Severed Ways: The Norse Discovery of America (2007)

"Severed ways" nos muestra los esfuerzos por sobrevivir de dos exploradores escandinavos que son abandonados por los suyos en las recién descubiertas tierras americanas. Con un naturalismo implacable, que en algún momento roza límites insospechados, el director reconstruye lo que pudo suponer el adentrarse en todo un mundo ignoto, y lo hace con esa proximidad de la "cámara al hombro" y un desarrollo lento, con escasos momentos de verdadero movimiento. No se trata por tanto de una película de acción ni aventuras tal y como las conocemos, sino que opta por retratar de manera realista las peripecias de los dos extraños en un entorno extraño, otorgándole mucha importancia a un paisaje que es casi otro personaje más.

Por lo demás, se trata de una obra sin apenas diálogos (los pocos que hay son en noruego antiguo, siguiendo ese realismo irreductible), sin apenas personajes y sin apenas argumento, todo lo cual no tiene por qué ser un defecto si uno entra en las coordenadas que nos ofrece. Es interesante el retrato de esos individuos paganos, con una "barbarie" a cuestas que no es tal, y su colisión con el cristianismo, representado por el monje y la hermana de uno de los vikingos. Por su parte, la visión de los indios sí que se permite alguna que otra licencia que desdibuja un tanto a los "skraeling", los "hombres feos" tal y como los denominaron esos primeros exploradores.

Mención aparte merece la banda sonora, con nombres de lujo como Popol Vuh (puede recordar al Aguirre de Herzog en ocasiones) y el de uno de los creadores más controvertidos del revival noruego, Varg Vikernes aka Burzum. Los demás son grupos metal como Dimmu Borgir, lo cual nos sitúa bastante a la hora de ver qué referentes se han utilizado. Así, la escena del "headbanging" de uno de los protagonistas descoloca totalmente.

En resumen, una bella y sobre todo arriesgada reconstrucción de un capítulo histórico aún poco conocido, con un rigor feroz que no puede dejar indiferente.