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Sueños de odio (1948)

Sueños de odio
100 min.
6,2
456
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Escena (INGLÉS)
Sinopsis
En 1865, una vez terminada la guerra de Secesión, Owen Devereaux (Glenn Ford) un sádico coronel del ejército de la Unión, regresa a su tierra, en Colorado. Allí es recibido como un héroe, junto a su colega y amigo el capitán Del Stewart (William Holden). El coronel Deveraux ha dejado tras de sí un reguero de violencia y de muertes innecesarias. El capitán Stewart teme que el conflicto lo haya trastornado. Caroline Emmet (Ellen Drew), la mujer de la que ambos están enamorados, accede a casarse con Deveraux. (FILMAFFINITY)
Género
Western Romance Siglo XIX
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
The Man from Colorado
Duración
100 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
Premios
1948: Sindicato de Guionistas (WGA): Nominada a Mejor guión Western
7
Secuelas de la guerra
Realidazo por Henry Levin, el film se basa en un argumento de Borden Chase. Se rodó en exteriores de Corriganville (Sini Valley) e Inverson Ranch (LA). Fue nominado a un WGA (guión). Producido por Jules Schermer ("Manos peligrosas", 1953), se estrenó en 1948 (EEUU).

La acción comienza el 9-IV-1865, día de la rendición del general Robert E. Lee, que puso fin oficial a la Guerra de Secesión. El relato se desarrolla en tierras de Colorado, territorio fronterizo, que no se constituye en Estado hasta 1876. Narra la historia del coronel de infantería Owen Devereaux (Glenn Ford) y de su compañero de armas el capitán Del Stewart (William Holden), naturales de Colorado, enamorados de la misma mujer, Caroline Emment (Ellen Drew). Al ser licenciados del Ejército, Owen es nombrado juez federal y Del, comisario general. Owen tiene un comportamiento violento, derivado de la guerra, que le lleva a matar por encima de lo que le dictan la razón y la voluntad. Del, equilibrado y comprensivo, trata de apartarlo de las armas de fuego y se opone a sus frecuentes sentencias de muerte.

La película, realizada en los primeros años de la Posguerra, se ve influida por ésta y su panorama de problemas de inserción laboral y social de los veteranos desmovilizados. La guerra había dejado en muchos de ellos heridas psicológicas derivadas del estrés bélico. Estos temas son recogidos en el film y tratados en el marco de la inmediata posguerra del conflicto civil americano (1861-65). Considerado uno de los primeros westerns psicológicos, construye un arco dramático intenso, con elementos de perversidad insana tomados del cine negro del momento. La violencia de Owen da paso a hechos cada vez más graves y sanguinarios. Sus tendencias homicidas le enfrentan a antiguos soldados, aldeanos y allegados. La tensión se eleva de nivel a raíz del expolio de tierras de que son víctimas los veteranos de la guerra por legalismos jurídicos manifiestamente injustos. Es memorable la escena dantesca del incendio del poblado, entre cuyas llamas se mueve Owen como el mismo diablo, sediento de poder y de maldad.

La música, de G. Dunning ("Picnic", 1955), ofrece melodías sencillas, adaptadas al sentido de la acción, que culminan en un tema orquestal ("El incendio"), de viento y percusión, dramático y sobrecogedor. La fotografía, de W. Snyder, crea ambientes opresivos y claustrofóbicos, que complementa con imágenes expresionsitas del rostro del protagonista. Los planos del incendio, excelentes, quedan grabados en la memoria. El guión acumula trazos dramáticos que expone con corrección, pero sin la profundidad deseable. Sitúa la acción en un escenario (Colorado) verosímil. La dirección ofrece un relato brioso, fluido y sobrio, con elementos brilantes. Levin y Ford coincidirían en otros 4 films.
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30 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Los desastres de la guerra.
Nos hemos acordado de Francisco de Goya al contemplar este "Hombre de Colorado" por los desastres de las guerras. No solo por las vidas humanas que se cobran ni por las heridas físicas que producen. También por los traumas psíquicos que dejan.
Acabada la guerra civil, todo parece feliz para el coronel Owen Devereaux (Ford), su amigo el capitán Del Stewart (Holden), así como para el sargento Jericho (Millican) y el resto de la tropa que marchó desde Colorado para defender el pabellón vencedor del Norte.
Recibimiento apoteósico al volver a su ciudad: música, banderas, carteles, discursos ... y la bella Caroline (Drew) a cuya mano aspiran ansiosos los dos oficiales.
También esperan los oportunistas de turno, que no dudan en aprovechar el prestigio de Owen para ofrecerle el cargo de juez y ganarlo así para su causa. Que no es otra que hacerse con las concesiones mineras que habían dejado de explotar los pobres soldados que marcharon al frente, "No podéis seguir viviendo de la guerra el resto de vuestros días".
Es entonces cuando empieza a desarrollarse un comportamiento anómalo en el antiguo coronel. Algo que venía de atrás pero que la propia guerra había enmascarado: la pérdida del sentido de la vida, los sentimientos de odio, desesperación, ira y violencia.
Sus antiguos camaradas no tardarán en sufrir las consecuencias del desvarío de sus sentencias. Está "Loco por el poder", lo acusan, "Hay dos clases de justicia, la suya y la de los demás". Se convierte pronto en una nueva versión de "El juez de la horca".
El primero en advertir la crisis psicológica es Del, pero luego queda también claro para Caroline y sobre todo para el doctor Merriam (Buchanan). Pero ya es tarde.
Padece sin duda un trastorno de estrés postraumático que afecta a veces la salud mental de antiguos soldados. Algo parecido al síndrome de la neurosis de guerra ya descrito en 1871 por el médico militar Jacob DaCosta en soldados que participaron precisamente en la guerra de Secesión.
La cinta trae a colación los desastres postbélicos en la salud mental de los soldados, aunque con escasa profundidad. La idea es impecable pues coincide con la vuelta a casa de los combatientes de la II Guerra mundial. Sobre la base de un buen guion echamos de menos una mayor profundización en los caracteres de los personajes, que pueden dar de sí mucho más en este western psicológico.
Drama donde alterna la amistad, la camaradería o el compañerismo, con la cobardía, la abyección o la violencia gratuita.
Ritmo un tanto irregular con algunas escenas poco explicables, pero impregnado todo con una fuerte tensión dramática.
Western muy interesante y recomendable.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
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