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El club del crimen (1954)

Sinopsis
Antes de suicidarse, Granworth Aymes envía a su esposa una importante suma de dinero en billetes falsos. Cuando el agente del FBI Lemmy Caution se entera, se desplaza a Italia para intentar esclarecer el asunto. En el curso de la investigación descubre una gran organización de falsificadores de moneda dirigida por… Granworth Aymes en persona, que había simulado su suicidio. (FILMAFFINITY)
Género
Cine negro Comedia Crimen
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Francia Francia
Título original:
Les femmes s'en balancent
Duración
109 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
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6
A las mujeres les importa un pito
Tercera de las películas en las que Eddie Constantine caracteriza a Lemmy Caution. Es adaptación muy fiel y mañosa de Dames don't care, novela de Peter cheyney habilmente aliviada de algunos episodios circunstanciales que hubieran alargado notablemente - e inutilmente - la duración de la cinta. Tan sólo se aparta de la trama original en el desenlace, mejorándolo tal vez. Esa variante viene a ser un guiño dirigido a los que tienen en mente la novela, como diciéndoles: ¡Aquí os hemos pillado!
Es de notar que en Cheyney la acción transcurre en California y Méjico, y que la peli la traslada a Italia... conservando integramente nombres y apellidos de origen de los personajes.
Que yo sepa, la única traducción en español de la novela es la que poseo, editada en 1948 por ACME AGENCY en Buenos Aires bajo el título asaz sosón de Damas peligrosas.

Es película casi exclusivamente de salón, pues son contadas las escenas rodadas en exterior, y éstas sin recurrir a malabarismos técnicos. Era tal en efecto el éxito de la serie Lemmy Caution en Francia, que la producción se ajustaba a un presupuesto mínimo para una ganacia máxima, limitándose a sacar jugo de las bazas habituales de la saga, a saber:
- Un guión ingenioso proporcionado por el maestro Cheyney, con buena dosis de humor.
- Chispeantes diálogos aderezados por los sabrosos modismos expresivos parisinos de los años 50 y 60.
- El gracejo y desparpajo de Eddie Constantine repartiendo leña a cuantos se atreven a toserle, con especial ahinco en esta peli en atizarle duro y parejo al punching-ball nombrado Fernández.
- Presencia masiva de hembras de buen parecer, con especial mención de la despampanante rubia Dominique Wilms. Estudiaba carrera en Bellas Artes cuando la descubrió el realizador Bernard Borderie, y aplicándolas a sí misma, desparrama venenoso encanto exhibiendo peligrosas curvas capaces, diría Cheyney, de convertir en monógamo turulato al mismo rey Salomón.

En resumidas cuentas, típico producto de entretenimiento ideado por buenos profesionales, ideal para pasar el rato sin quebraderos de cabeza.
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2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
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