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Kai (1985)

Película completa (JAPONÉS con subtítulos en ESPAÑOL)
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Sinopsis
Iwago Tomita (Ken Ogata), un antiguo campeón de lucha, logra ir prosperando económicamente a partir de negocios un tanto turbios. Kiwa (Yukiyo Toake), la esposa de Iwago, deberá hacerse cargo de Kiku (Mariko Ishihara), una niña que este compró en el puerto de Kobe liberándola de su violento padre, y criarla junto a sus dos hijos. (FILMAFFINITY)
Género
Drama
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Japón Japón
Título original:
Kai
Duración
134 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Premios
1986: Japan Academy Awards: 8 nominaciones
8
Kiwa y las mujeres de Kochi
2.º año de la era Taisho, era de inversiones extranjeras, tratados internacionales, influencia de la cultura occidental, prosperidad económica...
Y no así perjudicada por un germen siempre en expansión: el del submundo. Su crueldad, injusticia y violencia será observado desde el punto de vista de una mujer.

Para cuando llega 1.984, el maestro Hideo Gosha lleva a sus espaldas una carrera de más de dos décadas con tan sólo catorce películas realizadas; los '80 empezaron para él horriblemente por sus problemas familiares, el grave accidente de tráfico que dejó a su hija en el hospital y con la idea de suicidarse en la cabeza. Su vida profesional quedaría muy afectada por las bajas recaudaciones en taquilla, sin embargo el presidente de Toei Shigeru Okada le concede dirigir "Onimasa", adaptación de la novela homónima de la reconocida y premiada Tomiko Miyao.
Por primera vez en mucho tiempo encuentra el éxito inmediato, tanto de taquilla como de crítica, y se convierte en la primera entrega de una trilogía de adaptaciones de la autora cuyos guiones escribe Koji Takada; la fama cosechada a nivel internacional por "Yohkiroh" reafirma lo provechoso que ha sido el cambio de dirección para Gosha, quien ha sustituido los trepidantes "thrillers" de samuráis y yakuzas de su primera etapa por dramas de época cuyas historias giran alrededor de grandes personajes femeninos. La fórmula se repite por tercera y última vez con la adaptación de "Kai", publicada en 1.972 y que ya cuenta con una versión para televisión con Ayako Wakao de protagonista.

Como "Onimasa" y "Yohkiroh", este relato está ambientado en las calles de Kochi en la reciente Taisho, y se extenderá en dos décadas, a través de dos grandes elipsis temporales, hasta el 10.º año de la era Showa. Con esa sobriedad y lirismo que ha adquirido en sus nuevos trabajos y su gusto por retratar la desnudez social y humana, no despojada de gran aspereza, Gosha dibuja un entorno cercano, íntimo, empezando con la llegada de una niña pobre que iba a ser vendida en Kobe a la casa de Iwago, un antiguo campeón de lucha que ha terminado por formar parte del submundo, trabajando como proxeneta.
Sin embargo, en contra de lo que se puede pensar por los acontecimientos narrados en el primer arco (de 1.914 a 1.926), la historia no se centra en esa niña a la que llamarán Kiku; en realidad los protagonistas son el matrimonio Iwago y Kiwa, personaje que sirve para arrojar un iracundo y amargo discurso sobre la figura femenina y su condición en aquella época donde no poseía ni la más mínima oportunidad de sobrevivir en un mundo dominado por el poder masculino. Gosha se acerca a un melodrama al estilo de Kinuyo Tanaka, Naruse y Mizoguchi al respetar la durísima visión de la autora y colocando a Kiwa en el centro de esa tormenta que poco a poco se desata.

Porque como en todas las obras de Miyao (quien incluso aparece en el film) se presentan y describen numerosos personajes, haciendo hincapié en la profundización psicológica y emocional de cada uno de ellos, como Ryu y Ken (esos dos hermanos de diferente carácter enfrentados, uno débil, bondadoso y aquejado de tuberculosis y el otro rebelde, violento, dispuesto a seguir los pasos de su padre), o Kiku (una chica fuerte e independiente que desafía los convencionalismos sobre la mujer en la época adoptada en una familia disfuncional y considerada escoria a ojos de muchos). Todos ellos sólo pivotan alrededor de las figuras de Iwago y Kiwa.
Este duo conduce los hechos y cada uno irá poseyendo su trama al instalarse una cada vez más fuerte insatisfacción entre ellos cuyo destino es la total ruptura. Él es un hombre ambicioso que actúa como un marido y padre dedicado en su hogar y como un yakuza brutal e infiel en la calle, donde desea aumentar su fama para acabar controlando toda Kochi (esto llevará a que surjan pequeñas subtramas, desde una lucha abierta contra Tanigawa, el oyabun y cacique local, a varias aventuras amorosas con geishas y artistas que pasarán por la ciudad); Iwago es el hombre feudal: rígido, estoico, posesivo y sólo ocupado de su prestigio, para lo cual necesita aparentar ser lo que no es de cara a la sociedad.

Kiwa es la esposa tradicional, una mujer acorralada, sumisa y obediente sobre cuyos hombros descansa el peso de un hogar y una familia que se desmorona a cada momento. Y Gosha, con un manejo magistral de la estructura narrativa, logra hacer sentir al espectador como su heroína, de ahí que la atmósfera se endurezca y espese con cada discusión, encuentro e infidelidad descubierta; pero como todas sus mujeres (al igual que las de Mizoguchi), Kiwa decide revelarse en un acto audaz y desconcertante (todos la acusarán de loca e irracional) contra las ataduras del monstruo que es Iwago.
"Kai" se embarca de este modo en una fase de intensidad y violencia ascendentes y su exposición machaca los huesos por su realismo y crudeza, a lo que contribuye un argumento enrevesado, plagado de giros siempre inesperados y a menudo difíciles de creer (como el total relevo de Kiku por la también adoptada Ayako en el corazón de Kiwa). Ken Ogata vuelve a trabajar con el cineasta, esta vez interpretando a un individuo repulsivo y del todo irritante, y Mariko Ishihara, Junichi Inoue, Mikio Narita, Kimie Shingyoji y la pequeña Kaori Takahashi brindan también unas grandes actuaciones.

Pero es Yukiyo Toake (la memorable protagonista de "Lady Kasuga", también escrita por Takada) quien acapara toda la atención cada vez que aparece en pantalla, por su fuerza y visceralidad interpretativa, su naturalidad y su facilidad para hacer que el espectador siempre esté de su lado; una de esas enormes actrices niponas que nunca ha sido descubierta como es debido.
Ella se desvela como el alma de esta desgarradora, densa y por momentos indigesta historia con la cual Gosha termina su Trilogía Miyao/Kochi, alcanzando otro punto álgido en la década y terminando de confirmarse como un verdadero maestro del melodrama.
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