La pandilla de cupido motorizado (1974)

Guardaba un buen recuerdo de las pelis de Herbie de cuando era pequeño. Desde entonces me ha parecido un coche muy gracioso, supongo que ha sido una buena campaña de marketing, porque cada vez que veo un Volkswagen escarabajo me acuerdo de él, y parece que va a encender uno de sus ojos (no son faros) y me va a soltar un pitido.
Bueno, ya sabéis a qué ateneros.

Así que se la puse a mi hermano chico el otro día. No me defraudó y nos lo pasamos muy bien.

Es una ideal película de entretenimiento para ver con los peques. Muchos porrazos por todas partes y coches haciendo el loco, chocando y realizando piruetas imposibles, subiéndose por las paredes, etc. Gustará a los niños, y a vosotros os gustará que les guste.

Los malos son los típicos de Disney de toda la vida: crecidos niños traviesos a los que es imposible odiar. Los buenos tirando a pastelosos. Las viejecitas adorables, y los enamorados no desean otra cosa que casarse para llegar a la plena felicidad.

Eso es lo que encontraréis en esta peli. Una historia divertida sin maldad ni más pretensiones que hacer pasar un buen rato en familia. Que no es poco.

Antaño popular saga, pero hoy día completamente desconocida, que malo es el paso del tiempo, de Herbie, un Volkswagen Sedan que hace de todo menos hablar, que yo sepa. Esto de entrada hará las delicias de los niños, que les apasiona que los objetos inanimados cobren vida. En este caso, un espabilado coche. Estamos en la segunda parte de una franquicia con seis títulos a las espaldas, de 1969 a 2005, lo que la hace una de las más dilatadas en el tiempo. Si bien las más exitosas fueron la original, la segunda más taquillera de los Estados Unidos, y ésta de 1974, que fue la décima.

El éxito de la película es evidente. Se trata de un producto de Disney, tremendamente inocente, dedicado a la familia en pleno pero en especial a los más pequeños de la casa. En realidad, "Herbie, un volante loco" tiene de todo y presentado con mucha amabilidad. Aventura, comedia, romance y hasta se permite posicionarse en defensa de la conservación de los edificios históricos y sus moradores frente a la especulación urbanística. Además, el protagonista es simpático, ella es encantadora, guapa y a su look de los 70 sólo le faltan las botas para ser perfecto, y su relación me ha gustado mucho.