The Challenger (2015)

Terminando de ver “The Challenger” (2015) de Kent Moran con Kent Moran, Michael Clarke Duncan, S. Epatha Merkerson, Justin Hartley, Frank Watson, Stan Carp, entre otros. Drama independiente, de bajo presupuesto, ganador de varios Festivales del Circuito de Cine, sobre un joven que busca su “Sueño Americano” siendo boxeador, por lo que seremos testigos de su lucha y su fuerza interior. En su periplo lo acompañará su madre afroamericana adoptiva, algo que no ves todos los días, pues Jade es blanco; y el apoyo de su entrenador. La película tiene una narrativa clásica de los filmes sobre este deporte, sin embargo, el enfoque es familiar, en las relaciones del protagonista con su madre y con su entrenador, a toda regla, el personaje del padre ausente, y en definitiva, en su lucha por hacerse de una familia. Mención de Honor para Kent Moran como director, actor, guionista, editor y productor de la película que, con 35 años, se levanta como una gran promesa en la industria. Si bien la historia es predecible, y pasa por los lugares comunes que recuerdan a la saga “ROCKY” y similares, está bastante equilibrada, es emocionante, y posee buen ritmo; la dirección es muy buena, con una parte de estilo documental, los encuadres son buenos, la forma en que fue filmada, y las elecciones hechas, brinda aires de sinceridad, que rara vez se ven en pantalla para un director debutante; las coreografías de las peleas están bien montadas, la edición cumple bien los 95 minutos de metraje, que para nada se hacen pesados, dándole mucha dinámica, sin decaer. El relato, al centrarse en el núcleo familiar, no posee historia romántica, y no hace falta, pues la lucha es individual, una metáfora para el espectador, para salir adelante ante las adversidades; no es de extrañar que esa lucha se vea algo empañada por el sentimentalismo y el melodrama, pero sin resultar pastelosa, forzada, patética ni sobreimpuesta. Del reparto, Kent Moran tiene mucho potencial, no solo es carismático y talentoso, sino que sale bien parado en sus registros, más sabiendo de su multifuncionalidad en la producción, y su personaje se da a querer; Michael Clarke Duncan, en su último papel antes de morir de un ataque cardiaco, está INMENSO, demostrando un gran nivel interpretativo, donde seremos testigos de su canto de cisne, un actor que tenía muchísimo que dar; también destaca S. Epatha Merkerson como la madre, que es el ancla y el motivo del filme. El antagonista, que no es tal, pues el verdadero villano es la adversidad misma, Justin Hartley hace un buen papel, interpretando al contrincante humano del protagonista; otros personajes divertidos, son el empleador del taller, y el dueño de la licorera, que resultan simpáticos. Aquí “no se pelea para perder” es una historia de los más débiles que superan las probabilidades. Atención a los créditos finales, que son la cereza del pastel, con las palabras de Clarke Duncan para un equipo de grabación de no más que 7 personas. Kent Moran tiene un brillante futuro por delante si continúa perfeccionando su oficio, tomando más riesgos, e investigando temas con mayor detalle. Un logro a toda regla, para un resultado notable, y muy motivador si se ve con una mente abierta.
RECOMENDADA.
NO tendrá nota en Lecturas Cinematográficas.
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