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Antoine y Colette (1962)

Antoine y Colette
32 min.
7,1
1.850
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Sinopsis
Segunda película realizada en torno al personaje de Antoine Doinel tras "Los 400 golpes". (FILMAFFINITY)
Género
Drama Comedia Secuela Adolescencia Nouvelle vague Drama romántico Mediometraje
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Francia Francia
Título original:
Antoine et Colette (Antoine and Colette)
Duración
32 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Grupos
Antoine Doinel
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8
Material de desencanto
En 1962 una serie de realizadores de diversas nacionalidades cercanos a la Nouvelle Vague decidieron colaborar en un proyecto común. Así nació El amor a los veinte años, una antología de cinco cortometrajes dirigidos por Renzo Rossellini, Shintarô Ishihara, Marcel Ophüls, Andrzej Wajda y el propio Truffaut, quien recuperó al protagonista de Los 400 golpes para realizar su aportación. Antoine Doinel (nuevamente, Jean-Pierre Léaud) tiene ahora veinte años y ha conseguido independizarse gracias a un trabajo en una fábrica de discos. En uno de sus habituales conciertos conoce a Colette (Marie-France Pisier), de la que se enamora perdidamente.

A Truffaut le basta un cortometraje para retratar a la perfección esas relaciones de juventud en las que amor y amistad se confunden, aquí una experiencia de tintes autobiográficos. En este trabajo la música adquiere una especial relevancia, no solamente la de Georges Delerrue, sino también todas las referencias a la música clásica y popular -Berlioz, Brassens- que el director introduce en la historia. Aquí el espectador intuye el desenlace desde un primer momento, Antoine abandonado por otro, condenado a quedarse viendo la televisión con unos suegros no menos decepcionados. En efecto, aunque el cortometraje de Truffaut coquetea con la comedia, su final viene a demostrar que a los veinte años el amor es, ante todo, materia de desencanto.
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21 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Te lo han vuelto a hacer Antoine...
Una vez más, te lo han vuelto a hacer Antoine.

Después de 'Los 400 golpes' una serie de directores se unieron para realizar una película en la que se contaban una serie de historias de amor de diferentes clases y protagonizadas por diferentes actores. La única que he conseguido ver es 'Antoine et Colette' que sigue la vida de Antoine (protagonista de 'Los 400 golpes' de François Truffaut) una vez independizado y con un trabajo en una fábrica de vinilos que le proporciona estabilidad económica.

Todos sabemos las carencias afectivas de las que "gozaba" Antoine hace 3 años. Era un niño que había sido engendrado sin deseo. Vivía con su madre, la cuál, no paraba de recordarle que prefería no haberlo tenido. Con un padre político pero no de sangre, que al ver lo problemático que era terminó por desentenderse de él, al igual que su madre.

En estos 30 minutos de metraje podemos ver como Antoine, en uno de los conciertos a los que acudía regularmente, conoce a una chica y, pasmado por sus encantos, cae totalmente enamorado. Conforme la conoce, ese estado de enamoramiento va en crescendo. Poco después aparece un problema del que el espectador es consciente pero Antoine, cegado por el amor, la ilusión y el deseo, no es capaz de percibir. La chica de la que Antoine está enamorada no le ve con los mismos ojos, ella ve en él un amigo, una persona con la conversar. Un individuo gentil, iluso e inocente con el que compartir ciertos momentos, pero nada más.

Es imposible no sentirse identificado con estos sucesos. Imposible no sentir pena por el protagonista, pero sobre todo, es imposible no acordarse de uno mismo con 20 años (o menos). Por aquellas veces que hemos estado en la situación de tener sentimientos hacia alguien y, con el paso del tiempo, ir percibiendo que esos sentimientos no son correspondidos. Y lo que es peor, enterarte de que esa persona tiene los mismos sentimientos que los que tú tienes, pero en lugar de hacia ti, hacia un tercero.

Te lo han vuelto a hacer Antoine. Te han vuelto a denegar el afecto que tanto buscabas y necesitabas pero tienes que ser consciente de que no es tu culpa, ni la suya tampoco. Vas a tener que seguir buscando, el amor y el afecto no es algo que se pueda exigir. Tiene que nacer de dentro, como a mí me nació de dentro ver está película y como me acaba de nacer de dentro escribir esta crítica. Todos tenemos derecho a recibir cariño, pero creo que vas a tener que esperar, querido amigo.

Totalmente recomendable por su sencillez, su corta duración y por expresar unos sentimientos tan profundos y apenados pero que reflejan la vida misma tan bien. El tema que trata se ha visto mucho durante la historia del cine pero es una muestra de que esta obra es totalmente atemporal y que nos perseguirá por siempre.

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14 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
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