El tigre en la niebla (1956)

A veces la niebla en Londres es tan densa que un tigre agazapado puede acechar a su presa, ir tras ella, descuartizarla y, con idéntico sigilo, ocultarse y actuar como si nada hubiera sucedido.

Tensa producción de cine negro inglés de argumento complejo y enmarañado cuyas implicaciones parecen imposibles de abarcar y, aún menos, de resolver.
Pero R.W. Baker ya poseía en 1956 suficiente experiencia para enfrentarse al desafío y dirigir la película con profesionalidad y sentido de la equidad cinematográfica de modo que situar cada pieza en su lugar se convirtió para él en una cuestión tiempo.

Buen guión para una de la novelas más famosas de M. Allingham.

No es un peliculón, pero vale la pena verla. Primero, por ese ambiente de la proverbial niebla de Londre, en aquellos tiempos. Después por la idea de una banda de quinquis con la tapadera de una banda de música callejera.
Además por la trama, un poco enrevesada, pero bien resuelta.
Y lo que más me llama la atención de muchas peliculas de los años 30, 40 y 50: los rápidos finales o desenlaces, sin recreación alguna, sin que la cámara se aleje o se enfoue el cielo. Fin y fin. Ya nos podemos ir a casa.
Ya vendrían los años sesenta y setenta para intelectualizar todo, dejar de ser ingenuo y, no pocas veces, darnos un bodrio como obra de arte.