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Maridos y esposas (1992)

Maridos y esposas
107 min.
7,5
16.012
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Sinopsis
Jack (Sydney Pollack) y Sally (Judy Davis), dos de sus mejores amigos, sorprenden a Gabe (Woody Allen) y a Judy (Mia Farrow), anunciándoles su intención de separarse. Pasado el primer momento de estupefacción, la pareja empieza a plantearse si su matrimonio se basa en una relación realmente sólida. Mientras Jack y Sally tratan de rehacer sus vidas al lado de otras personas, Gabe comienza a flirtear con una de sus alumnas de la universidad (Juliette Lewis), y Judy empieza a sentirse atraída por el nuevo amigo de Sally (Liam Neeson). (FILMAFFINITY)
Género
Comedia Drama Romance Sátira Amistad
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
Husbands and Wives
Duración
107 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
Premios
1992: 2 nominaciones al Oscar: Mejor actriz de reparto (Judy Davis), guión
1992: Nominada al Globo de Oro: Mejor actriz de reparto (Judy Davis)
1992: National Board of Review: Mejor actriz de reparto (Judy Davis)
1992: Premios BAFTA: 2 Nominaciones: mejor actriz (Judy Davis) y guión original
1992: Premios César: Nominada a mejor película extranjera
10
LA SEGUNDA LEY DE LA TERMODINÁMICA; AL FINAL TODO A LA MIERDA
Una de las películas más intimistas de Allen. Lejos de sus habituales personajes histriónicos, llenos de absurda y genial mordacidad ácida, Allen trata un tema que siete años más tarde volvería a tocar el maestro Kubrick de soslayo en su obra póstuma "Eyes Wide Shut". Las inseguridades de la pareja, y las diferentes visiones del matrimonio.

Mientras Kubrick enfatizaba en las fantasías de la pareja como punto de partida de las inseguridades, Allen crea una obra más teatral y el énfasis lo pone en la convivencia directa, y en las experiencias conjuntas de un grupo de parejas.

Con unos vertiginosos movimientos de cámara, subrayando el carácter documentalista que Allen quiere imprimir a la película, y ayudado al respecto por los comentarios de un narrador- entrevistador que va interrogando a cada uno de los protagonistas sobre sus diferentes experiencias en la vida, Allen pergeña un drama costumbrista que al espectador le resulta bastante cercano. Sin diálogos ingeniosos, aunque sí sesudos, Allen nos abruma con una nueva clase de filosofía existencialista que seguro dejará a más de uno con ganas de pensar en la cama...

Porque esta película habla precisamente de algo tan importante y común en nuestras vidas como la visión de pareja que anhelamos. Nuestras expectativas de encontrar una pareja que comparta con nosotros algo más que media hora de pasión y desenfreno.

A través de las distintas experiencias de los protagonistas Allen nos muestra un amplio abanico de teorías sobre el asunto, cada cual más interesante y sugestiva.

Con una fotografía a cargo de Carlo di Palma, Allen vuelve a sorprendernos esta vez con una obra más intimista pero igual de eficaz que en ocasiones anteriores.

Los actores están sencillamente apoteósicos, en especial una Juliette Lewis realmente abrumadora y portentosa, y una no menos brillante Judy Davis.

S O R P R E N D E N T E.
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81 de 90 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Cásate y verás
Hombres, mujeres, maridos, esposas, novios, novias, amantes… Qué más da. En esta peli no se salva ni Dios. Una vez más, mi gafapasta predilecto arremete contra todo bicho viviente y, como no podía ser de otra manera, nos ofrece una singular y cáustica tesis matrimonial en la que nadie echará de menos -en absoluto- ni una sola de las fases por las que puede pasar una pareja. Una tesis parecida a las de Bergman, sí, pero en plan más coñón.

Aún así, “Maridos y mujeres” no es, precisamente, una de las pelis más mordaces e hilarantes de Allen. Ni mucho menos. Me sorprendió constatar, incluso, que alguna de sus secuencias (en concreto la de la fiesta en la que Jack se avergüenza del escaso nivel intelectual de su joven bomboncito) fuese verdaderamente violenta. O dramática, al menos. Algo que, por descontado, no es habitual en las películas del neoyorquino.

Podría decirse, pues, que “Maridos y mujeres” es una de las pelis más serias y profundas de toda la filmografía de Allen. Una peli en la que los movimientos de cámara, la tonalidad y la voz en off le otorgan un aire entre afrancesado y documental y en la que el pesimismo y la desolación flotan inexorablemente en el ambiente. Y quizás, por eso mismo, más de uno podrá considerarla relativamente decepcionante si la comparamos con otras obras maestras de su autor como “Annie Hall”, “Delitos y faltas” o “Hannah y sus hermanas”. Pero si estás casad@ y/o mantienes una relación estable durante más de cinco años entenderás perfectamente que la despiadada disección matrimonial de Allen es -para lo bueno y para lo malo- tan real como la vida misma. Y si no, cásate y verás.
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61 de 65 usuarios han encontrado esta crítica útil
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