Trailer (INGLÉS)
- Sinopsis
- George Kimball es un hombre hipocondriaco que, convencido de que una enfermedad acabará pronto con su vida, decide arreglar sus asuntos antes de que llegue el día fatal. Lo único que le preocupa es su encantadora esposa, de modo que, con la ayuda de su mejor amigo, empieza a buscarle un marido. (FILMAFFINITY)
- Género
- Romance Comedia Comedia romántica Comedia screwball
- Dirección
- Reparto
- Año / País:
- 1964 / Estados Unidos
- Título original:
- Send Me No Flowers
- Duración
- 100 min.
- Guion
- Música
"Con mucho sentido del humor"
Fernando Morales
[Diario El País]
3
3
Positiva
0
Neutra
0
Negativa
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Comedia romántica que da prestigio al género (7.7)
23 de diciembre de 2005
Comedia a la vieja usanza, con buenos actores y buen argumento.
Cuenta los problemas de un matrimonio estadounidense de clase media-alta. George, el marido, es un hipocondríaco que un día, por pura obsesión, piensa que sufre una enfermedad terminal y que le resta poco tiempo de vida. Sólo se lo cuenta a su vecino, Arnold, que es su mejor amigo. Como no quiere dejar sola a su mujer, ambos emprende la búsqueda del marido ideal para ella.
Os aseguro unas buenas dosis de carcajadas, sobre todo con el borrachín de Arnold. Los últimos minutos se aceleran demasiado, pero el resto gusta tanto y dura tan poco esta parte que se lo perdonas totalmente.
Cuenta los problemas de un matrimonio estadounidense de clase media-alta. George, el marido, es un hipocondríaco que un día, por pura obsesión, piensa que sufre una enfermedad terminal y que le resta poco tiempo de vida. Sólo se lo cuenta a su vecino, Arnold, que es su mejor amigo. Como no quiere dejar sola a su mujer, ambos emprende la búsqueda del marido ideal para ella.
Os aseguro unas buenas dosis de carcajadas, sobre todo con el borrachín de Arnold. Los últimos minutos se aceleran demasiado, pero el resto gusta tanto y dura tan poco esta parte que se lo perdonas totalmente.
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29 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
El tontorrón hipocondríaco y su alegre esposa
17 de mayo de 2007
Comedia ligera de los sesenta, que resulta muy agradable y que por lo menos me hizo reír mucho con su humor fino y un poco ingenuo, pero también agudo y con momentos verdaderamente memorables.
La historia se centra en un joven matrimonio. Él es muy hipocondríaco y siempre cree que está a punto de morir de alguna enfermedad. Hace continuas visitas al médico y se toma un montón de potingues para sus diversos males imaginarios. Su mujer, con buen humor y mucha paciencia, sobrelleva sus tonterías. Ambos viven en un barrio residencial de ésos que tanto les gusta sacar en las películas estadounidenses, con preciosas casas unifamiliares, dotadas de todos los adelantos y con jardín. Nos vamos poniendo al día de todos los cotilleos del barrio merced al lechero, que va de puerta en puerta soplando los chismes.
En una de sus innumerables visitas al médico, el protagonista, por un malentendido, se convence de que padece una terrible enfermedad letal, y se preparará para su pronto fallecimiento, haciendo partícipe de su secreto a un vecino amigo suyo y sin revelarle la "tremenda noticia" a su mujer, para no alarmarla. Las absurdas y divertidas situaciones que se van a suceder a partir de aquí no van a tener descanso.
-Digno de mencionar es el papel del médico, un hombre que suscitará nuestras carcajadas cada vez que aparezca.
-También el amigo del protagonista es un personaje inolvidable.
-Y uno de los grandes puntazos lo introduce el dueño de la funeraria. ¡No se pierdan esa parte! Es tronchante.
Se agradece una buena comedia como ésta, de humor sano y sin otras pretensiones que divertirnos y, de paso, burlarse un poco de sí misma y lanzar una pequeña crítica, invitándonos a disfrutar más de la vida.
La historia se centra en un joven matrimonio. Él es muy hipocondríaco y siempre cree que está a punto de morir de alguna enfermedad. Hace continuas visitas al médico y se toma un montón de potingues para sus diversos males imaginarios. Su mujer, con buen humor y mucha paciencia, sobrelleva sus tonterías. Ambos viven en un barrio residencial de ésos que tanto les gusta sacar en las películas estadounidenses, con preciosas casas unifamiliares, dotadas de todos los adelantos y con jardín. Nos vamos poniendo al día de todos los cotilleos del barrio merced al lechero, que va de puerta en puerta soplando los chismes.
En una de sus innumerables visitas al médico, el protagonista, por un malentendido, se convence de que padece una terrible enfermedad letal, y se preparará para su pronto fallecimiento, haciendo partícipe de su secreto a un vecino amigo suyo y sin revelarle la "tremenda noticia" a su mujer, para no alarmarla. Las absurdas y divertidas situaciones que se van a suceder a partir de aquí no van a tener descanso.
-Digno de mencionar es el papel del médico, un hombre que suscitará nuestras carcajadas cada vez que aparezca.
-También el amigo del protagonista es un personaje inolvidable.
-Y uno de los grandes puntazos lo introduce el dueño de la funeraria. ¡No se pierdan esa parte! Es tronchante.
Se agradece una buena comedia como ésta, de humor sano y sin otras pretensiones que divertirnos y, de paso, burlarse un poco de sí misma y lanzar una pequeña crítica, invitándonos a disfrutar más de la vida.
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25 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
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