Arrangiatevi! (1959)

Con el telón de fondo de la guerra, la pobreza y el honor, se construye esta comedia quizá más tranquilas que otras italianas, pero que te deja la misma sensación de que estos guionistas transalpinos cualquier tema que cogen lo transforman en oro. Sin caer en lo burdo ni en lo sacramental, presentan el problema y lo giran y lo vuelven a girar y en ningún momento se piensa que la película pierde frescura o tono. Ay, qué envidia de Italia.

306/19(14/09/22) Entretenida cinta italiana, aunque algo desequilibrada comedia en como vira hacia lo solmene y dramático seco y pierde fuelle en el último tramo. Dirigida por Mauro Bolognini, con guion de Leonardo Benvenuti (“Erase una vez en America”), y Piero De Bernardi (“Amici miei”), basándose en una obra de Mario de Majo y Vinicio Gioli, con mucho de trasfondo neorrealista en como trata la problemática social del momento, como era la falta de vivienda en las grandes ciudades (lo cual hacía que varias familias compartieran una residencia, con los problemas inherentes a ello), y como las familias andaban cual buitres en busca de una, esto muy bien reflejado en su jocoso inicio como se produce una carrera trepidante entre dos personas por Roma para intentar reclamar una casa de un muerto por asesinato, una ‘competición’ por ser el primero en llegar a la a la oficina del ayuntamiento encargada de repartir viviendas. Produciéndose por esta escasez una especie de mercado negro que recuerda al tráfico de drogas, muy divertido. Esto se mezcla hábilmente con un hecho histórico como fue que en 1958 se promulgó en Italia la Ley Merlín, que toma su nombre de la senadora Lina Merlín y que abolió la regulación de la prostitución, sancionó definitivamente la clausura de los burdeles. Millones de italianos se vieron obligados a cambiar sus hábitos. Un año después el director Bolognini dirige esta comedia entrelazando las dos situaciones, ello con momentos muy bien manejados para el humor, mezclando el patetismo y el ingenio para que broten escenas agridulces con las que empatizamos. Teniendo entre sus grandes bazas el protagonismo de dos de los grandes transalpinos de la actuación, como son Peppino De Filippo y Totò, que ofrecen unas interpretaciones sensacionales, el primero como un pusilánime callista, patriarca que por querer hacer algo bueno para su prole se mete en un problema tras otro hasta desembocar en llevar a su clan a una gran casa, con el problema de que anteriormente era una casa de tolerancia (La hermana Gina), y el otro, el abuelo, un tipo entrañable. También muy buena Laura Adani como la sufrida matriarca.

Es el retrato de la sociedad italiana del momento, como vivían en tropa en las casas, el padecimiento ante la problemática de encontrar donde vivir, nos hablan de la moral judeo cristiana, ello en consonancia con el gusto masculino por dar rienda a sus deseos sexuales por medio de los prostíbulos, de ahí la nostalgia que se desprende hacia estos lugares que ejercían una labor social. Nos hablan de la desesperación que lleva a este patriarca a ser timado y con ello abocado a meterse en una huida hacia adelante, llevando a su familia a un antiguo burdel romano en Villa Fontanella. Precisamente, cuando se instalan en esta casa es cuando la película vira, son situaciones muy forzadas, está muy bien como el padre intenta esconder a la familia de los vecinos, de las llamadas telefónicas, como intenta hacer creer que antes fue un instituto de belleza. Pero cuando torna hacia lo melodramático, con un festival de prejuicios e intolerancias grimantes, me resulta todo muy exagerado y pasado de vueltas. Con unas historias de amor de las hijas, una con un reportero fotógrafo y la otra con un soldado, son un tanto lastre que no engarzan con el tono hasta entonces de la película. Cuando la historia se aleja del padre y el abuelo la tensión baja. Aunque para lo bueno queda un atractivo final.