El caso está cerrado, olvídelo (1971)

Un arquitecto adinerado ingresa en prisión acusado de un atropello y en espera de juicio. Rodeado de presos habituales y en una cárcel donde reina la corrupción y el dinero, sólo queda adaptarse para sobrevivir.

Tremendas actuaciones de Franco Nero como Vanzi y de Turi Ferro como jefe de los guardianes.

Drama carcelario con toques de intriga y mensaje político a cargo del especialista en cine denuncia Damiano Damiani, con Franco Nero bastante creíble en el papel de un tipo de buena posición social que es encarcelado por un accidente de tráfico del que es inocente (¿o no?) que las pasará bastante estrechas para adaptarse al maco.

Con esta premisa se desarrolla una trama de chanchullos y ajustes de cuentas que deja pingando no solo al sistema penitenciario, sino también la corrupción generalizada, la presencia de ideas fascistoides muy arraigadas en la sociedad y la costumbre casi universal de mirar hacia otro lado, de desentenderse de aquello que nos puede complicar la vida. La película, y supongo que la novela en la que se basa también, viene a transmitir el mensaje, como ya dijo alguien en otra crítica de este film, de que la sociedad es corrupta porque las personas que la forman, por unos motivos u otros, se corrompen.

Buena ambientación, buena música, interpretaciones correctas, diálogos ácidos...algún altibajo de ritmo, pero en general muy buena película que plantea temas que siguen candentes hoy en día.

Y el final, como siempre en este tipo de películas...es uno de los puntos fuertes.