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La reina de Montana (1954)

La reina de Montana
88 min.
5,5
266
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Trailer (INGLÉS)
Sinopsis
Sierra Nevada Jones llega a Montana con su padre para tomar posesión de unas tierras que han pertenecido a su familia durante generaciones. Sin embargo, unos indios aliados con un grupo de blancos quieren apoderarse de ellas y, en un enfrentamiento, matan al padre de la chica. Colorado, el hijo del jefe de la tribu rival, intenta proteger a la joven. Dentro del grupo de los blancos hay un policía infiltrado. (FILMAFFINITY)
Género
Western
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
Cattle Queen of Montana
Duración
88 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
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6
La naturaleza y el western.
Si algún cineasta merece la consideración de gran olvidado es Allan Dwan. Por la magnitud de su producción y, pese a sus altibajos merece la consideración de coloso oculto. Como cineasta empezó en el periodo mudo, el cine estaba en el momento de su organización sintáctica e industrial. Gran parte de sus películas en el periodo mudo se perdieron para siempre, no obstante fue un director tan prolífico que todavía se conserva unas cuantas obras del mudo y todo el sonoro. En el libro de Peter Bogdanovich el cineasta cuando habla de su actitud ante el oficio se expone con naturalidad, sentido práctico y falta de orgullo personal.

En los años cincuenta el western y el cine de aventuras polarizaron la actividad de Allan Dwan. En la que nos ocupa, “La reina de Montana” hay un talento para la exposición de lo narrado que logra llevar adelante el film pese a un argumento algo sencillo y previsible. En ocasiones es la carencia de incisiones más profundas, la sequedad de lo expuesto, la falta de matices, la película no profundiza en los personajes, debido seguramente a un guión algo primitivo y poco elaborado, pero deja claro que la corrupción y la mezquindad afecta por igual al ser humano, tanto a los blancos como a los indios. El cineasta se decanta por el personaje femenino dotado de un erotismo soterrado encarnado por el talento de Barbara Stanwyck y un discreto Ronald Regan que le da la réplica.

Lo mejor de la película, sin duda, son las localizaciones en unas montañas y bosques de ensueño, con una estupenda fotografía en color que resultan más atractivos sus ríos y lagos. La naturaleza forma parte dramática y protagonista de la sencilla puesta en escena por parte de este artesano que casi siempre estaba al servicio del Estudio para el que trabajó. “La reina de Montana”, pese a no ser de lo mejor de Dwan, es una entretenida película de las que solían proyectar en las salas de programa doble y de sesión continua.
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19 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
"Blanco vivo ser enemigo de indio".
Como los malos estudiantes de inglés el doblaje de los indios es a base de infinitivos, lo que redunda en diálogos que a la larga resultan ridículos. Luego lo de "Reina de Montana", por mucho que se aplique a Sierra Nevada Jones (Stanwyck), es mucho decir, primero porque viene de Texas y segundo porque nada más llegar pierde todo cuanto tiene y se pasa todo el tiempo tratando de recuperarlo.
Los paisajes son bonitos, si, pero las imágenes técnicamente son tan deficientes que pasan completamente desapercibidos. Sobre todo las escenas nocturnas que salen enormemente contrastadas, al menos en la copia que nosotros hemos visto. La interpretación no es para tanto en el caso de la "reina", ni tan pobre como se quiere achacar en el de Farrell (Reagan).
Casi lo más interesante lo proporcionan las escenas folclóricas de los indios Pies Negros, como el.: atuendo, canciones, poblados y costumbres como la del "cuchillo de guerra" que enfrenta a los dos aspirantes a suceder la gran jefe muerto. De una parte Colorado, el indio que ha pasado por la universidad, amigo de los blancos "buenos", y de otra Nachacoa, amigo de los blancos "malos".
Hay un par de escenas sanitarias de interés. En la primera el hechicero indio es capaz con sus brebajes de curar las contusiones de un anciano blanco, hasta el punto que Sierra exclama admirada: "Nuestro hospitales tienen mucho que aprender de la medicina india". La otra es la chusca intervención que practica un vaquero-cirujano con el consabido whisky como anestesia: "¿Una bala? Podía ser peor", que remata con "¿No podéis callaros mientras estoy operando?" Aquí muere el paciente.
En resumen una película de lo más floja, pese a la fama de los protagonistas.
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3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
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