El cuervo 2: Ciudad de ángeles (1996)

La película consigue mantener la atmosfera decadente y decrepita de una ciudad de vicios, tal y como mostró su predecesora, pero por culpa del presupuesto, es menos patente y gloriosa, dejándonos solo unas pocas secuencias, donde el trabajo está perfecto y todo ello acompañado de un guión sencillo y sobrio, sin el impacto de su predecesora, una caracterizaciones loables y ello se debe a querer aprovechar el tirón y el mito que circulaba a su alrededor y hacer un poco de caja.

Es una pena, que los presupuestos para segundas partes sean tan bajos y todo porque se busque solo conseguir pasta, películas que pueden crear sagas admirables, acaben siendo películas de serie B, por culpa guiones toscos y vomitivos, con directores noveles que deben demostrar lo que vale, y con una rastra de actores a cual más inexperto y prepotente, que al final no dan la talla, y este “Cuervo: Ciudad de Ángeles”, ha sido eso nada más, y por lo menos no se ha convertido en algo repelente, gracias a la visión de Tim Pope y su buen hacer.

En definitiva, mantiene la esencia, pero por desgracia a un nivel bajo, por culpa de la productoras por hacer pasta, y limitar la calidad.

El ambiente está acorde con el de la excelente primera parte de Alex Proyas: opresivo, oscuro, lleno de humo y sombras, esta vez menos gótico y en tonos rojizos pero igualmente sugerente. Sin embargo, es esto lo único por lo que destaca el filme: por su ambiente. El resto es un calco casi absoluto de su antecesora: el asesinato, la venganza a los perpetradores uno por uno, el enfrentamiento final, la historia de amor, los sueños. No enseña nada nuevo y da la completa impresión de que uno se la sabe de memoria. Secuela olvidable.