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Victoria y Abdul (2017)

Victoria y Abdul
112 min.
6,1
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Sinopsis
Abdul Karim, conocido como 'El Munshi', se convirtió en siervo de la reina Victoria en el año 1887. Después de que el joven se ganase el afecto de la monarca, terminó siendo su secretario personal y confidente durante los últimos años de vida de la reina, algo que no fue bien recibido dentro de la Casa Real. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Comedia Histórico Siglo XIX Amistad Comedia dramática
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Reino Unido Reino Unido
Título original:
Victoria and Abdul
Duración
112 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
Premios
2017: Premios Oscar: Nominada a mejor vestuario y maquillaje
2017: Globos de Oro: Nominada a mejor actriz comedia (Judi Dench)
2017: Premios BAFTA: Nominada a mejor maquillaje y peluquería
2017: Satellite Awards: Nominada a mejor guion adaptado, vestuario y actriz (Dench)
2017: Sindicato de Actores (SAG): Nominada a mejor actriz (Judi Dench)
7
El favorito de la reina
Aunque en apariencia “La reina Victoria y Abdul” pudiera tener toda la pinta de ser un proyecto de encargo, todos los del equipo sabían perfectamente cuál era su función y cómo desempeñarla, por lo que, de entrada libra al film de ser un mero producto al uso, sobre todo gracias al director y sus actores, en especial su protagonista femenina.

Stephen Frears es un director que admite cualquier época y estilo. Ha hecho de todo con resultados a veces impecables, como por ejemplo con su modélica “Las amistades peligrosas” o “Los timadores”, aunque, en líneas generales, ha creado buenos films a lo largo de su carrera durante varias décadas, como “Ábrete de orejas” o “La camioneta”, proyectos de presupuesto moderado pero elaborados con gran dignidad. Rara es la película que le ha salido rana, que también la tiene, como “Hi- Lo Country”, uno de sus más sonados pinchazos. Pero en definitiva, Frears es, aparte de inteligente, un buen director. Y eso es una ventaja. Otra virtud es que ya ha trabajado con su actriz protagonista en varias ocasiones, como si se tratara de su musa, logrando magníficas interpretaciones con “Mrs. Henderson presenta” o “Philomena” por las que con justicia consiguió ser nominada al “Oscar” a la mejor actriz. Y, por parte de Judi Dench, que a estas alturas nadie en su sano juicio o con un mínimo de sensibilidad no pondría su valía en tela de juicio, ya encarnó a la Reina Victoria en el film de John Madden “Su majestad Mrs. Brown” y que por la que también consiguió ser nominada como mejor actriz.

“La reina Victoria y Abdul” por lo tanto no es una secuela tardía realizada veinte años después. Guarda estrecha relación con el mencionado film de Madden por las razones explicadas, pero el film de Frears tiene entidad propia, da igual si se ha visto o no la de Madden, y lo más importante, aunque su historia parezca menos interesante, acaba resultando una buena película que emociona a gran público, está muy bien conducida, tiene muchos puntos a su favor, sobre todo y para los tiempos actuales que corren, es un bonito canto a la amistad y a la tolerancia, que bien nos vendría aprender de lo que se nos cuenta en ella.

No se ha llevado ninguna distinción tras su pase por el festival de Venecia. Puede que a crítica y jurado le haya parecido una más. Y por supuesto que esté harto o acostumbrado a estas interpretaciones de reinas y reyes, sobre todo en el caso de Dench. Hollywood es reticente, aunque no siempre, en volver a nominar a una actriz ya nominada por un mismo personaje, como Cate Blanchett por “Elizabeth” y la nominación de Dench podría sentar un precedente, cosa que se pensarán, ya que si esto ocurre superaría a la mítica Ingrid Bergman con sus siete nominaciones, siendo hasta ahora, la actriz de nacionalidad no americana más nominada. Pero creo que por derecho propio debería aparecer entre las nominadas en la próxima edición. Su trabajo es absolutamente impecable, es una labor que todo actor o actriz debería ver y aguanta como nadie los primerísimos planos. Sirva de ejemplo la escena en la que a la reina Victoria se le intenta convencer que desista en darle el título de caballero a Abdul. Aunque solamente se tomara en consideración ese monólogo, nada más que por eso, debería ser nominada. Bestial. Y eso sin tener en cuenta los problemas de salud que aquejan a la actriz y que no afecta a los personajes que interpreta.

El resto de los actores hacen una labor reseñable, especialmente Ali Fazal como Abdul Karim, el “munshi” de la reina Victoria. Supongo que su productora le propondrá como actor de reparto, en una estrategia que en otras ocasiones se ha hecho, con el fin de asegurarse la candidatura aunque sea protagonista, pero su trabajo es de calidad ascendente según avanza el metraje. Y sus compañeros con él: Eddie Izzard como el príncipe de Gales, Michel Gambon como Lord Salisbury o un eterno secundario por ahora desconocido por el gran público fuera del Reino Unido como es el caso de Robin Soans como Arthur Bigge, que tienen oportunidad de lucir, como sus actrices, aunque el guión barra más para ellos que ellas, destacando Fenella Woolgar o una Olivia Williams en una espléndida madurez.

El equipo técnico, como producción británica que es, cuida sus apartados, sea de manera rutinaria como su fotografía que filma preciosos paisajes o especialmente la labor del de vestuario, que es un lujo. En la música Thomas Newman hace una bonita banda sonora que gusta, aunque nos evoque en su “leit- motiv” a la composición que realizó para su célebre mini serie “Angels in America”.

Lee Hall ha elaborado un buen guión, con buenos diálogos y pulso, que lleva de manera casi imperceptible por Stephen Frears, una soltura que pocos tienen. Y con todo esto, en conjunto, se logra una película, que si se ve sin prejuicios, resulta aleccionadora, como decíamos antes, pero que nos aproxima a un cine plagado de lujos, no de forma gratuita, que parece casi pertenecer a otra época, una época (dorada) que sabía aunar espectáculo y calidad, con un presupuesto que se aprovecha junto a una serie de talentos que parecían normal que existiesen y que, hoy día, cada vez cuesta más trabajo encontrar.
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23 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Victoria y Abdul según Stephen Frears
Película intimista, abrigadamente intimista y romántica, idealizada por momentos, pero encantadora y sobretodo lírica de ritmo lento que va conduciendo desde una pasión encantadora hacia un derroche irrefrenable del que somos conscientes en todo momento que parecede dedicado casi para una minoría culta.
Recuerda por momentos a Mongkut y Ana Leonowens.

Ese es el toque de Frears, ese "carpe diem" es lo que hace que la reina Victoria ya en su ancianidad quiera disfrutar de la compañia del joven hindú Abdul, al que retiene a su lado luchando con todas sus fuerzas de reina contra su servicio personal e incluso su propio hijo, dejando en esta batalla de sentimientos y respeto con su autoridad el aire racista y prepotente de aquellos que la rodean.
La hipocresía de todos sus seres más cercanos es expuesta por Frears magistralmente. Desde que Abdul es nombrado "Munshi" de la reina, los sentimientos, las conversaciones, todo cuanto les unirá no hará sino crecer. Esta parte de la vida de la reina Victoria, tan escondida como fascinante ha sido llevada al cine por fin, pues era un episodio inesperado e insólito que todos sabían pero también pretendían incluso silenciar o callar.

Abdul, el último gran amor de la romántica y momificada Victoria, interpretado por un casi desconocido Ali Fazal, visto en la película séptima de "Fast and Furious" es una figura discreta, pero que sabe leer en lo más hondo del corazón de una reina que volvió durante sus últimos quince años a la vida gracias a él. Las interpretaciones son más que destacables, destancando Eddie Izzard como Bertie, el heredero de Victoria hace un papel llevando su cruel racismo hasta el límite y sus no escondidas ansias de poder.

Su relación sin catalogar, la belleza y la pureza de su amistad y sus misteriosos encuentros son fielmente vistos por los ojos del que los ve, por eso es tan especial.
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14 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
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