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Mi nombre es Julia Ross (1945)

Mi nombre es Julia Ross
65 min.
6,5
455
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Disponible en:
free
Trailer (INGLÉS)
Sinopsis
Una joven norteamericana encuentra trabajo en Londres como secretaria personal de una dama inglesa, cuyo hijo es un hombre enigmático con una profunda cicatriz en la cara. El encuentro con este personaje será el comienzo de una terrible pesadilla. (FILMAFFINITY)
Género
Cine negro Intriga Serie B Thriller psicológico
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
My Name Is Julia Ross
Duración
65 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
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7
SUSPENSE HAY. Y ES BUENO.
Probablemente las cualidades pedagógicas de Nina Foch estuvieran por encima de las artísticas, dado el número de años dedicado a las enseñanzas cinematográficas, tantos que, bien podría decirse que murió "con las botas puestas". Actriz básicamente de reparto, estamos ante uno de sus escasos papeles protagonistas, de la mano de Joseph H. Lewis con quien volvería a trabajar de forma algo anodina y poco lucida en Relato Criminal. Pero aquí, en Mi nombre es Julia Ross, ella es la auténtica star, bien acompañada por Dame May Whitty (Alarma en el expreso, Alfred Hitchcock) y por el semidesconocido George Macready (Gilda, Charles Vidor), madre e hijo en la ficción.

Y haciendo referencia al reconocido universalmente como maestro del suspense, tal vez resulte osado por mi parte aventurar algunas coincidencias entre este film de Lewis y la filmografía de Hitchcock. Tal vez no alcancen siquiera la categoría de casualidades pero me pareció ver algo de la enfermedad del hijo y ficticio marido de Julia Ross en las Psicosis de Norman e incluso ciertos detalles pueden asociarse con la trama tejida alrededor del invisible mister Kaplan de Con la muerte en los talones. La agencia de colocación que "desaparece" mas que colocar, nos descoloca lo mismo que aquella mansión señorial donde Cary Grant se tomaba unas cuantas copichuelas. Son pequeños atisbos. ¿Copias? No me atrevería a decir tanto. Tal vez sean simple y llanamente influencias que se tienen en el mundo del celuloide.

Como habrán deducido, suspense hay. Y es bueno. Lo suficientemente bueno para mantenernos frente a la pantalla plenamente alertas durante los breves 65 minutos que dura la proyección. También hay sus inconsistencias y algún que otro detalle del guión que no soportaría un examen siquiera somero. Pero como de lo que se trata es de entretenernos y esto se consigue plenamente, damos por buenas las lagunillas. Nina Foch me convenció. La fotografía muy interesante. Y en conjunto, un notable trabajo de un buen director del que, sin duda, seguiré repasando su filmografía.
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18 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
M.H.
Lewis es uno de esos directores que hasta hace un par de años desconocía por completo, seguramente por tratarse de un realizador que desarrolló su carrera en el mundo de la serie B, lo que hace que su filmografía, más allá de algún título muy significado por la crítica -que no por el público- despierte un interés más bien minoritario.

Pero lo cierto es que todo aficionado al cine disfrutará con la indiscutible pericia narrativa y formal de este director, verdadero ejemplo de eficiencia, pues es capaz de alcanzar resultados notables partiendo de medios y metrajes escasísimos. La presente película, buen ejemplo de lo dicho, no alcanza la excelencia de sus dos obras mayores, "Gun Crazy" (1949) y "The Big Combo" (1955), pero es un acabado ejercicio de estilo dentro del género de intriga o suspense.

La historia gira en torno a una deliberada y criminal confusión de identidades de la que es víctima la protagonista a manos de un par de personajes -los Hugues, madre e hijo- cuyo comportamiento resultará un punto sádico y desequilibrado. En efecto, las confusiones en torno a la identidad y la locura son sombras que planean a lo largo del filme; así, la secuencia de arranque, en contra de lo que es habitual, "oculta" el rostro de la protagonista en los planos iniciales, como queriendo sugerir cierto misterio acerca de la misma, mientras que en secuencias posteriores se nos sugiere el desequilibrio mental que subyace en la personalidad de Ralph Hugues, y el dominio que sobre él ejerce su madre.

En cuanto a las conexiones o influencias de algunos aspectos de este filme con posteriores realizaciones de Hitchcock (ya observadas por otro usuario), yo añadiría que, a la inversa, hay también en esta película un influjo de "Rebeca" (1940), que se sustenta en la confusión de identidades entre dos mujeres, así como en ciertos aspectos de ambientación, como la mansión británica en la que transcurre gran parte de la acción.

Correctamente interpretada, destaca la labor de George Macready como Ralph y de Dame May Whitty como su madre, que forman una pareja realmente inquietante, siendo los dos personajes más interesantes y elaborados de la película. El guión, sin lograr grandes momentos, resulta tan eficaz como la realización, que en este caso -y habiendo visto de lo que es capaz Lewis- me parece buena, pero carente de la brillantez de sus mejores trabajos (algo similar puede decirse de la fotografía, que siendo irreprochable, está lejos de la excelencia alcanzada en "The Big Combo"). Pese a ello, la puesta en escena y el ritmo narrativo, verdaderamente notables, consiguen que una película de poco más de una hora de metraje como la presente, deje al espectador razonablemente satisfecho, cosa que muchas películas actuales de maratoniano metraje y medios ilimitados, están lejos de lograr.
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12 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
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