Ola de crímenes (2018)

Con la excepción de Perfectos Desconocidos, hacía tiempo que no veía cine español porque estaba escaldado. Pero piqué con Yucatán, fiasco terrible y no contento con eso, he vuelto a caer con Ola de crímenes. Deduzco que soy masoquista. O estúpido, por eso agradezco que este tipo de cine me permita conoerme mejor.

Solo concibo que actores de la talla de Maribel Verdú, Antonio Resines, Raul Valero, Luis Tósar o Javier Cámara se presten a este tipo de proyectos por, o amistad o encontrarse en sequía profesional.. Porque esto es un terrible truño. Hoy es el segundo día de visionado en cines. La sala de Kinépolis llena. En 3 ocasiones hubo leves sonrisas... aisladas. Eso como resultado de lo que sentía el púbico. Y es que la trama, los diálogos, las interpretaciones... es que todo es un sinsentido. Y lo peor es que te das cuenta de esto a los 5 minutos desde que empieza a hablar Maribel Verdú, momento en el que piensas: " uff.. me queda hora y media"
En fin, las críticas profesionales seguro que ponen mejor el dedo en la llaga, por mi parte, público general, es lo que siento y lo que ví.
Una gran pena.

Este intento fallido de comedia, es un despropósito de principio a fin. Ni siquiera puedo utilizar la famosa coletilla de “hace mucho tiempo que no veo semejante ruina de película”. Y, no puedo hacerlo porque ir a una sala a ver una comedia de cine español, se está convirtiendo en una actividad de riesgo. De riesgo de tener que salir del cine, de riesgo de tirar el dinero de la entrada, de riesgo de aguantar guiones sin pies ni cabeza salpicados de estúpidos y muy soeces gags
En estos últimos meses, primero nos tragamos el bodrio de Santiago Segura, “Sin rodeos”, y ahora la muy decepcionante “Ola de crímenes”. Esta segunda alcanza el título de decepcionante, porque de Gracia Querejeta esperaba infinitamente mas que de Segura, del que me puedo esperar lo peor, pero que por culpa de una crítica de la radio, totalmente inexacta, le dimos una oportunidad a “Sin rodeos” que nunca debimos darle.
No se si a Gracia le ha fallado rodar con un guión que no elaboró ella, o cambiar de registro y pasar a la comedia, decidiéndose por ese tipo de comedia española, ordinaria, sin sentido, violenta y para mí, desagradable, que Santiago Segura con sus “torrentes” aupó a la popularidad de una masa consumidora de cine mainstream de acción, aventuras o comedias de mal gusto. Y, como en el mercado audiovisual, si algo vende, repiten la fórmula una y otra y otra vez más hasta reventarla, parece que Querejeta se ha subido al carro y en lugar de realizar una interesante y bonita película suya, que salga con cuidado de su interior, de esas con forma y fondo a las que nos tiene acostumbrados; ha tomado un guión vacío, sin sentido y pésimo, y lo ha aderezado con “torrenteces”. Resultado: infumable.
Una pena que unos cuantos buenos actores y actrices, formen parte de este desaguisado.
En el lado positivo. Una grata sorpresa los dos jóvenes, que hacen bien sus papeles, e incluso consiguen sacar un par de sonrisas, que son las únicas, junto a Raul Arévalo en una de las escenas, donde tiene algo de gracia. Para ser una comedia, solo hay esos tres breves momentos en los que sonreír un poquito.
Siguiendo en el sector actores/actrices, la peor parte se la lleva Paula Echevarría. La primera vez que le veo actuando y me ha parecido, simplemente mala. Muy forzada, muy poco natural y nada suelta. Quizás con el tiempo y mucho empeño consiga acercarse un poco a la altura de sus dos compañeras, absolutamente desaprovechadas n esta película, Maribel Verdú y Juana Acosta.
No la recomiendo ni de lejos. Lo siento mucho por Gracias Querejeta y espero que en la siguiente película regrese a ella, y vuelva a crear una de esas películas personales y con personalidad.