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No Fear, No Die (1990)

No Fear, No Die
90 min.
6,6
172
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Sinopsis
Dos hombres africanos asentados en Francia se ganan la vida entrenando gallos para convertirlos en máquinas de matar. Los protagonistas son reclutados por el dueño de un bar que quiere tener su propio ring de pelea y montar así su propio negocio en el mundo ilegal de las peleas de gallos. (FILMAFFINITY)
Género
Drama
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Francia Francia
Título original:
S'en fout la mort
Duración
90 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Coproducción Francia-Alemania;
Links
Premios
1990: Venecia: Osella de plata al mejor montaje
1990: Premios César: Nominada a Mejor Actor Revelación (Alex Descas)
7
Gallos de Francia
S'en fout la mort es una muestra de la cara oscura del cine francés, que hurga en la cara oscura de la dulce Francia. Narra la historia de dos amigos negros: Dah, de Benin, y Jocelyn, de la Martinica, que se dedican al adiestramiento de gallos de pelea en los sótanos de un bar de carretera, para un francés blanco que mantiene con Jocelyn una extraña relación paternal.

La película, que sugiere muchas cosas sin decirlas, ofrece lo que uno puede esperar a partir de este breve resumen: espacios cerrados, tensión, nocturnidad, sordidez, violencia y la presencia constante del dinero (aún los francos); todo ello con una sequedad casi bressoniana, que sólo se ve quebrada en un breve momento en el que, perturbado por las circunstancias de una pelea, Jocelyn la interrumpe y ejecuta una danza en el ring, imitando los movimientos de un gallo.

Gallos y hombres: es lo mismo, susurra Dah en un momento anterior. El entorno que refleja la película funciona como metáfora de un ambiente social en el que los hombres están como enjaulados, y en el que la combinación del dinero y el instinto los empuja a destruirse, al igual que sucede con los gallos. Las peleas se reflejan elípticamente, sin que la cámara caiga en la atracción morbosa que retrata en sus personajes.

El contrapunto a tanta oscuridad lo pone Solveig Dommartin, a la que conocimos en Cielo sobre Berlín: una presencia a la vez angelical y carnal, encarnación del deseo imposible para los protagonistas, atrapada melancólicamente, como ellos, en una realidad que no está a su altura y de la que no puede escapar.

Con independencia de sus méritos, la película puede resultar instructiva para los que crean que existe algo así como una sensibilidad específicamente femenina: dudo que quien la vea sin referencias pudiera llegar a imaginar que está dirigida por una mujer.
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4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
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