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La pasión de Juana de Arco (1928)

La pasión de Juana de Arco
110 min.
8,3
10.470
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Trailer (FRANCÉS con subtítulos en INGLÉS)
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Sinopsis
Guerra de los Cien Años, siglos XIV y XV. En 1431, la joven Juana de Arco, después de haber conducido a las tropas francesas a la victoria, es arrestada y acusada de brujería. Ella declara haber recibido de Dios la misión de salvar a Francia, pero es procesada y condenada a morir en la hoguera. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Histórico Juana de Arco Siglo XV Religión Biográfico Cine mudo Película de culto
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Francia Francia
Título original:
La Passion de Jeanne d'Arc
Duración
110 min.
Guion
Fotografía
Compañías
Grupos
Juana de Arco
Links
"Inolvidable obra maestra en la que destaca el impecable trabajo de la actriz de teatro Renée Falconetti, del decorador Herman Warm y del director de fotografía Rudolph Maté."
[Diario El País]
11
10
Positiva
0
Neutra
1
Negativa
10
La pasión de Dreyer
Realizada por el danés Carl Theodor Dreyer, por encargo de una productora francesa. Se rodó en Boulogne-Billancourt (Altos del Sena, Francia) en 1927. Dispuso de un presupuesto suficiente para construir unos grandes decorados, poco visibles en la fotografía de proximidad utilizada, lo que provocó el enojo de los productores. Se estrenó en Copenhague el 21-IV-1928 y en Francia el 25-X-1928. El arzobispo de París reclamó cortes y alteraciones del texto de los carteles.

La acción tiene lugar en Rouen entre marzo y el 30 de mayo de 1431. Narra el proceso seguido por la Inquisición contra Juana de Arco, acusada de herejía y brujería, su condena y su muerte. En 1429 derrotó el asedio inglés de Orleans y consiguió la coronación como rey de Francia de Carlos VII. En 1430 fue secuestrada a traición por esbirros del duque de Borgoña, al servicio de los ingleses, que ordenaron su procesamiento. Fue rehabilitada el 7-VII-1456, 26 años después de su muerte. Es patrona de Francia, Orleans y Rouen.

La película de Dreyer se centra en la narración de la lucha interior y del drama de una muchacha de 19 años, juzgada injustamente, sin garantías y sin defensa, por un tribunal que la humilla, la maltrata psicologicamente, permite que se la insulte en público y la somete a una terrible presión emocional para que admita las acusaciones de que es objeto y se retracte de ellas. La pasión de Juana se mueve entre su amor a la verdad, sus temores naturales al dolor y su pánico a la muerte. Los interrogatorios a que es sometida buscan respuestas confusas, que permitan ser malinterpretadas como pruebas de culpabilidad. La entereza de Juana y su capacidad de resisistencia al estrés se mantiene durante muchas semanas. Diversas causas provocan en ella un desfallecimiento, del que pronto se recupera para afontar con fortaleza su destino. Son escenas destacadas el interrogatorio en la sala de torturas, la sangría en el brazo, la actuación de los cómicos de circo y la escena final.

La fotografía utiliza primeros y primerísimos planos de gran penetración psicológica, travellings del tribunal y de la multitud, prolongados picados y contrapicados, imágenes descentradas, inclinadas o deformadas, sombras expresionistas y otros recursos, que conforman una narración visual excepcional. El guión se concentra en el drama de Juana, sin dejar de lado el rigor de las referencias históricas: se cuenta con el asesoramiento de Pierre Champion, editor de las actas originales del juicio. María Falconetti (a veces acreditata como Renée o Srta. Falconetti), actriz francesa de comedias ligeras, de 35 años, en su tercera y última intervención en cine, ofrece una interpretación magnífica, rica en matices, centrada en la expresión del rostro y la mirada. Sus primeros planos, vistos en pantalla grande, son impresionantes. El director construye una obra bellísima, muy equilibrada en fondo, forma, intensidad y ritmo.

Una de las últimas grandes películas del cine mudo. Indiscutible obra maestra.
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160 de 174 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Odio la puntuación
Tiene razón Chago. Cada imagen de “La pasión de Juana de Arco” contiene un universo. Son tan hermosas por separado que es imposible medir la belleza total de la obra.

Dreyer hizo esta película después de deslumbrarse con el “Potemkin”. Es muy distinta de las que había hecho hasta entonces y de las que hizo después, porque se basa en la idea del montaje como columna vertebral de la película. Presuntamente.

Con inevitable inmodestia por mi parte, creo que quizás lo pensó, pero “La Pasión de Juana de Arco” es otra cosa.

Si algo demuestra Eisenstein –y ese algo ya lo había demostrado Griffith- es que en un film basado en el montaje lo esencial no es lo que se ve en pantalla sino lo que no se ve, los planos invisibles que están entre los visibles, lo que hay entre plano y plano y que el espectador advierte sin que realmente lo vea. El movimiento es así: lo percibimos como un fluido continuo aunque no es más que una ilusión óptica.
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109 de 143 usuarios han encontrado esta crítica útil
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