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Aquiles y la tortuga (2008)

Aquiles y la tortuga
120 min.
6,9
1.202
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Trailer (JAPONÉS)
Sinopsis
Kitano interpreta a un artista de escaso talento pero motivado y apasionado que cuenta con el apoyo de su sufrida esposa, a la que da vida Kanako Higuchi. Según Kitano: "Éste es un film sobre la complejidad del mundo del arte (...) Incluso las personas sin talento deberían vivir para todo aquello para lo que creen valer, afrontando la realidad". (FILMAFFINITY)
Género
Drama Comedia Pintura Infancia Comedia dramática Comedia negra
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Japón Japón
Título original:
Akiresu to kame
Duración
120 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
Premios
2008: Festival de Venecia: Nominada al León de Oro (mejor película)
"Cuenta con el estilo y con la gracia de Kitano (...) mezclando búsqueda, extravagancia, extremo, lo que sea con tal de ligar esos dos conceptos tan fructíferos y también mortíferos como la originalidad y el arte."
[Diario ABC]
"No me sirve para reconciliarme con Kitano pero es más digerible. (...) logra que sientas comprensión y ternura por este alienígena, por alguien suicida que siempre tuvo pavorosamente claro lo que quería hacer."
[Diario El País]
4
3
Positiva
1
Neutra
0
Negativa
7
Kitano abierto de par en par
Dicen que cuando un espectador se pone ante la pantalla y empieza a degustar una obra, es esencial que este se introduzca en ella, abriéndose, empapándose del mundo que el cineasta pone ante él y siendo uno más.
En cambio, pocas son las veces que quien se abre, no es realmente el espectador, sino el realizador: y aquí Kitano compone un sincero poema, trazado con honestidad y magníficas virtudes dramáticas que, en su primer tramo, se destapa como una historia agridulce a la par que emotiva, y hace de "Aquiles y la tortuga" una cinta de logradísimo empaque que logra atraparle a uno enmedio de esa espiral que recorre el pequeño Machisu en su empeño por proseguir con una devoción que se postergará hasta extremos impensables: el amor por la pintura.
Kitano logra, pues, trazar una brillante parábola donde los tintes cómicos empiezan a surgir, pero en la que el prisma ofrecido no deja de poseer una aureola repleta de tristeza y nostalgia en la que el nipón sumerge al espectador a pulmón abierto gracias a una primera hora magnífica.

Luego llega ese Kitano al que ya estamos más acostumbrados últimamente, el de las gamberras "Takeshi's" y "Glory to the Filmmaker", para corroborar que su sentido del humor sigue conservándose igual de fresco que cuando firmó aquella pequeña joya infravalorada llamada "Getting Any?", y dejando momentos de lo más carcajeantes (el de los bocetos al tipo del accidente es sencilla y rotundamente descomunal) enmedio de ese ambiente de decadencia que rodea el mundo de ese artista fracasado: una mujer que no parece tener un papel determinado, una hija que le repudia por sus excentricidades, un grupo de compañeros que parecen querer buscar su sitio artísticamente hablando, pero también se ven sumergidos en la tragedia (en este aspecto, recuerda vagamente a "La vida de bohemia" de Kaurismäki), etc...

A partir de ahí, y en cuanto el célebre cineasta decide dar el punto final a su obra, uno se da cuenta de que no ha asistido a un film cualquiera, de que pese a esa ligera escisión que divide su tramo dramático del más cómico y disparatado, tanto en uno como el otro se halla el perfecto contrapunto de risas (incluso con su punto ácido) y aspereza como para que no todo parezca ser de un sólo color. Porque jamás lo ha sido la vida, sea de un artista, fracasado o no, y jamás lo será el cine de Kitano, sea autoparodiándose y buscando una nueva identidad, o no.
Brillantes, por cierto, esas obras que van apareciendo expuestas en distintos lugares, y que años atrás fueron del malogrado creador...
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27 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Kuramochi y Su Tortuga
Perseguir el arte a pesar de todo, a pesar de la mediocridad, a pesar de lo aborrecible, a pesar de la cordura, a pesar de la vida, del amor, de la muerte; a pesar de lo humano y nunca, nunca lograr alcanzarlo. De eso va la película. Kuramochi descubre a temprana edad cual sería su tortuga y en eso se pasa la vida.

Se puede decir que el factor decisivo para el fracaso de Kuramochi es la ausencia de talento, pero no lo creo así, Kuramochi posee las habilidades necesarias; pero ha perdido su humanidad y ese es el “factor decisivo” del talento.

Kitano reflexiona (poéticamente) sobre el arte, que en este caso el artista sea un pintor, parece ser más una cuestión práctica y (por demás) estética. Es por momentos el Kitano de siempre y por momentos no lo es, y doy gracias de que así sea. Personas como Kitano no necesitan repetirse para corroborar su genialidad.
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10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
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