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Persiguiendo a Betty (2000)

Persiguiendo a Betty
110 min.
5,4
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Disponible en:
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Sinopsis
Una camarera de Kansas City, bajo la influencia de un culebrón televisivo, sueña con ser enfermera. Cuando su marido, un mediocre vendedor de coches, resulta asesinado decide irse a Los Ángeles, convencida de que su novio es el protagonista del culebrón, concretamente el cardiólogo (Kinnear). Mientras tanto, los asesinos de su marido no consiguen encontrar la droga que éste escondió en su coche antes de morir. (FILMAFFINITY)
Género
Comedia
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
Nurse Betty
Duración
110 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
Premios
2000: Festival de Cannes: Mejor guión
2000: Globos de oro: Mejor actriz principal - Comedia o musical (Zellweger)
2000: National Board of Review (NBR): Premio especial (a la excelencia en dirección)
2000: British Independent Film Awards (BIFA): Nom. Mejor película int. lengua inglesa
8
La Quijote
La tercera película de LaBute sirve de crítica a la alienación provocada por la televisión en la sociedad occidental. Hasta aquí, nada nuevo. El acierto tiene que ver con la confrontación de dos clases de locura: por un lado está la de la protagonista, una camarera llamada Betty (impresionante Renée Zellweger) que esconde sus frustraciones en su veneración de una telenovela, y que tras la traumatizante muerte de su marido parte en busca de su héroe catódico; por el otro está la locura de su perseguidor, un veterano liquidador encarnado por Morgan Freeman que, próximo a jubilarse, se lamenta por los cambios de valores entre su generación y la siguiente, lo que lo conduce a proyectar todas sus ilusiones en Betty.

La película parte de un guión que, por primera vez, no fue concebido por LaBute. La historia, gracias a ello, tiende a huir de la verosimilitud. Y el argumento, en cierto punto, se emancipa claramente de aquello que tenemos por realidad. Pero se trata de una comedia, de una buena comedia norteamericana que no escatima homenajes a un subgénero banalizado por las comedias románticas contemporáneas: la screwball comedy, la comedia loca de los años 30 y 40. Esa despreocupación por la realidad, que tan bien encaja con las intenciones de la trama, la convierte en heredera de esos maravillosos ejercicios de inverosimilitud premeditada que fueron las comedias de Cary Grant o Carole Lombard hace tiempo. No es este el único dato que apunta a épocas pretéritas: la propia Betty, un ser candoroso, encantador y patético a la vez, retoma a los "bobos simpáticos" que protagonizaban las películas de Capra o Hawks. Y suma a esta influencia la de su obsesión por un actor famoso como evidencia de su incapacidad para discernir realidad y ficción, una constante que encontramos en títulos como Todo por un sueño (Gus Van Sant, 1995) o El jeque blanco (Federico Fellini, 1952) e incluso más allá, desde todo punto de vista, en el Quijote. Para el joven visitante de salas de cine las referencias serán mucho más recientes pero no por ello menos eficaces, como algunas películas de los hermanos Coen, sobre todo en los (dos) violentos puntos de giro de la historia.

Mientras corre el peligro de engendrar una visión superficial de su película (creer que los trillados mecanismos de la comedia se comen las ideas de LaBute), el director desarrolla las esquizofrenias de sus personajes principales hasta provocar su encuentro, su enfrentamiento, del que surge el desenlace. Simultáneamente, en la estancia de al lado, la película ubica a sus criaturas en una situación netamente cómica que deja traslucir la verdadera alienación –más allá de la que aqueja a Betty– de la mayor parte de nuestros conciudadanos. Es la "locura" de Wesley (Chris Rock), que resulta extensible al resto de su generación y a algunas otras: la de una sociedad norteamericana que dicta el comportamiento del resto de los pueblos "desarrollados". Una suerte de negación de lo que es y, finalmente, sale a luz.
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24 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
La enfermera Betty
Me sorprende enormemente las pocas críticas que ha generado esta película de un director como Neil LaBute, tan independiente y crítico con la sociedad norteamericana. Comentaban por aquí que se nota que el guión no es obra suya, quizás por ello nos encontramos con una película con mucha menos mala leche que otras del director, para mí la más dura hasta la fecha ha sido sín duda "En compañía de hombres", pero aún así, LaBute aprovecha para criticar un poco y esta vez le toca a la influencia de la televisión en las vidas de algunas personas que rellenan sus vacíos existenciales con series, actores y cotilleos. Renée Zellweger interpreta magistralmente a una joven americana cuya vida marital es tan insatisfactoria que se crea una realidad virtual creyendo formar parte de una serie de televisión muy popular y enamorándose del actor del personaje principal de la misma, un Greg Kinnear que siempre me ha encantado y que aquí está francamente bien. Tanto los personajes de Zellweger como el de Kinnear son patéticos, cada uno a su manera, una porque no sabe distinguir realidad de ficción y otro porque se cree ser tan irresistible como su personaje. Junto a ellos aparece el siempre excelente Morgan Freeman, y en un pequeño papel uno de los actores fetiche de LaBute, un Aaron Eckhart que a pesar de disponer de poco tiempo en pantalla saca petróleo de su personaje de marido paleto y mujeriego. De Morgan Freeman sólo decir que una vez más es un placer verle actuar. Quizás de todo este grupo de actores el que desentone sea Chris Rock, difícil de imaginar trabajando a las órdenes de este tipo de directores ya que es más fácil ver en superproducciones sin mucho contenido y para mí es de los más flojito de todo el film. Creo que "Persiguiendo a Betty" es una interesante propuesta para pasar un rato de buen cine.
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7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
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