La sangre llama a la sangre (1968)

Mediocre spaghetti western auténtico, ya que es completamente ltaliano. Bueno, al decir, "auténticamente", quiero decir que la producción es Italiana, aunque haya, por ejemplo, intérpretes españoles en su reparto.
Tiene todos los defectos del simpático (sub) género y la única virtud que la encuentro es, su buena fotografía y el que, a pesar de que al comienzo parece será una parodia, en realidad luego se comprueba que no lo es.
Es seria en su tratamiento, aunque al comienzo haya algún baile de saloom y tal pero la venganza pronto se hace dueña del argumento y los tiros y muertos comienzan a aparecer por doquier.
El tratamiento no digo que no sea honesto y digno pero el desarrollo no puede ser más rutinario y convencional, con algunas escenas muy mal filmadas, como una en la que un personaje está en la calle de noche, se da la vuelta y de repente es de día, a todo sol. En fin...
Por lo demás, Fernando Sancho (que aquí su personaje se llama Sancho) aparece menos zarrapastroso de lo habitual.
Floja, aunque a los amantes del spaghetti igual les gusta.

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Bien que se lo había advertido El Sancho (Sancho), otra vez de bandido mexicano pero ahora con mando en plaza. Pues no, se tienen que meter sus secuaces en el convento y no dejar ni un fraile vivo. Y todo para robar la diadema de la Virgen.
La cinta empieza y acaba en la iglesia entre rezos y oraciones.
¿El resto? Un ir y venir sin ningún sentido, con una bailaora de flamenco en la época del destape y una música ramplona.
Lo demás por el estilo. Todo pésimo, desde la trama y el guion hasta la realización. Ambientación cutre, diálogos e interpretaciones sonrojantes. Lo hacíamos mejor en nuestros juegos infantiles de indios y vaqueros.
Unas cuevas que parecen las de Luis Candelas y un par de barrancos. En fin, que tiene razón el buen Fernando Sancho, la película está gafada con lo de los frailes.
Huir sin contemplaciones.