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El gran Serafín (1987)

El gran Serafín
78 min.
4,4
37
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Sinopsis
Un grupo de personas decide pasar unos días de descanso en un hotel cercano al mar. La dueña del establecimiento es una mujer enigmática que vive en compañía de su distante hija, de un joven pianista al que presta su protección y de una camarera cuya ingenuidad y pureza contrastan con el resto. Entre los huéspedes se encuentran una mujer mayor en busca de su juventud perdida, un científico con síntomas de senilidad y un hombre normal y corriente. Cuando los medios de comunicación informan de que se halla cercano el fin del mundo, únicamente la camarera y uno de los clientes reaccionarán ante la indiferencia del resto del grupo. (FILMAFFINITY)
Género
Drama
Dirección
Reparto
Año / País:
/ España España
Título original:
El gran Serafín
Duración
78 min.
Guion
Fotografía
Compañías
Grupos
Adaptaciones de Adolfo Bioy Casares
7
No hay quien aguante este olor a fin del mundo.
”Más rara que un gitano solicitando el borrador de la renta”. En estos términos se refería Augusto M. Torres en su Guía Del Cine Español a El Gran Serafín, la única obra que se le conoce a José María Ulloque. Y es que no es para menos. Al margen de ser una de las pocas películas –junto a La Hora Incógnita de Mariano Ozores, la infravalorada Tres Días de F. Javier Gutierrez y las sobrevaloradísimas Total y Así En El Cielo Como En La Tierra, ambas plagios del mediocre Jose Luis Cuerda a las obras de Spike Milligan y John Antrobus- del parque fílmico español que tratan directamente o de forma tangencial el fin del mundo, su acercamiento al apocalipsis es resultante de adaptar el ya de por sí bastante marciano relato corto homónimo del argentino Adolfo Bioy Casares. El pavo de La Invención De Morel, el colegui de Borges. Un relato con un crescendo simbólico y una estructura irónica que construye un climax que, precisamente, se sustenta en la disolución de toda posibilidad de climax, niega uno de los pilares básicos que estructuran todo relato apocalíptico para cerrar de modo inconcluso y abrupto. En cierta manera El Gran Serafín es bien semejante a El Tiempo Del Lobo, la obra cumbre de Michael Haneke. Solo que en lugar de ser el fuego el elemento simbólico que cobra protagonismo aquí son las aguas, estancadas en los océanos y mares (a la manera de cuando Vainica Doble predijeron en Escrito Con Sal y Brea que si ”se muere el mar, se acaba el mundo”) e insalubres en las canalizaciones de suministros para el consumo humano.

”Nada importa nada” le dice el protagonista ya casi al final del relato y de la película a Hilda, a la manera de quien convierte un romance plausible en imposible a base de fliparse al abrir la boca. En el contexto del fin del mundo ya avanzado y él yéndose a desfacer un entuerto del todo absurdo tanto en cuanto carece de sentido irse a recuperar unas joyas mientras está sucediendo el apocalipsis. Así se manejan los personajes de El Gran Serafín en los entresijos de los aconteceres, así eligen sus opciones en las bambalinas del acabose. El hotel, ubicado en la platja d´Aro, es el enclave ideal para que una serie de pintorescos personajes se comporten casi a la manera de los decadentes ricachones de El Año Pasado En Marienbad mientras no paran de darse evidencias de que se acaba el mundo: hierve el agua, el mar se estanca, el viento cesa y la tierra se abre. Y todo termina con un plano idéntico en intenciones al famoso plano secuencia que cierra el Sacrificio de Tarkovski, solo que en vez de arder una casa del Leroy Merlin aquí lo que prende es una montaña de cartón piedra mientras el protagonista camina por la playa dispuesto a involucrarse en una historia del todo absurda y carente de sentido mientras Ana Obregón se le queda llorando mientras balbucea para sí misma un Amor Mío. Una Ana Obregón de la que hay que reconocer que lo hace bastante bien en esta peli.
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7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
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