Sangre en la sierra (1948)

No hace muchas semanas comentaba en estas páginas de Filmaffinity, "Huracán" (Red Canyon) de George Sherman, de 1949.

Vuelvo a hacerlo con esta película que no conocía porque, como dice el título de la crítica, me parece un film encantador. Una historia bien contada, con personajes magníficamente construidos, que se va desarrollando con coherencia hasta su clímax final.

En este cruce entre un solitario y vagamundo (Robert Young) y unos mineros y unos pistoleros, resulta una confusión que acarreará que el sheriff y la ley erren el objeto de su persecución. Perseguirán al inocente.

La película es, por tanto, la historia de una huida y a la vez una búsqueda, por parte de Robert Young, para demostrar su inocencia. Búsqueda y huida en la que contará con la ayuda y complicidad de una mujer viajante o buhonera que recorre esa parte del Oeste (Marguerite Chapman)***. Es quizá la parte menos verosímil, la de esta mujer que ha heredado el negocio de su padre y deambula, sola, por un territorio peligroso. El juego amoroso entra en escena enseguida, siempre contenido y pospuesto, ya que el personaje de Robert Young aprecia en una mujer que "se parezca a un hombre".

A destacar como uno de los "malos" a Akim Tamiroff, que siempre da empaque a sus personajes.

Como en "Huracán", el papel de los caballos y de una burra son fundamentales. Esta característica hermana a los dos filmes. El parto de la yegua, alguna muerte de un equino, el papel salvador de una burra, y el potro libérrimo, son protagonistas necesarios de la película. Elementos dramáticos de primer orden. Sus sufrimientos y avatares nos importan y emocionan. Quizá sea un rasgo del director, de George Sherman, pues los novelistas y guionistas de ambas películas son diferentes; hasta un gato tiene un mínimo papel: no puede ser casual.

George Sherman dirigió muchos western, entre ellos varios en España, como "Joaquín Murrieta".

Me queda recomendar, por tanto, que veáis esta película, como a mí me la han recomendad.


***Marguerite Chapman, se llama así, no como aparece en la ficha, donde hay una errata.

Entretenido western, un tanto extraño por el argumento, no en sí, sino por la deriva que lleva durante su desarrollo, al combinar el puro género rey con el melodrama. Es también una cinta de intriga. Es decir, que tiene de todo.
Resulta algo extraño también ver a Robert Young en el papel protagonista de un western, pero al ser buen actor lo hace bien, así como el ajustado reparto, donde sobresale, una vez más, el siempre genial Akim Tamiroff.
Las idas y vueltas, un tanto poco verosímiles, del protagonista, por dar con el hombre que puede demostrar su inocencia, están mostrados de forma amena, nunca aburre, pero tampoco apasiona. Esto, sin duda, es porque el realizador, el muy destajista George Sherman, autor de un sinfín de simpáticos trabajos, no resulta muy imaginativo pero hace que el relato sea agradable y tenga sus buenas escenas, enriquecidas por los bellos paisajes exteriores donde se rodó el film (desierto de Sonora, Arizona; Tucson, Sedona y/o las Montañas Sierrieta de Arizona).
Bonita fotografía en color y no mucho más, pero representativa de un tipo de cine agradecido, que hace pasar un rato distraído.

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