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Sección especial (1975)

Sección especial
118 min.
7,3
844
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Escena (FRANCÉS)
Sinopsis
Agosto de 1941. El gobierno de Vichy ha creado una Sección Especial cuyo objetivo es la ejecución de chivos expiatorios para aplacar la ira de los nazis cuando algún oficial alemán es asesinado por la Resistencia. Las víctimas, cuatro comunistas y dos judíos elegidos aleatoriamente, serán juzgados por un tribunal corrompido. Mientras que un joven magistrado intenta hacer valer sus influencias políticas para conseguir el indulto, uno de los procesados, periodista de L’Humanitè, denuncia públicamente al tribunal por su sumisión a las fuerzas de ocupación. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Política II Guerra Mundial Nazismo Drama judicial / Abogados/as Basado en hechos reales
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Francia Francia
Título original:
Section spéciale
Duración
118 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Coproducción Francia-Italia-Alemania del Oeste (RFA);
Links
Premios
1975: Festival de Cannes: Mejor director. Nominada a la Palma de Oro (mejor película)
1975: Globos de Oro: Nominada a la Mejor película extranjera
1975: Asociación de Críticos Norteamericanos (NBR): Nominada a Mejores películas extranjeras del año.
8
LA EXTRAÑA DERROTA
He querido encabezar mi comentario de este interesante filme aprovechando el título que un gran historiador francés -Marc Bloch- puso a su última obra, un lúcido análisis acerca de la debacle francesa en la Segunda Guerra Mundial; en ese admirable librito, escrito desde una clandestinidad resistente que terminaría a manos de la Gestapo en 1944, Bloch realizaba un verdadero examen de conciencia de Francia, de sus instituciones y ciudadanos, en busca de las razones del desastre.

Basándose en otro libro, pero con el mismo espíritu, Costa-Gavras, ayudado por Jorge Semprún en el guión y diálogos, retrata de forma brillante la corrupción de la justicia durante la ocupación alemana, y especialmente durante el régimen colaboracionista de Vichy, encabezado por el antaño heróico Mariscal Pétain. Como consecuencia de los actos violentos cometidos por la Resistencia en contra de soldados y oficiales alemanes, el régimen de Vichy decidió crear una sección especial encargada de aplicar un castigo ejemplar, sirviéndose para ello de una ley creada ad hoc, que permitía volver a juzgar -en contra de toda la jurisprudencia existente- a subversivos ya condenados. De ese modo pensaban aplacar a los ocupantes, y de paso, en consonancia con la ideología filofascista y ultraconservadora de aquél gobierno, deshacerse de elementos "indeseables".

El filme destaca por su buena recreación de la época, tanto en vestuario como en ambientación, y en la profundidad con la que el guión analiza las reacciones, dudas, inquietudes, servidumbres y miserias de la judicatura, enfrentada aquí a un dilema fundamental: primar el sentido verdadero de la justicia o la razón de estado. La mayoritaria tendencia a plegarse a esta última constituye una ejemplar muestra de esa "extraña derrota" a la que se refería Bloch; si la judicatura, los máximos intérpretes de la ley, estaban dispuestos a traicionar su espíritu y a dejar a un lado su conciencia, es que verdaderamente algo iba mal en Francia desde mucho antes de la guerra. Con estupendas interpretaciones, y un afán nada casual por mostrar la regalada vida que llevaban los ministros de Vichy en los célebres balnearios de dicha ciudad, Costa-Gavras opta por no mostrar nunca a Pétain, a quien sólo oímos a través de alocuciones, atisbando apenas su impaciencia en el consejo de ministros, en el que apremia la aprobación de la oprobiosa ley rechazando toda discusión (golpeando la mesa con su pluma).

La película tiene algunas similitudes con el clásico estadounidense de Stanley Kramer, "Judgement at Nuremberg", pues centra su interés en la corrupción de la idea de la justicia, así como en la de quienes la imparten. Y es que esta admirable obra ilustra aquéllo que se decía -por boca del juez que interpretaba Spencer Tracy- en la película de Kramer: "(...) Lo grave es el hecho de haber tomado parte en un sistema sustancialmente inhumano". Creo modestamente que fue eso, más que cualquier otra cosa, lo que explicó aquélla "extraña derrota".
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43 de 43 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Y la infamia calló sobre Francia
La triste historia que nos relata con su particular estilo Constantin Costa-Gavras en "Sección especial" produce una indignación de la que es muy difícil no seguir empapado cuando pasan los días después de verla. Todos sabemos que la IIªGM supuso una ignominia para el mundo y que allá donde nos encontráramos durante los años del conflicto bélico podríamos encontrar grandes temas para contar a través del cine. El director franco-griego Costa-Gavras señala con el dedo acusador a la Francia colaboracionista, ya pueden llamarla libre, de Vichy, de los ministros orondos que entre ópera y ópera toman sus baños mientras los alemanes campan a sus anchas, hacen y deshacen, condenan, arrestan y asesinan al pueblo. No debió ser fácil para nadie. Tengo claro que los primeros meses tras la ocupación alemana de Francia todos creían que Alemania iba a regir no sólo Europa sino todo el planeta, y no sólo los siguientes años, tal vez las siguientes décadas. Pero no por ello el servilismo político queda justificado, ya podían invadir el país, aquello seguiría siendo Francia!!!

Es para indignarse con "Sección especial", para indignarse mucho. Hace daño observar cómo se bajan los pantalones los ministros, los jueces, los magistrados, cómo venden de forma tan barata su decencia y cómo se exponen a formar parte de una infamia que ahí queda para la triste Historia de Francia. El despreciable mariscal Pétain, antiguo héroe de la IªGM, no aparece en la película pero es el primer culpable, el amigo de los nazis, el que dejó en manos de las SS a los refugiados republicanos de España y el culpable de tantas muertes de judíos franceses. ¿Son mejores los que estaban por debajo del mariscal? Ante la posibilidad de formar parte del grupo de amiguitos de los nazis hay uno que se va corriendo y gritando del despacho del ministro de justicia, un pequeño héroe que no quiere formar parte de ese vergonzoso tribunal que pone en bandeja las cabezas de unos presos que ya han sido juzgados. No tardan los malos en encontrar al presidente títere, al fiscal títere, con sus togas rojas, hasta los alguaciles son culpables por consentir algo así.

Ahora diré algo que contrasta con mi nota de la película: no recomiendo a nadie "Sección especial". ¿Por qué? Porque duele, porque te pone de mala leche, te golpea y te pisotea. Ya he dicho algo que sabemos todos y lo repito, la IIªGM es y será siempre un filón de buenos temas para el cine, Costa-Gavras se va al terreno que domina, donde se mueve bien, el de los políticos corruptos y el mal uso del poder. No lo he visto todo de este director pero hasta ahora sólo tengo palabras de elogio por su fondo, por su voluntad de enseñar cosas que nadie ha querido enseñar antes. Es cierto que su cine no es un cine para todos, habrá muchos que lo encuentren cansino y en concreto esta "Sección especial" no es su película más conocida... Pero qué película señores!! Cuántos detalles!!! Qué actuaciones!!! Hay tanto jugo exprimido que aún no sé cómo no le pongo un diez, ah!, ya sé, porque ya se lo puse a "Z", o tal vez a "Estado de sitio", o a "Desaparecido"... Todas son películas de diez, ahí queda eso, mi mayor reverencia a un director único.
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19 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
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