Guerreras rojas (1975)

Hasta las cumbres del bajo Yukov nos lleva el cabo Bill Cormack (Testi) de la Policía Montada del Canadá, que anda tras los pasos del malvado Cariboo (Mannari).
Curioso western mediterráneo que abandona la rambla y el desierto de Almería para adentrarse en las nieves de las altas cumbres, donde los caballos dejan su sitio a las raquetas y a los trineos tirados por huskies.
Lo que no abandona son los planos cortos, el zoom y la filmación cámara en mano característicos del subgénero.
Guion convencional con alguna sorpresa al final, presenta personajes bastante planos, solamente Cariboo tiene algún matiz interesante.
Realización que no logra transmitir ritmo ni tensión, resultando la obra al final demasiado parada.
Mejor los personajes secundarios con un entrañable Dr. Higgins (Stander) recomendado por el mismísimo hechicero. "Medicina india no buena, puede que medicina blanca cure" al joven. Diagnosticado de difteria y, ante la amenaza de asfixia, tras dormirlo por inhalación de ¿éter? practica con acierto una traqueotomía de urgencia para retirar el acúmulo de pus. Eso sí, después de desinfectar el campo operatorio con el whisky que le sobra.
Curioso y extraño western italiano húmedo, nevado y bajo cero. Mejor cuando se rueda con moscas.

Película italiana de aventuras que, en realidad, no es más que un western europeo, en este caso un spaghetti western, dado que es enteramente de ese país.

Se ve bien, sin problemas, pero es escasa y repetitiva, por más que, hay que reconocerlo, no aburra.

Se pasa el tiempo pero podría haber estado mejor dado que el argumento daba para más. El guion es de George Eastman, actor de varios westerns europeos que ya por aquél entonces comenzaba su otra carrera de guionista, esta vez adaptando una historia original (aunque bebiendo de otros filmes de parecido pelo) del propio realiador y de Claudio Bernabei.

Marchosa banda sonora de un habitual del género: Carlo Rustichelli.

La cinta tiene el aliciente, además, de los bellísimos paisajes nevados donde están rodadas las escenas exteriores, que con la buena fotografía a todo color a cargo del propio realizador, dan lustre al conjunto.

La pena es que es muy irregular, va dando tumbos cuando parecía ir en dirección correcta y segura y el ritmo es muy desigual.

En fin, que puede pasar, pero podría haber llegado más lejos y no conformarse con ser, casi, del montón.

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