Los subdesarrollados (1968)

Película bien planteada y dirigida con profesionalidad que resulta amena pero que va perdiendo fuelle a medida que entra en materia porque las situaciones tienden a relajarse y a perder consistencia.
Se aprecia buena voluntad y un notable esfuerzo por parte de los protagonistas -sin duda lo mejor del largometraje- pero su entusiasmo resulta insuficiente.
Algunos gags divertidos jalonan hasta el final un camino que a veces se tuerce demasiado.

Mejor alguna de sus partes que el todo.

La primera media hora es bastante átona pero luego la cosa se remonta y ocasionalmente hay momentos buenos pero no obstante representa el film una muestra digna del cine producido por Dibildos. Fernando Merino que tras su muy prometedor debut con "Lola, espejo oscuro" nunca llegó a igualar el nivel de esa cinta consiguió en "Los subdesarrollados" un resultado aceptable. La labor de los intérpretes resulta muy irregular y apenas logran destacar Manolo Gómez Bur con su gracia acostumbrada que no tuvo el debido reconocimiento en este país y Laura Valenzuela que simbolizó un tipo de cine amable y decoroso. La película dentro de sus limitaciones tiene un gracioso planteamiento argumental que es aprovechado en ocasiones gracias a un guión más o menos divertido. Fernando Merino aunque siguió especializado luego en comedias en alguna que otra ocasión se adentró en otros géneros pero sin alcanzar unos resultados demasiado notables. Las anécdotas que forman el contenido de "Los subdesarrollados" resultan irregulares pero el film acaba ganándose la complicidad del espectador. Relacionándola con otras comedias del mismo director y productor se puede decir que tiene tanta gracia como "Amor a la española" y "La dinamita está servida". Con altibajos y todo el balance se inclina hacía lo positivo.