Los implacables (1955)

Realización de Raoul Walsh, producida por la Fox. Se basa en la novela "The Tall Men" (1956), de Clay Fisher, pseudónimo junto con Heck Allen de Will Henry. Se rodó en cinemascope en Durango (Méjico). Se estrenó el 6-X-1955 (EEUU).

La acción tiene lugar en Mineral City (Montana), San Antonio (Texas) y en el camino de 1.800 millas entre ambas poblaciones, en 1867, a lo largo de varios meses. Narra la historia de Ben Allison (Clark Gable), antiguo coronel confederado, que sirvió durante la Guerra Civil en los Quantrill's Raiders, grupo guerrillero afamado y recordado con respeto. Valiente y de gran valía personal, no se arredra ante nada ni nadie. Le acompaña su hermano Clint (Cameron Mitchell), impulsivo, inestable y dado a la bebida. Son dos seres desplazados, que llegan a Montana desde el Sur para olvidar la tragedia de la guerra recién acabada. Van en busca de oro, pero Nathan Stark (Robert Ryan), rico, elegante, calculador, persuasivo y ambicioso, les ofrece participar en un negocio.

La película constituye la primera colaboración de Walsh y Gable, de las tres realizadas en años consecutivos. El éxito de la obra relanzó la carrera de Gable, que había decaído tras la muerte en accidente de aviación (1942) de su esposa, Carol Lombard. El film enfrenta a Ben Allison, sincero, generoso y luchador, que ambiciona tener un rancho en Texas y una vida pacífica, con Nathan Stark, interesado, frío, poco valeroso, que ambiciona adquirir la mitad de Montana y prosperar, sin límites, en los negocios y la política. Ambos luchan por el amor de Nella Turner (Jane Russell), a la que Ben salva la vida, mientras Nathan se pone a cubierto de peligros. Nella se siente decepcionada por las escasas ambiciones de Ben y deslumbrada por las de Nathan. Una conversación con Luis (Juan Garcia), lugarteniente de Ben, con el que colaboró en los años de la guerra, descubren a Nella el verdadero sentido de la amistad y del amor. El papel de Nella se sitúa en el centro de una lucha de sexos en la que demuestra fuerza y tenacidad. La obra está salpicada de humor franco y fresco, con apelaciones al absurdo, la exageración y la desmesura, humor negro, inversión de estereotipos (Nella silba, cruza el rio a caballo) y la guerra de sexos entre ella y Ben. Es, posiblemente, el mejor western de Walsh.

La música, de Victor Young, aporta composiciones orquestales épicas y solemnes y deliciosos solos de guitarra. A ello añade canciones como "Tall Men", "Canción mixtera" y "La cucaracha". La fotografía acaricia paisajes preciosistas, escenas espectaculares de movimientos de reses y pasajes intimistas. El guión contiene unos diálogos excelentes y una sucesión eficaz de enfratamientos con indios, bandas de forajidos, drama, erotismo y humor. La interpretación de Gable sobresale por la elegancia y maestría. La dirección crea una obra interesante y divertida.

La película desborda sentido épico y atención a la dimensión humana de los personajes.

Lo siento. No puedo. Siempre me pasa. "Horizontes Lejanos", "La Última Bala", "Tierras Lejanas"....cuando el western se mezcla con la aventura caigo rendido. Disfruto. Se me pone la sonrisilla desde el principio hasta el fin y luego vengo aquí...y le pongo un nueve. Claro y si el western lo hace un director que ha hecho aventuras como nadie hasta ahora, y creo que nadie jamás, pues ya le tengo que escribir algo.

Primorosa producción, aderezada con la espectacularidad del Cinesmacope, que nos trae a la pantalla la historia de la la persecución de dos sueños diferentes por dos hombre diferentes. Ben Allison (Gable) un cowboy tejano en busca de algo de dinero para sus humildes pretensiones y Nathan Stark (Ryan) un ganadero cuya única ambición es la de poseer todo el estado de Montana. Ambos se embarcarán en un negocio de traslado de reses desde Texas hasta Montana que nos regalará impresionantes estampas y momentos inolvidables entre polvo, indios, ríos, carretas y cabezas de ganado. Genial fotografía y montaje como siempre de Leo Tover.

Pero la historia, más allá de la aventura, supone una continua elección entre las dos maneras de vivir presentadas para la protagonista. La otra gran atracción para el espectador. Jane Rusell. La portentosa actriz, la increible morena, que de una manera u otra se ve en medio de esa expedición y que consigue que el duelo entre Gable y Ryan vaya más allá de lo interpretativo. Porque en lo interpretativo gana Gable. Y eso es mucho decir teniendo en frente a Ryan. Pero es que el papel le viene como anillo al dedo y sumado a esa enorme presencia física y su gran talento delante de la cámara hace que vaya dejando atrás a su compañero y centrando toda la atención de la historia en su relación con la que ya nos dejara boquiabiertos en "The Outlaw"....
- para esta película quiero una mujer despampanante¡¡ dijo Howard Hughes. Y apareció Jane.

Gran reparto, bonita historia, épica aventura, personajes atractivos, buena banda sonora, excepcional dirección y siempre con ese sabor. Ese sabor a western aventurero y que como podéis leer...me encanta.