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10000 KM (2014)

10000 KM
98 min.
6,4
10.144
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Disponible en:
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Tráiler HD (ESPAÑOL)
Sinopsis
Alex y Sergi, una sólida pareja de Barcelona, acaricia la idea de tener un hijo, pero, inesperadamente, Alex consigue una beca de un año en Los Ángeles, lo que supondría un año de relación a 10.000 Km de distancia. (FILMAFFINITY)
Género
Romance Drama Drama romántico
Dirección
Reparto
Año / País:
/ España España
Título original:
10.000 KM
Duración
98 min.
Guion
Fotografía
Compañías
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Premios
2014: Premios del Cine Europeo: Nominada a European Discovery - mejor ópera prima
2014: Premios Goya: Mejor director novel. 3 nominaciones
2014: Festival de Málaga: 5 premios, inc. Mejor película, director y actriz
2014: Festival SXSW de Austin: Mejor actor y Mejor actriz
2014: Premios Feroz: 6 Nom., incluyendo mejor película dramática y director
9
Qui torna ja no ets tu (Quien vuelve ya no eres tú)
Que la distancia es el olvido es algo que saben hasta los de Efecto mariposa. Pero una cosa es pasar de puntillas sobre tal obviedad con otra edulcorada letra del pop español y otra bien distinta es lograr implicar al espectador como lo hace 10.000 km. Con sólo dos actores y una original puesta en escena, Carlos Marqués-Marcet debuta en la gran pantalla con los niveles de intimidad de una obra madura. Los suficientes como para que uno sienta como propia esta aparentemente sencilla historia de amor.

Todo en nuestro entorno conduce a una vida entre dos. Hasta las fundas nórdicas parecen diseñadas para que uno no las pueda revestir sin la ayuda de su media naranja. Lo que no aparece en ese manual de instrucciones del amor conyugal es qué hacer cuando inevitablemente divergen los intereses comunes. Justo lo que le ocurre a esta pareja urbanita de manual formada por Sergi y Alex, un barcelonés preparándose las oposiciones para profesor y para padre y una adorable inglesa con inclinaciones artísticas y entregada a la causa. Hasta que la oportunidad profesional irrumpe en sus vidas en forma de email.

Es dolorosamente angustiante cómo van pasando los días en 10.000 km. Cualquiera es capaz de anticiparse a los hechos desde el momento en que ambos discuten la posibilidad de aceptar o declinar la oferta, desde el instante en el que uno de los dos renuncia a sus deseos para satisfacer los del otro. Sabemos que se avecinan recelos y reproches, que 365 días con un océano de por medio son demasiado peso para una relación que todavía no se ha puesto a prueba.

Lo que comienza siendo una aventura a dos retransmitida a diario y en directo vía Skype termina derivando con el paso del tiempo a la frialdad del correo electrónico y las llamadas sin respuesta. Esa agónica involución amorosa nos la va narrando Marqués-Marcet a golpe de webcam y píxeles, de interrupciones y trasnoches. Pero son las escenas de apertura y clausura de la cinta las que marcan un antes y un después, la primera como el plano-secuencia más largo del cine español (23 minutos) y la segunda por su apabullante carga dramática.

Que la cinta sea tan aterradoramente verídica es tanto mérito de un director valiente como de dos actores, David Verdaguer y Natalia Tena, tan creíbles en una escena de cama como de cibersexo. Alcanzan una química insólita en nuestras pantallas y logran con ese grado de verosimilitud implicar de lleno al espectador en la incertidumbre sobre quién es el culpable de la debacle, si el que supedita la felicidad ajena o el que antepone su ambición personal al proyecto de pareja.

En todo caso, lo que brinda Marqués-Marcet en esta imprescindible ópera prima es una profunda reflexión sobre el amor, un debate entre la versión preponderante de la llama eterna y la versión utópica, la auténticamente altruista, en la que seríamos capaces de retirarnos a tiempo por el bien del otro, sin imposiciones ni renuncias. De tan honesta, 10.000 km supondrá todo un mazazo para los amantes del color de rosa.
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103 de 116 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
La erosión de la palabra: cuando lo que dices contradice lo que haces
¡Ay el amor! Esa inefable experiencia que nos embriaga y deslumbra y que acaba sucumbiendo a las necedades, torpezas y sacudidas: cuando ya no hay un objetivo común y el azar hace que los caminos se bifurquen y ya no hay forma de desandar el camino recorrido y todo queda en suspenso hasta que el castillo de naipes de derrumba… y suele sepultar a uno de los dos, al más débil, al más enamorado, al más egoísta o al más ingenuo. Pocos sabemos leer las pistas que el destino va sembrando a nuestro paso y preferimos la ceguera o el simple enfado fugaz en vez de encarar la adversidad y la decepción. A veces sólo hace falta tiempo o distancia – o ambos – para que poco a poco la realidad cale hondo y quede sellado el desenlace ineludible.

Esta perspicaz cinta explora el proceloso mundo de las relaciones de pareja con detenimiento, paciencia, amor al detalle, perspicacia y sin buscar atajos ni comodidades: no hay respuestas sencillas ante interrogantes complejos. Quizás sólo se le pueda reprochar que la dirección de Carlos Marqués-Marcet es sustancialmente mejor, más imaginativa, intensa y creativa que el guión, que adolece de un exceso de sobrentendidos y opacidades que dejan en suspenso demasiadas incógnitas y si bien su construcción es férrea – a modo de rondó emocional, donde el comienzo y el final se enlazan, pero con un significado bien distinto y distante – y la elaborada simplicidad de los elementos ofrece espacio para el análisis y la escucha, peca de un exceso de soberbia, como si la ingeniosa idea originaria – sólo dos personajes y su devenir – fuera suficiente para sostener el conjunto.

Es de alabar que el cine español ofrezca problemas adultos para un público maduro (o con intención de serlo), que no busque el mero escapismo o la mera anécdota intrascendente para entretener sin explorar la complejidad de la vida. Y que tenga éxito en el empeño. Sobre todo destacaría el prodigioso plano secuencia que abre la cinta – casi un corto en sí mismo – que ofrece un elaborado estudio del amor y su fragilidad. Así como el cierre de la cinta, que con su rotunda sequedad deja al espectador aturdido y turbado. Otro logro a destacar es la excelente presencia e interpretación, valiente, llena de matices e intensidad y planamente satisfactoria de sus protagonistas, Natalia Tena y David Verdaguer, que ponen, literalmente, toda la carne en el asador. Muy potente y recomendable ópera prima.
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64 de 73 usuarios han encontrado esta crítica útil
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