Xuan Zang (2016)

Llegué a Xuanzang con cierto escepticismo, la verdad. Como cualquier europeo cuando se enfrenta a un film de otro continente que no sea el suyo propio o América. Pero el resultado ha sido lo suficientemente satisfactorio como para guardar un recuerdo amable de esta cinta. Usa las virtudes que tiene en su mano (escenarios, introspección del propio Huang Xiaoming y el elemento budista tan bien expresado en cada línea de guion) y las combina para darle forma a un viaje simpático y nada tedioso durante las casi dos horas que dura la película.

No pasará a los anales del cine, pero es interesante ver otras superproducciones más allá de Hollywood y nuestra zona de confort. Buda cambió al monje Xuanzang, y esta cinta puede cambiar nuestra percepción del cine asiático.

Hace más de dos años que tenía un pen drive con esta cinta (no existe DVD ni Bluray) que los distribuidores de Montevideo ni se enteraron que existía. Luego de conseguir subtítulos en inglés me tomé un arduo trabajo de traducción al español y...¡vaya sorpresa! Es una muy buena película.

Un drama biográfico de tono más bien épico y grandilocuente que no escatima recursos en el uso de una prodigiosa fotografía y una banda sonora sinfónico-coral excepcional. El viaje emprendido alrededor los años 600 —cuando la dinastía Tang gobernaba el imperio chino— por el monje Xuanzang hacia la India, en búsqueda de las escrituras originales sobre la religión (¿filosofía?) budista pretexta una superproducción que ha cuidado al mínimo detalle la reconstrucción de época, el vestuario y el rodaje en locaciones naturales e históricas donde ocurrieron los eventos que fueron una verdadera proeza física y mental.

Casi prescindiendo por completo de los efectos especiales, usando centenares de extras para escenificar las multitudes, con un elenco de grandes actuaciones, muy buena definición psicológica de personajes, y unos paisajes de ensueño me vino a la memoria el gran David Lean, especialmente en su versión de "Lawrence de Arabia", aunque no por el argumento sino por el manejo y la puesta en escena de un enorme equipo.

A diferencia del gran maestro británico, la pata más floja de esta película es el guión. Se recurre abusivamente al relato en "off" en la primera persona del protagonista que varias veces cuenta lo que la propia imagen está mostrando.

Al ser una co-producción con la India esto debe haber incidido para que en el último cuarto del metraje se desplegara, en mi opinión innecesariamente, todos los recursos del "Bollywood" hindú mechando algunas secuencias musicales al mejor estilo yanqui de la década del 40 con ostentosos vestuario y coreografía.

A pesar de estas salvedades, este es un muy buen filme que me atrevo a recomendar y cuya factura audiovisual influye en que las dos horas se pasen volando.