Viviendo al límite (2001)

Es una película pequeña, triste en ocasiones pero muy reconfortante.
La encontré buscando filmografía de John Carney después de ver la impresionante "Once", pero además me encontré con las actuaciones del siempre sobresaliente Stephen Rea y del joven que ya prometia Cillian Murphy.
Además es agradable ver una película irlandesa sin más evidencias folclóricas que el acento de los personajes, podriá haber sido de cualquier nacionalidad occidental.
Recomendable para pasar un rato entretenido.

Una de las primeras escenas, cuando no la primera, me preparaba para ver otra interesante película irlandesa con Cillian Murphy como protagonista, el cual pedaleaba con un gorro muy peculiar (algo así como un Ignatius Reilly) bajo una canción de los Smashing Pumpkins.

Pronto me di cuenta de que iba a presenciar otra de esas películas sin género, una de esas comedias no comedias, o dramas no dramas, no lo tengo muy claro. El caso es que John Carney deja patente su buen gusto por las cosas sencillas, con una banda sonora inigualable (esto es extendible a todas las películas del Reino Unido por regla general) que acompaña pero no satura como casi todas las películas que toman demasiado de sus bandas sonoras.

Viviendo al límite es una buena película con buenas interpretaciones. El personaje de Jonathan, cargado de sarcasmo, solo se ve superado por el más sorprendente e interesante personaje de cuantos hay en pantalla, Toby, que realmente empieza como un secundario anecdótico y acaba convirtiéndose casi en total protagonista. La relación entre Toby y Jonathan es muy peculiar, una especie de hermandad entre ambos en la que Toby ve a su hermano perdido. Llama la atención el contraste que se produce en varios momentos de la película, dando a entender que no todo es negro ni es blanco. Así, podemos ver por ejemplo la forma tan activa de vivir que tiene un grupo de suicidas en potencia, que contraste con el pasotismo de los que tienen intención de vivir cuanto más tiempo mejor.

El final agridulce es bueno, aunque no me gustó del todo la especie de epílogo que podemos ver más centrado en el amor que en otra cosa. Sinceramente creo que sobra un poco la relación de "amor" entre Jonathan y Rachel, siendo un añadido que no estña al nivel de las demás líneas argumentales que podemos encontrar en la película.