena siguiente aparecen los tres atados de la misma forma y el protagonista diciéndoles: ¿Veis lo que pasa por meterse conmigo?. Y yo me pregunto, ¿quién le ha desatado? ¿Cómo se ha liberado de sus ataduras y reducirles a los malojos En fin, que el guionista se lo ha sacado de la manga, sin más... Y así todo.
Una memez de película que podría haber derivado en algo más serio, pero los años setenta fueron la muerte para el (sub) género del spaguetti, con comedietas situadas en el Far West que ni hacían reír ni ofrecían nada positivo. Como en este caso.

https://filmsencajatonta.blogspot.com.es