Red Rose, White Rose (1994)

Los orientales tienen una especial sensibilidad para mostrar los sentimientos íntimos de las personas y un enorme pudor para expresarlos en público. Y eso es lo que el director manifiesta en todo momento. Pero cuando esos sentimientos estallan y desbordan a las personas se hacen más fuertes y llegan a los que están teniendo conocimiento de ellos, en este caso al espectador. Quizás la fotografía, por intimista, está plagada de sombras que en muchos momentos se hacen tan oscuras que es difícil seguir lo que ocurre en el plano. En otros momentos los tonos miel subrayan el melodrama que se desarrolla. Y en otro momentos un azul grisáceo expresa los sentimientos más fuertes que están teniendo los protagonistas. La música es demasiado occidental y sigue los ritmos de la música clásica, unas veces con tuttis de orquesta y otras mediante solos de piano, pero en ningún momento se sitúa sobre la imagen. La interpretación de los dos protagonistas principales es muy buena, y en especial la de Winston Chao, que en todo momento duda entre sus deseos y sus deberes según la situación en la que se halla. Una interesante película por su concepción fílmica pero puede resultar bastante difícil de seguir para aquellos que no están muy acostumbrados a las innovaciones fílmicas.